Publicado: abril 14, 2025, 6:01 pm
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió este lunes con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele, un líder elogiado por Washington por abrir el sistema penitenciario de su país a presuntos pandilleros y detenidos que Trump quiere fuera de Estados Unidos.
Desde marzo, El Salvador aceptó a más de 250 inmigrantes venezolanos provenientes de Estados Unidos —a quienes funcionarios de la administración Trump han acusado de actividades pandilleras y delitos violentos— y los ha recluido en la infame prisión de máxima seguridad para pandillas del país, ubicada a las afueras de la capital, San Salvador. Por el primer grupo de más de 200 Washington pagó “aproximadamente seis millones de dólares”, según la Casa Blanca.
La administración Trump deportó a cientos de venezolanos a El Salvador en virtud de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, incluido un residente de Maryland que ha reconocido haber deportado por error.
Durante su reunión en el Salón Oval frente a periodistas, Trump pidió a Bukele que construya más cárceles para poder alojar a más migrantes deportados, mientras que Bukele afirmó que no tiene “poder” para enviar de vuelta a Estados Unidos al hombre deportado por error.
“¿Cómo puedo enviarlo de vuelta a Estados Unidos? ¿Como si lo hiciera entrar clandestinamente en Estados Unidos? (…) No tengo el poder de enviarlo de vuelta a Estados Unidos”, respondió Bukele a los periodistas.
“Ningún tribunal de Estados Unidos tiene derecho a dirigir la política exterior de Estados Unidos. Es así de simple, fin de la historia”, zanjó el jefe de la diplomacia estadounidense Marco Rubio.
Bukele apuntó contra las críticas de los organismos de derechos humanos y elogió su gestión frente a la delincuencia de las pandillas diciendo: «A veces dicen que encarcelamos a miles. A mí me gusta decir que, en realidad, liberamos a millones».
“Eso es muy bueno. ¿Quién les dio esa frase? ¿Crees que podamos usarla?“, bromeó Trump, quien más tarde cuestionó a un periodista por no enfocarse en los logros del gobierno de Bukele.
El Salvador's President Nayib Bukele touts his country's handling of crime and gangs during meet with Pres. Trump in the Oval Office.
“Sometimes they say that we imprison thousands. I like to say that we actually liberated millions," Bukele says. https://t.co/rQqHD9TJaU pic.twitter.com/659YULBkMx
— ABC News (@ABC) April 14, 2025
“Nos están ayudando. Se lo agradecemos”, le dijo a Bukele Trump, rodeado de su gabinete incluidos el jefe de la diplomacia Marco Rubio, la secretaria de Seguridad Interior Kristi Noem y la fiscal general Pam Bondi. “Estamos muy contentos y tenemos muchas ganas de ayudar”, afirmó Bukele.
“De hecho, señor presidente, tiene que liberar a 350 millones” de estadounidenses de los delincuentes pero para ello “tiene que encarcelar a algunos. Así es como funciona, ¿no?”, opinó el mandatario salvadoreño, que al igual que Trump libra una guerra contra las pandillas. Trump le dio la razón.
Trump, que llegó al cargo en enero prometiendo reformar la política migratoria de Estados Unidos, encontró en Bukele un aliado para ese esfuerzo. Los migrantes que El Salvador acepta de Estados Unidos son alojados en una prisión de alta seguridad que, según organismos de derechos humanos, comete abusos.
“Creo que está haciendo un trabajo fantástico, y se está ocupando de muchos problemas que tenemos de los que realmente no podríamos ocuparnos desde el punto de vista de los costos”, dijo Trump el domingo a los periodistas sobre Bukele, en referencia al costo de encarcelar a los detenidos en El Salvador.
“Ha estado increíble. Tenemos gente muy mala en esa prisión. Gente a la que nunca se le debería haber permitido entrar en nuestro país. Gente que asesinó, traficantes de drogas, algunas de las peores personas del mundo están en esa prisión. Y él es capaz de hacerlo”, agregó.
