Publicado: abril 1, 2025, 3:04 am
Donald Trump parece sentirse muy a gusto en la Casa Blanca, ganándose el odio del resto del mundo y, cuando apenas lleva dos meses en el Gobierno, ya amenaza con intentar quedarse cuatro años más, alegando que tiene derecho a mantenerse en el cargo dos mandatos seguidos. Claro que uno son sus deseos y otro que la Constitución centenaria se lo permita y que los votantes no se encuentren hartos de sus histriónicas órdenes ejecutivas – decretos para entendernos – que están desestabilizando al resto de la humanidad y, lo que será más importante pensando en las urnas, a sufrir inflación, algo siempre disuasorio y entre tanto, perder muchos servicios y ayudas que su adlátere Musk está liquidando gracias al poder adquirido y respaldado por sus millones siempre inagotables.
De partida es evidente que la polémica al respecto aumentará, llegado el momento si persiste en el empeño, estará más que justificada. Para empezar sus pretensiones analizadas por los juristas ya anticipan que tropezarán con la enmienda número 22 de la centenaria Constitución que determina que nadie puede aspirar a la reelección más de dos veces y ninguna persona que haya ejercido como presidente más de dos años sin haber sido elegido, es decir en un caso de ejercicio de una parte de la Legislatura sin ser agotada por muerte o dimisión de su antecesor. El texto es claro, pero como todo en política es discutible, según él y sus seguidores las dos veces que desempañó el cargo ha sido con un mandato intermedio. Es de suponer que llegado el caso tendría que pronunciarse la Corte Suprema de Justicia cuyos poderes de decisión son irreversibles. Bien es verdad que en los casi cuatro años que le queda tendrá la oportunidad de nombrar a los ocupantes de las sedes que vayan quedado vacantes.
Claro que falta mucho tiempo, pero teniendo en cuenta que las campañas electorales para la reelección empiezan poco después de las elecciones intermedias que se celebrarán en noviembre de 2027, es bastante previsible que continúe con su empeño agitando la campaña electoral y las primarias para la reelección que pretende por lo menos hasta que las dudas se aclaren. La realidad de momento es que todavía le queda mucho tiempo por delante para hacer algo que siempre le ha gustado: armar ruido para lo cual no faltarán apoyos de sus fanáticos seguidores incondicionales. Mientras tanto seguirá con sus amenazas, provocaciones y disposiciones que causarán muchos disgustos.
