El pan que favorece la digestión y ayuda a regular la glucosa en sangre

Publicado: enero 17, 2025, 5:00 am

España destaca por muchas cosas, una de ella es su gastronomía y esas pequeñas costumbres que parecen compartirse en los hogares. Más allá de esas recetas que pasan de generación en generación y que parecen tener modificaciones mínimas, pero nunca ser iguales en dos casas, también encontramos costumbres compartidas, como la de comer con pan.

No es raro que, gracias a esas pequeñas manías, se tome una cantidad diaria de pan mayor de la recomendada, no tanto por ese pedazo de pan que se usa durante la comida, sino porque a este se suma el que se toma en el desayuno o la merienda, donde no es poco frecuente tomar un pequeño tentempié. Este exceso de pan puede tener consecuencias para la salud, como un aumento del peso o del riesgo de desarrollar algunas enfermedades, pero también problemas digestivos. Por suerte, no todos los panes son iguales y el pan de masa madre no solo nos evita este problema, sino que también favorece la digestión, entre otros beneficios.

Pan de masa madre: favorece la digestión y regula la glucosa

La masa madre es un tipo de levadura natural, es un fermento elaborado a base de harina y agua y que no contiene ningún tipo de levadura añadida, solo con las que contiene la harina (así como bacterias) ya hace su efecto. Además de aportar un sabor especial al pan, también le proporciona ciertos beneficios para la salud, por eso consumir un pan elaborado con masa madre se ha convertido en tendencia, aunque no siempre es fácil de encontrar, por eso algunas personas optan por hacerlo en casa.

Este tipo de pan mejora la digestión, porque sus bacterias favorecen la predigestión del almidón, favoreciendo el proceso porque el cuerpo humano tarda menos en digerirlo. Contiene más lactobacilos que el pan blanco, lo que aumenta la producción de ácido láctico, esto facilita la digestión, pero también la absorción de minerales como potasio, magnesio y zinc. Además, también regula la glucosa en sangre (aunque no la baja como tal, según se apunta en algunos lugares), y contiene vitaminas B1 a B6, B12, folato, tiamina, niacina, riboflavina, vitamina E, hierro, magnesio, calcio, fósforo, zinc y potasio.

Si la masa madre está elaborada con harinas de calidad, mejora la textura y el sabor del pan, también aumenta el tiempo de conservación, porque en los panes elaborados con masa madre se inhibe el crecimiento de moho. También se obtiene un pan rico en fibra, de bajo índice glucémico y, en los casos en los que se elabora proporcionando un tiempo de fermentación prolongado, será libre de gluten.

Cómo hacer masa madre

Aunque requiere cierto tiempo y constancia, todo aquel que quiera elaborar un buen pan en casa seguro que está interesado en saber cómo hacer masa madre. El proceso es un poco largo, y, aunque hay muchas maneras de prepararla, la más sencilla solo requiere emplear harina integral y agua. En un bote más alto que ancho, mezclamos la misma cantidad de harina que de agua (mineral), medio vaso, mezclando hasta que quede homogéneo. Tapamos con un trapo de cocina y dejamos que repose durante 24 horas a temperatura ambiente. El proceso durará cinco días.

Pasadas esas primeras 24 horas, añadimos medio vaso de harina de fuerza y la misma cantidad de agua, una cucharadita de azúcar y movemos bien. Dejamos que repose en las mismas condiciones que el día anterior. El día tres tendrían que haber aparecido pequeñas burbujas en la masa, añadimos medio vaso de harina de fuerza, otro medio de agua, movemos bien y dejamos reposar de nuevo. Pasado un día más, retiramos el líquido de la superficie con una cuchara y añadimos medio vaso más de harina de fuerza.

El quinto día ya podemos utilizar la masa madre para preparar las recetas que queramos y, para conservarla, lo mejor es guardarla en frío y tapada, sacándola un rato antes para que se atempere. Una vez utilizada, habrá que reponer lo usado, añadiendo medio vaso de harina de fuerza y medio de agua.