Publicado: septiembre 25, 2025, 6:33 pm
Una remontada de coraje necesitó este jueves el Barça para llevarse los tres puntos del Carlos Tartiere y mantener el pulso en la parte alta de la tabla. Vendió muy cara su piel el Oviedo, que empezó por delante y finalmente sucumbió a la pegada culé.
El ejercicio de resistencia del Oviedo arrancó desde el primer minuto. Olmo, Raphinha y Rashford probaron muy pronto y Escandell, héroe en la primera mitad, avisó con su gran mano a la volea del inglés que no iba a ser nada fácil superarle.
El conjunto asturiano apenas salía del campo y, salvo una sucesión de córners, no tuvo apenas presencia en campo rival hasta que el paso de los minutos les dio algo de poso.
Cumplidos los 20 minutos, Escandell tuvo que volver a intervenir con un paradón a dos manos: estaba decidido a amargarle la existencia a Rashford. Justo después, en la contra, fue Rondón el que tuvo el primero en sus botas con una ocasión truncada por Eric García.
Pese al esfuerzo del equipo local, el desequilibrio de fuerzas era evidente. Ferran y Raphinha volvieron a probar y, de nuevo, Escandell sacó una mano milagrosa al tiro del brasileño. Fue tras esa doble ocasión cuando el Tartiere estalló de júbilo.
Joan García se equivocó al salir del área para abortar un pase largo y su despeje le cayó en los pies a Alberto Reina, que sin pensárselo dos veces chutó casi desde el centro del campo el 1-0.
Aguantaron los ovetenses hasta el paso por vestuarios y, a la salida, el Barça salió con todo para evitar un nuevo tropiezo a contrarreloj. Diez minutos tardaron los blaugrana en igualar. Lo hizo Eric García, el encargado de remachar a bocajarro un balón mal despejado por Aarón Escandell. Volvían las tablas, a los de Flick ya solo les quedaba la mitad del trabajo.
El gol, no obstante, no amilanó a un Oviedo valiente y espoleado por los suyos. Tuvo que apretar más atrás, sí, pero también encontró algún acercamiento de peligro, como una volea de Reina bien resuelta por Joan García.
En cualquier caso, la pegada siempre es la pegada, y en esa faceta el Barça gana mucho con un goleador nato como Lewandowski. El polaco, imponente en las alturas, ejecuto un giro de cuello perfecto para clavar en la escuadra el balón centrado a la perfección por Frenkie de Jong.
Todo estaba perdido sobre el papel, nada más lejos de la realidad, para una afición capaz de contagiar de fe a los suyos. Así empujaron a Rondón y Brekalo en dos intentos a la desesperada capaces de levantar del asiento a Flick.
No fue para nada un partido plácido para el Barça, a pesar de que un gol de cabeza de Araujo en un córner al límite del pitido final engordó hasta el 1-3 el marcador. La celebración dio buena cuenta de ese sufrimiento. En cualquier caso, misión cumplida en el Tartiere: victoria para seguir a rebufo del Madrid a espera de novedades en el derbi de la capital de este sábado.
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