Publicado: junio 14, 2025, 5:58 am
La relación entre la UE y el Reino Unido será un tema que seguirá dando que hablar pasen los años que pasen. Con el brexit no se cerró todo, sino que se abrió una nueva era, y en esa fase la preocupación de España pasaba por Gibraltar. Ahora las aguas se calman con un acuerdo sobre el estatus del Peñón que ha tardado cinco años en cerrarse y que, por un lado, da a la Unión Europea a través de España mayor control operativo y la soberanía gibraltareña sigue dependiendo de Londres: «Es sacrosanta», repite el Gobierno británico para defender el pacto.
La realidad es que los cambios no son demasiado grandes pero en Bruselas algunas fuentes consultadas por 20minutos reiteran que es un acuerdo mejor para la UE que para el Reino Unido porque por ejemplo establece la integración de Gibraltar en el espacio Schengen. Esto supone la eliminación de todos los controles fronterizos en la verja con La Línea de la Concepción y la creación de controles duales (Schengen y Gibraltar) en el puerto y el aeropuerto del Peñón. Como consecuencia, se eliminarán las barreras físicas en el paso terrestre y España pasará a ejercer controles migratorios Schengen dentro del propio territorio gibraltareño.
La desaparición de la verja es un punto importante «para asegurar la libertad de movimiento y proteger el mercado único», reiteran las fuentes, que es una de las bases de la razón de ser de la UE. Y es que desde el punto de vista operativo, permitirá a unos 15.000 trabajadores transfronterizos cruzar sin interrupciones diarias, mientras que las mercancías podrán circular bajo un régimen armonizado de cooperación aduanera, fiscal y de transporte. Los controles no desaparecen, sino que se trasladan a puntos estratégicos como el aeropuerto o el puerto, donde correrán a cargo de España a través de la Policía Nacional y no de Frontex, como Londres reclamaba en un principio. Eso sí, las partes insisten en que habrá «coordinación total» para «garantizar la seguridad sin comprometer el estatus jurídico de Gibraltar»
Eso es importante: ¿está Gibraltar más cerca de ser español? No. «Y eso no ha estado nunca encima de la mesa, ni mucho menos», explican desde Bruselas. El texto especifica de forma inequívoca que el acuerdo se adopta “sin perjuicio de las posiciones legales” tanto de España como del Reino Unido respecto a la soberanía del territorio. Es decir, el pacto no implica ninguna cesión, avance ni retroceso formal en cuanto al control político o territorial del Peñón. El Reino Unido mantiene su soberanía, y España no obtiene competencias jurisdiccionales más allá de las funciones técnicas en los puntos de control.
Es más, el Ejecutivo de Keir Starmer ha aclarado que «la inmigración y la ley y el orden en Gibraltar seguirán siendo competencia exclusiva de las autoridades gibraltareñas». Además, el Gobierno británico ha defendido que se trata de una fórmula ya usada en otros contextos internacionales, como el caso de los agentes franceses que operan en la estación londinense de St. Pancras. Esta comparación pretende calmar las críticas internas sobre la presencia de policías españoles en el aeropuerto y puerto de Gibraltar.
A través de este modelo, los agentes españoles no actúan en representación del Estado español sino como garantes del cumplimiento de la normativa del espacio Schengen, lo que permite separar el control técnico del debate político sobre soberanía. De esta forma, se intenta combinar el respeto a las competencias de las autoridades gibraltareñas en materia de inmigración con la exigencia europea de mantener controles homogéneos en sus fronteras exteriores.
En España, las reacciones han sido de todo tipo: desde el Gobierno de Sánchez se congratulan de que ya sin la verja desaparece «el último muro físico» de la Europa continental, pero para el PP el pacto se queda corto. «¿Sabéis qué pasa? Que ya tenemos antecedentes. Han cedido los intereses nacionales para solucionar incluso intereses personales en la política exterior. Queremos saber en qué consiste ese que llaman acuerdo porque ese acuerdo nos afecta», cuestionó Alberto Nuñez Feijóo, quien cree que el acuerdo tiene que pasar por el voto del Congreso. «Vamos a seguir reclamando la soberanía de España, lo han reclamado todos los Gobiernos de España», sentenció, y acusó al Ejecutivo de decidir «de manera unilateral» en este tema.
La Comisión Europea ha valorado el acuerdo como «histórico», al igual que el Gobierno español. De hecho, el comisario Maros Sefcovic lo puso como ejemplo para el futuro: destacó que se trata de «un modelo ejemplar de cooperación postbrexit que refuerza la cohesión del espacio Schengen». Por su parte, la presidenta del Ejecutivo comunitario Ursula von der Leyen subrayó que el texto adoptado «puede servir de referencia para resolver disputas fronterizas complejas dentro del territorio europeo». En realidad, no cambian muchas cosas… pero sí una importante: la UE y el Reino Unido están ahora más cerca en muchos sentidos, después de haber estado bastante tiempo muy lejos en casi todos.
