Publicado: enero 8, 2025, 7:05 pm
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha considerado innecesario abrir una investigación a nivel nacional en el Reino Unido, como piden los conservadores, sobre los casos de bandas que seducían a menores con fines de abuso sexual. En la sesión semanal de control en la Cámara de los Comunes de este miércoles, el líder laborista se ha referido al escándalo que domina esta semana el debate político sobre esos grupos.
Las bandas, en gran parte de origen paquistaní y localizadas en distintas zonas del país, seducían a niñas para después abusar de ellas desde hace más de 20 años. La polémica se desató después de que el millonario tecnológico Elon Musk acusase hace unos días a Starmer de haber sido «cómplice» del fracaso de las autoridades de proteger a las víctimas y procesar a los abusadores cuando fue director de la Fiscalía entre 2008 y 2013.
Ante la insistencia de la líder conservadora, Kemi Badenoch, para que el Gobierno abra una pesquisa nacional -a pesar de que hubo varias al respecto pero a nivel local en el pasado-, Starmer ha afirmado en la cámara baja que las víctimas quieren ahora «acción» y no otra investigación, por considerar que ésta llevaría años. Así, ha recalcado que una pesquisa puede quedar terminada en el año 2031 y que es necesario aplicar medidas ahora.
En cambio, el primer ministro ha urgido a Badenoch a que apoye un proyecto de ley en curso cuyo objetivo es convertir en delito el no informar o encubrir cualquier caso de abuso sexual infantil. Starmer también ha instado a Badenoch a que abandone su petición de una investigación nacional porque implicaría descarrilar esa legislación destinada a reforzar la seguridad de los niños.
Los conservadores han presentado una enmienda a ese proyecto de ley -titulado de Bienestar Infantil y Escuelas- exigiendo una nueva investigación nacional sobre las bandas. Si los diputados la respaldan, la pieza legislativa tendrá dificultades para avanzar.
En este sentido, Badenoch ha manifestado que no respaldar una investigación podría ser interpretado como un intento de «encubrimiento» por parte del Gobierno y que la pesquisa nacional podría establecer si hubo una motivación «racial o cultural» detrás de los abusos. Además, ha añadido que es muy probable que estas actividades de seducción con fines de explotación aún continúen en algunos lugares del país.
El escándalo también se ha profundizado después de salir a la luz que la viceministra para la Protección de Mujeres y Niñas, Jess Phillips, rechazó los pedidos del Ayuntamiento de Oldham -dentro del llamado Gran Manchester, norte inglés- para una investigación gubernamental sobre las bandas de seducción históricas en la ciudad.
