Publicado: marzo 15, 2025, 5:00 am
Cinco años han pasado desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de la covid-19. La entidad se mostró «profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación de la enfermedad y por su gravedad, y por los niveles también alarmantes de inacción». Un lustro ha pasado desde ese momento y también desde el temido confinamiento. Las vacunas llegaron dando esperanza a la población de España, y aunque ahora la situación ha mejorado, son muchas las personas que han arrastrado los síntomas de esta enfermedad. Esto es lo que se conoce como covid persistente.
Se trata de un síndrome que «se caracteriza por la persistencia de síntomas de COVID-19 semanas o meses después de la infección inicial, o por la aparición de los síntomas tras un tiempo sin ellos», según explica el Ministerio de Sanidad. La institución afirma que su aparición «no está relacionada con la gravedad de la infección inicial, por lo que puede afectar tanto a pacientes leves como a graves hospitalizados».
Cómo es el día a día de una persona con covid persistente
Cuando se cumplen cinco años del inicio de la pandemia, son cerca de dos millones de españoles los que arrastran covid persistente. De hecho, la Red Española de Investigación de Covid Persistente (Reicop) establece que de cada 100 casos de covid en España, al menos entre 10 y 15 personas sufren o han llegado a sufrir este síndrome.
En 20minutos hemos hablado con la Asociación Madrileña de Covid Persistente (AMACOP) para conocer como es el día a día de una persona con este síndrome. Elena P, responsable de comunicación de la asociación y persona que sufre los síntomas de la covid persistente explica que lo más duro para ella es «haber perdido a la persona que era» y tener que mantenerse a la espera «porque no hay cura ni tampoco marcador biológico que señale claramente que lo que padecemos es covid persistente».
Además, asegura que ese es el problema de que «no nos crean y piensen que nos inventamos los síntomas». Sobre cómo es un día en su vida explica que «es el de una persona anciana con múltiples afectaciones». Elena P afirma que tiene una vida lenta, «casi sin actividades, con muchos tiempos de recuperación si te excedes un poco». Y no solo esto, sino que también con «muchas visitas a médicos, sin actividad física en la mayor parte de los casos ni apenas vida social«.
Esta enfermedad es sistémica y, tal y como dice la responsable de comunicación de AMACOP, «afecta prácticamente a todos los órganos del cuerpo«. Aunque señala que algunos de los síntomas más comunes son «la fatiga extrema sin haber realizado una actividad que lo justifique». pero también la disnea, las cefaleas y migrañas, los problemas cognitivos de falta de atención o la pérdida de memoria, entre otros.
Uno de los aspectos más duros que vive Elena P es no saber si se va a poder recuperar al 100%: «Me adapto a la situación actual porque tengo esperanza en que se invierta en investigación y al menos haya un tratamiento para que la enfermedad sea leve y llevadera».
«Ha habido pocos avances, algunos de los síntomas se tratan con fármacos ya existente«. dice Elena P. Y añade: «Hay investigaciones y científicos comprometidos con la enfermedad, pero es necesaria más inversión para que se llegue lo antes posible a descubrir el marcador biológico que identifique indefectiblemente la covid persistente y el tratamiento o tratamientos necesarios para sanar o cronificarla». Aunque cuenta que recientemente el Ministerio de Sanidad ha incluido la covid persistente en su catálogo de enfermedades crónicas.
En AMACOP se intenta arropar a las personas. «Lo primero que decimos es por fin no estoy solo y no me lo invento«, dice Elena P. Por otro lado, cuenta que tienen diferentes chats en los que se habla de la enfermedad, pero también de «itinerarios médicos, para no peregrinar de consulta en consulta«.
Síntomas de la covid persistente
Se han llegado a detectar más de 200 síntomas distintos en pacientes con covid persistente. En ellos, se incluyen tanto generales como neurológicos, cardiovasculares, respiratorios, digestivos, musculoesqueléticos, psicológicos, dermatológicos y oftalmológicos.
Fatiga, astenia, malestar general, alteraciones de la temperatura, escalofríos, fiebre y febrícula recurrentes, pérdida de peso, anorexia o sudoración, son los que se conocen como síntomas generales. Sin embargo, la lista no queda ahí. En los síntomas neurológicos encontramos niebla mental, dolores de cabeza o cefaleas, trastornos del sueño, fallos de memoria, mareo, temblores o vértigos, entre otros.
Por otro lado, en los respiratorios están: tos, dolor torácico, presión en el pecho, capacidad pulmonar reducida, fibrosis pulmonar, etc. También son preocupantes los síntomas musculoesqueléticos, con dolores musculares, articulares, de espalda o cervical, contracturas… Y los cardiológicos con palpitaciones, taquicardias, hipotensión ortoestática, hipertensión, alteración en la tensión arterial o bradicardias.
La covid persistente también puede generar síntomas vasculares: ictus, trombos, microtrombos, hematomas sin trauma, microtrombos en los dedos y vasculitis. En los digestivos puede generar diarrea, ardor digestivo, gases, dispepsia o náuseas, mientras que en los renales puede generar infecciones de orina, aumento del número de micciones o cólicos nefríticos.
Dolor de garganta o afonía (otorrinolaringológicos); picor de ojos o fotofobia (oftalmológicos); caída del pelo o urticaria (dermatológicos); cambios en la cantidad de sangrado o aumento de coagulación (ginecológicos) y depresión o ansiedad (salud mental), son otros de los síntomas que se han detectado en pacientes de covid persistente.
