Publicado: octubre 17, 2025, 3:00 am
Donald Trump quiere elevarse como ‘el pacificador’ y ahora tiene una nueva oportunidad. Una vez cerrado el acuerdo entre Hamás e Israel pasa ahora el presidente de EEUU, de nuevo, a la otra guerra que tiene a Occidente en vilo: la invasión rusa de Ucrania. En ese caso la situación está atascada y el líder estadounidense se ve este viernes con Volodimir Zelenski en la Casa Blanca para tratar de dar pasos hacia adelante, algo que también piden desde Moscú.
Habrá dos temas clave sobre la mesa: la defensa aérea y la entrega de misiles Tomahawk por parte de Washington como una manera de presionar a Vladimir Putin para que se siente en la mesa a negociar con su homólogo ucraniano. De hecho, Zelenski no es para nada pesimista, sobre todo tras el acuerdo en Gaza. «Estamos trabajando para que el día de la paz llegue para Ucrania también», escribió esta semana en redes sociales. El presidente considera que «si un alto el fuego y la paz se han logrado en Oriente Medio, el liderazgo y la determinación de los actores globales» puede suceder lo mismo con Ucrania.
Pero todavía queda camino y la entrega de más material militar por parte de Estados Unidos sigue siendo clave en esta fase. Eso sí, no hay nada decidido por parte de la Casa Blanca, según explicó este martes el embajador ante la OTAN Matthew Whitaker, que insistió en que la decisión última sobre los Tomahawk tiene que tomarla el propio Trump. «Obviamente, el presidente Trump tomará la decisión final sobre este tema. Le has visto expresar sus pensamientos recientemente sobre qué necesita Ucrania, durante este último fin de semana, también hablando sobre los Tomahawks. Por supuesto, el presidente Trump tiene la última palabra sobre esto», sostuvo.
El matiz aquí está en que EEUU permita que esos misiles sirvan para que las fuerzas ucranianas entren de lleno en territorio ruso y uno de los enfoques maneja Washington en este sentido es que sirva para que el Kremlin de el paso -ahora mismo lejano- de sentarse en la mesa de negociaciones. «Podrían cambiar los cálculos del presidente de Rusia, Vladímir Putin, y pondrían muchas cosas en riesgo, también infraestructuras energéticas significativas dentro de Rusia», expuso el embajador sobre el uso de esa vía de ataque por parte de Kiev.
Será necesario que ambas partes se sienten a la mesa y negocien
«La guerra y la matanza tiene que terminar y será necesario que ambas partes se sienten a la mesa y negocien un acuerdo», avisó, celebrando además que si alguien puede conseguir la paz en Ucrania «ese es el presidente Trump».
El propio presidente estadounidense ya dijo que esa opción está sobre la mesa, pero dejo entrever que puede usarla como farol para que Putin se mueva de sus posiciones. «A Ucrania le gustaría tener Tomahawk. Hablamos de eso [con Zelenski] y ya veremos. Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo», desarrolló ya el pasado fin de semana sobre el asunto. Este jueves, de hecho, habló con el propio Putin como previa a la visita de Zelenski; fue una conversación «larga», según informó el propio inquilino de la Casa Blanca.
Rusia, por su parte, no cree que ellos sean el motivo del bloqueo en las conversaciones, que no se retoman como tal desde la cumbre celebrada entre Trump y Putin en Alaska el pasado mes de agosto. De hecho, la opción de que el presidente ruso hable directamente con Zelenski sigue descartada. «Nos mantenemos abiertos y predispuestos al diálogo pacífico», esgrimió en cambio el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, destacando la disposición de Moscú a entablar conversaciones que favorezcan una salida negociada al conflicto con Kiev. Eso sí, avisó este jueves de que la entrega de Tomahawks a Ucrania «podría dar lugar a una escalada».
En su intervención, Peskov subrayó que «celebran estas intenciones» del mandatario norteamericano para poner fin a la guerra en Ucrania, un conflicto que, desde su inicio en febrero de 2022, ha dejado decenas de miles de víctimas y ha generado un profundo impacto económico y geopolítico en Europa y el mundo. Además, el portavoz señaló la importancia de «la voluntad política de garantizar que todo esto contribuya a la búsqueda de soluciones pacíficas», haciendo hincapié en que el Kremlin valora cualquier esfuerzo internacional orientado al cese de hostilidades.
Por otro lado, el funcionario ruso hizo referencia al papel del enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, a quien Moscú ve con buenos ojos. «Ya conocemos bien a Witkoff; es eficaz y ha demostrado su eficacia en Oriente Medio, por lo que esperamos que su talento siga contribuyendo a nuestro trabajo también en el asunto de Ucrania«, declaró Peskov, destacando la experiencia diplomática del representante estadounidense y su potencial influencia en la búsqueda de un terreno común entre Washington y Moscú.
En ese contexto, Estados Unidos ha reclamado a sus aliados de la OTAN que compren más armas a Washington para después suministrarlas a Kiev. «Nuestra expectativa es que más países donen aún más, que compren aún más, para proporcionar a Ucrania los medios necesarios para llevar ese conflicto a una conclusión pacífica», dijo al respecto desde Bruselas el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en el marco de una iniciativa respaldada por el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, y en la que ya participan países como Canadá o el Reino Unido. Otros como Francia, España o Italia son más reacios. Con todo, Trump retoma su ‘gira de paz’, aunque esta vez, con Volodimir Zelenski… juega en casa.