Publicado: abril 8, 2025, 6:00 am
Bautizar una embarcación es una fiesta. Y la reina Máxima (53), experta como pocas en protocolo, lo sabe a la perfección. De allí que para el bautismo del buque Janet Taylor, la joya que acaba de incorporar el Sea Ranger Service (SRS), la soberana haya elegido un increíble diseño con hombreras y plumas de la casa belga Natan, que decidió acompañar con un sombrero de ala ancha y unos stilettos altísimos… Un outfit, sin dudas, muy elegante, pero bastante desafiante para un escenario portuario y para la jornada ventosa del miércoles 2 de abril en el puerto de Róterdam, al norte de los Países Bajos. Después de superar el corte de cinta haciendo malabares para que el sombrero no se le volara, Máxima debió enfrentar otro reto: ingresar al velero que, según la revista Billed Bladet, no sólo era estrecho, sino que tenía la cubierta resbaladiza. La Reina no lo dudó: ateniéndose a las normas de seguridad, se sacó los zapatos y, así, avanzó. Aunque no es habitual que una monarca se descalce en una ceremonia oficial, esta no fue la primera vez de Máxima: ya lo hizo antes en 2018, para ingresar a una cancha de básquet en Schiedam; y, en 2021, al manejar un camión en Utrecht, siempre en los Países Bajos.
HABLANDO EN ESPAÑOL, INAUGURÓ UN JARDÍN DE TULIPANES EN MADRID
Desde 2023, la princesa Amalia (21) de Países Bajos mantiene una relación especial con Madrid, después haber vivido en la capital española varios meses tras las amenazas que pusieron en riesgo su seguridad. Conoce los monumentos más emblemáticos, sus calles, los lugares de moda y, como muestra personal de gratitud a la que considera su “segunda casa”, en noviembre de 2024 donó a la ciudad un jardín de siete mil tulipanes blancos y naranjas que está ubicado en la Plaza de Oriente, con vistas al Palacio Real. Y ahora que los tulipanes florecieron, la futura reina volvió a Madrid para inaugurar el hermoso jardín, en una ceremonia en la que la acompañaron el alcalde José Luis Martínez-Almeida y el embajador de su país, Roel Nieuwenkamp. El acto, que fue breve, estuvo cargado de emotividad, especialmente en el momento en que la princesa de Orange –muy cercana y natural– habló en español. Además, Amalia descubrió una placa en el pequeño parterre con una inscripción que decía: “Muchas gracias por mi tiempo en Madrid. ¡Disfruten de los tulipanes!, princesa de Orange. Reino de los Países Bajos. Primavera 2025”.