El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al mundo al no tomar inicialmente medidas tajantes en materia arancelaria. Sin embargo, la política donde sí avanzó, y que ya comenzó a tener impacto global, es la firma del decreto que declara la emergencia energética en ese país.
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Desde el Capitolio, Trump habló de la política de “drill, baby, drill”, que se traduce como “perforar, bebé, perforar”, en referencia a incrementar la producción de hidrocarburos y eliminar las restricciones que había impuesto su antecesor, Joe Biden. Desde el mismo lunes, se vio el impacto en el mercado: caída en el precio del petróleo y un derrumbe en el valor del gas.
El anuncio tiene un impacto directo en la Argentina. Si bien Trump lo hizo para bajar la inflación de Estados Unidos, principal crítica que había con los demócratas, lo mismo podría ocurrir localmente, debido a que hoy la nafta tiene precio internacional. Una caída del petróleo podría impactar en el costo de los combustibles y, por ende, en toda la cadena productiva.
Sin embargo, los analistas también temen por el impacto en el ingreso de dólares. En 2024, la energía explicó el 30% del superávit comercial récord, por lo que una caída en el precio de podría afectar las exportaciones.
Emergencia energetica en EE.UU: ¿una ayuda para la inflación local?
Emilio Apud, referente energético del PRO, destacó el impacto positivo que podría verse en los precios internos. “Como hoy la nafta está vinculada a la paridad de importación, una baja del precio del barril debería hacer bajar los combustibles”, explicó. “Esto aliviaría las presiones inflacionarias, al menos en los próximos dos años”, anticipó.
Sobre sus proyecciones del precio del petróleo, Apud consideró; “Ahora el barril de crudo está en US$81/82 y en todo el 2025 no creo que supere los US$74. Para el 2026, según lo que pase con la guerra con Ucrania, hasta podría estar por debajo de los US$70″.
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De todos modos, Apud destacó los riesgos para el ingreso de divisas: “Para la balanza comercial no es bueno porque ahora con el oleoducto Vaca Muerta Sur que se está construyendo se va a poder exportar cerca de un millón de barriles diarios, que si estuvieran arriba de US$80 es un ingreso, si está por debajo de los US$70, es un perjuicio para la exportación”.
La medida de Trump que pone en alerta a la Argentina por el gas de Vaca Muerta
Apud también advirtió sobre los riesgos de la política de Trump para el gas natural licuado GNL. “Veo una amenaza para colocar GNL en el mundo. En Argentina hay proyectos para licuefacción, pero todavía no hay ninguno concretado».
Y amplió: “Estados Unidos tiene listas entre 80 y 100 millones de toneladas anuales de GNL para empezar a construir plantas, que podrían estar operativas en dos años, lo que podría significar estar entre 300 y 400 millones de m3/día. Nuestros proyectos de máxima no llegan a las 30 millones de toneladas al año”.
Alertó que esto podría representar un esfuerzo significativo para las empresas argentinas. “Hablar de break-even en el gas implica reducir costos para competir internacionalmente. Australia, Qatar y Estados Unidos tienen ventajas logísticas que la Argentina no tiene. Necesitamos un entorno macroeconómico e impositivo favorable para atraer inversores y garantizar mercados”, agregó.
Luciano Fusello, consultor de NCS Multistage, coincidió en dividir el impacto según el tipo de hidrocarburo. “En petróleo, Vaca Muerta tiene una productividad tan alta que podría soportar una baja de precios, aunque dependerá del estado de los proyectos y sus costos de desarrollo. Para el gas, la situación es distinta. Los precios del GNL podrían caer por debajo de los US$8, lo que haría inviables muchos proyectos en Argentina”, comentó.
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Fusello enfatizó que el precio del gas en boca de pozo es clave. “Si el precio del GNL baja, el gas en boca de pozo también debería bajar, a valores cercanos a US$1 por millón de BTU. Esto podría complicar la rentabilidad de los proyectos actuales, especialmente para empresas sin integración en el negocio de licuefacción”, sostuvo.
Desde la consultora Abeceb, la economista Natacha Izquierdo señaló que, por el momento, no prevén cambios significativos en sus proyecciones de exportaciones energéticas para 2025. “Podría haber un desvío comercial si Estados Unidos deja de comprar petróleo a Venezuela. Por ahora, la baja de precios está impulsada por el repunte del dólar, debido a que Trump sugirió nuevos aranceles para países vecinos”, indicó.
Para sortear esta situación, fuentes de las empresas petroleras ven con buenos ojos que el presidente de YPF, Horacio Marín, busque mercados asiáticos, dado que posiblemente Estados Unidos abastezca a Europa.
Crisis y oportunidad detrás del decreto de Trump
Cecilia Garibotti, referente de energía del Frente Renovador, destacó que pese a los riesgos, también hay oportunidades. Aseguró que la Argentina podría posicionarse como un proveedor confiable y neutral en medio de las tensiones geopolíticas.
“Podemos ofrecer petróleo, gas y minerales críticos como el litio, desarrollados bajo estándares ambientales rigurosos. Aunque Estados Unidos pueda alejarse del Acuerdo de París, si otros países mantienen sus compromisos climáticos, Argentina podría atraer inversiones alineadas con las demandas del futuro”, aseguró.
Según Garibotti, la sostenibilidad podría ser una ventaja competitiva. “Estados Unidos podría imponer tarifas a Europa si no aumentan sus compras de hidrocarburos, lo que podría beneficiar a Argentina al ofrecer una alternativa menos conflictiva”, concluyó.