La grada de animación vacía del Estadi Olímpic de Montjuïc ha sido una de las imágenes más destacadas del partido de Champions entre el FC Barcelona y el Brest. El cierre, anunciado en la misma mañana de este martes, es el resultado de la guerra entre Joan Laporta y las peñas y el origen de la indignación de una afición blaugrana muy cabreada con la gestión de la situación.
Miles fueron los comentarios que han aparecido en la red social X a lo largo del partido resuelto con victoria por los hombres de Hansi Flick. «¡Esto es un cementerio, la grada de animación es necesaria!» o «menos turistas y más aficionados de verdad» son apenas una mera muestra de la montaña de comentarios y vídeos compartidos al respecto.
Y es que los ánimos, caldeados desde que horas antes se conociera la decisión, crecieron con la llegada de una invasión de miles de aficionados del Brest que hicieron a muchos recordar lo ocurrido con el Eintratch de Frankfurt hace unos años en Europa League.
«Se escucha más a la gente del Brest que a los culés eh. Ambiente muy pobre» o «solo se oye a la afición del Brest», apuntan otros aficionados indignado con la situación.
El comunicado oficial del club
«El FC Barcelona informa que a partir de hoy queda inhabilitado el Espai d’Animació (EDA) en el Estadi Olímpic de Montjuïc debido al incumplimiento por parte de los Grupos que forman parte de las obligaciones que tienen asumidas con el club«, informó la entidad en un comunicado en la misma mañana del partido.
Desde el club aseguran que, dado el contenido de los acuerdos aceptados y firmados entre el FC Barcelona y los distintos grupos de animación, y después de «reiteradas advertencias», se inició en su día el proceso para recuperar el importe de las sanciones impuestas al club por el comportamiento en la grada durante la temporada pasada.
«Un comportamiento que generó hasta catorce expedientes disciplinarios por comportamientos contrarios a la normativa vigente en la zona de animación«, reza el comunicado. Durante este proceso, el club dio a los grupos tres plazos distintos por el cumplimiento de sus obligaciones y el último de ellos expiró la medianoche del lunes «sin ningún resultado».