Cuando se le preguntó si le preocupaban los supuestos abusos contra los derechos humanos en la megaprisión, Trump dijo que no. “No lo veo. No lo veo”, dijo.
En su plataforma Truth Social el republicano afirmó este fin de semana que lo espera “con ansia”.
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— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 14, 2025
Bukele, quien sigue siendo extremadamente popular en El Salvador debido en parte a la represión a las poderosas pandillas callejeras del país, se ha convertido en un aliado vital para la administración Trump, que ha ofrecido poca evidencia de sus afirmaciones de que los inmigrantes venezolanos eran de hecho miembros de pandillas, ni ha publicado los nombres de los deportados.
Estados Unidos deportó el sábado a El Salvador a otras 10 personas que presuntamente son miembros de pandillas, dijo el secretario de Estado, Marco Rubio, quien calificó la alianza entre Trump y Bukele como “un ejemplo para la seguridad y la prosperidad en nuestro hemisferio”.
Abogados y familiares de los migrantes detenidos en El Salvador dicen que no son pandilleros y que no tuvieron oportunidad de refutar la afirmación del gobierno estadounidense de que lo eran. La administración Trump dice que investigó a los migrantes para asegurarse de que pertenecían al Tren de Aragua, al que califica de organización terrorista.
El mes pasado, después de que un juez dijo que los vuelos que transportaban migrantes procesados bajo la Ley de Enemigos Extranjeros debían regresar a Estados Unidos, Bukele escribió “Uy…. Demasiado tarde” en las redes sociales junto a unas imágenes que mostraban a unos hombres siendo sacados a toda prisa de un avión en la oscuridad de la noche.
El caso de Kilmar Abrego García, residente en Maryland que fue enviado al llamado Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot) de El Salvador el 15 de marzo a pesar de una orden que lo protegía de la deportación, ha llamado especialmente la atención.
La Corte Suprema de Estados Unidos confirmó una orden de la jueza Paula Xinis que ordenaba al Gobierno “facilitar y efectuar” su regreso, pero dijo que el término “efectuar” no estaba claro y podría exceder su autoridad.
Trump dijo a los periodistas el viernes que su administración traería de vuelta al hombre si la Corte Suprema se lo ordena. Sin embargo, en una presentación judicial el domingo, la administración dijo que no estaba obligada a ayudar a Abrego García a salir de prisión en El Salvador.
Stephen Miller, un alto asesor de la Casa Blanca, señaló el lunes que el presidente estadounidense no le pediría a Bukele que devuelva a Abrego García a Estados Unidos.
“Depende de El Salvador, de su gobierno y de su pueblo decidir el destino de sus ciudadanos”, declaró. “No podemos extraditar a ciudadanos de otros países a nuestro país a pesar de la objeción de dichos países”.
Si bien la ofensiva de Bukele contra las pandillas cuenta con apoyo popular, el país ha vivido bajo un estado de excepción que suspende algunos derechos básicos durante tres años.
Parte de su oferta para recibir a los venezolanos incluía que Estados Unidos también enviara de regreso a algunos líderes pandilleros salvadoreños. En febrero, su embajadora en Estados Unidos, Milena Mayorga, declaró en un programa de radio que el hecho de que los líderes pandilleros comparecieran ante la justicia en El Salvador era “una cuestión de honor”.
Bukele también podría buscar un alivio al arancel del 10% impuesto recientemente por Trump, utilizando el argumento de que debilita la economía que Bukele está tratando de impulsar.
Justo antes de la llegada de Bukele a Washington, el Departamento de Estado actualizó su alerta de viaje para El Salvador al Nivel 1, aplicable a los países considerados más seguros para los ciudadanos estadounidenses. La alerta señala que la actividad de pandillas, así como los asesinatos y otros delitos violentos que la acompañan, ha disminuido en los últimos tres años.
Agencias AP, AFP y Reuters