Publicado: septiembre 26, 2025, 3:07 am
El cine obra el milagro de que la imagen se detenga en el tiempo y tiene el privilegio de mantener a sus protagonistas vivos en la memoria de los espectadores. Si el éxito llega en los primeros años de su carrera, sus rostros siempre se conservarán jóvenes en el recuerdo y el paso de los años no podrá arrebatarles los días de esplendor y gloria.
Así ocurre con Claudia Cardinale, la joven que ganó un concurso de belleza y triunfó en la época dorada del cine italiano en la década de los 60. Después dirigió sus pasos a Hollywood, pero fue un rápido viaje de ida y vuelta y eligió seguir su carrera en Europa. La actriz, que en los últimos tiempos llevaba una vida discreta alejada del mundo del celuloide y de los actos sociales, ha fallecido a los 87 años.
Llegó al cine por casualidad sin buscarlo, pero la chispa prendió pronto. La cámara se enamoró de ella y el romance funcionó desde el principio con películas que forman parte de la historia.
Fellini contó con ella para su mítica Ocho 1/2 y de la mano de Visconti rodó Rocco y sus hermanos y El gatopardo, donde protagonizó uno de los momentos mas recodados de su filmografía, la famosa escena del vals en el fastuoso salón del palacio del Príncipe de Salina en brazos de un deslumbrado Burt Lancaster que le susurraba: «Nadie hubiera podido resistir tu belleza”.
Eso mismo debió pensar Alain Delon, uno de los guapos del cine de entonces, fallecido hace unos meses y su compañero de reparto en la misma película, aunque le echó los tejos sin éxito en el rodaje.
Alain Delon y Claudia Cardinale envejecieron, pero la Angélica y el Tancredi de El gatopardo mantienen su juventud hoy como entonces.
