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Qué significa que una persona te mire fijamente a los ojos según la psicología

Publicado: septiembre 27, 2025, 4:00 pm

Probablemente, a todos nos ha sucedido en alguna ocasión que en las relaciones sociales nos topamos con una persona que nos mira fijamente a los ojos, y probablemente nos provoque incomodidad. ¿O quizá confianza? Las razones para que se comporte así pueden ser muy diferentes según la psicología, puesto que todo va a depender de la personalidad, el contexto en el que sucede la situación, cuánto tiempo mantiene la mirada ‘clavada’ y todo lo que no es lenguaje verbal, que influye mucho.

Así pues, hemos consultado a la psicóloga e hipnoterapeuta Daniela Constantin, experta en acompañar a personas que buscan superar bloqueos emocionales, ansiedad e insomnio, para intentar desentrañar las razones que llevan a una persona a este comportamiento que puede considerarse intimidante en muchos casos.

Mirar fijamente a los ojos… ¿Intimidación o confianza?

Como explica la psicóloga consultada, «cuando una persona mira fijamente a los ojos en contextos profesionales, suele asociarse con confianza. Cuando alguien sostiene la mirada en los ojos de otra persona, transmite cercanía, seguridad e incluso conexión. Alguien que se siente inseguro o tiene mucha vergüenza difícilmente mantendrá este tipo de mirada».

Un ejemplo claro de confianza se produce «cuando una persona habla en público: si mira a la audiencia de forma firme y directa, transmite confianza, conexión y hasta poder, pero desde un lugar seguro, no de dominancia ni desafío. La consecuencia es que se genera una mayor conexión con el público. La audiencia siempre valorará más a alguien que mira al frente que a quien fija la vista solo en la pantalla o hacia abajo».

En terapia, este contacto visual también significa confianza, pero en esta relación se añaden detalles esenciales como empatía y presencia, que hacen que la otra persona se sienta vista y comprendida. «En contextos sociales, una mirada fija suele ser señal de atención genuina: la persona está interesada en lo que dices y quiere escucharte».

Un signo de atracción en las relaciones de pareja

En el mismo contexto, pero en lo que se refiere a las relaciones de pareja, esa misma mirada puede convertirse en un signo de atracción romántica o sexual. «Desde la psicología evolutiva, el contacto visual sostenido funciona como una señal de atracción porque refleja concentración total en la otra persona y apertura al vínculo. De manera inconsciente, la mirada actúa como un mecanismo de ‘elección’ y como un indicio de disponibilidad para una conexión íntima».

Otra posibilidad, no obstante, y bajo el criterio de Daniela Constantin es que la mirada fija «no tenga que ver ni con atracción ni con desafío, sino con un proceso de evaluación. Puede significar que la persona está observando, juzgando o tratando de interpretar lo que transmites. En estos casos, la consecuencia puede ser doble: puede generar sensación de interés y escucha genuina, pero también incomodidad o desconfianza si la mirada se percibe como crítica o invasiva».

Saber interpretar más allá de la simple mirada

El significado de una mirada fija nunca puede entenderse de manera aislada. «Dependiendo del contexto emocional, social y cultural, debe analizarse en conjunto con la expresión facial, la postura, los gestos, la proximidad física y también el lenguaje verbal (las palabras y el tono de voz que la acompañan). Solo al observar la mirada dentro de este marco completo podemos interpretar con mayor precisión lo que la persona realmente quiere comunicar», dice la experta.

Sin ir más lejos, en algunos casos, «las personas mantienen la mirada más de lo esperado porque no dominan las normas sociales de contacto visual, o porque, debido a su propia condición, no logran regular ni gestionar de forma natural la forma en que miran. Esto puede estar relacionado con ciertos rasgos de personalidad o con condiciones como el espectro autista».

Así debemos responder a una mirada fija, según la intención

La manera de reaccionar a un contacto visual dependerá siempre de la intención con la que se sostiene esa mirada. Según la psicóloga, «en caso de que nos esté transmitiendo confianza o interés, lo mejor es acompañarla de manera natural: sostenerla unos segundos, sonreír, y abrirse con gestos corporales. De esta manera se refuerza la conexión y la comunicación es fluida».

Si intuimos atracción, entonces «la respuesta dependerá de si se comparte o no ese mismo interés. Si la atracción es mutua, devolver la mirada puede crear intimidad; si no lo es, se puede restar tensión a la situación apartando la vista de forma amable para no crear malentendidos. Para el desafío, es importante mantener la calma: devolver el contacto visual con firmeza, pero sin rigidez ni confrontación. No se trata de entrar en una lucha de poder, sino de mostrar seguridad interior y equilibrio«.

Cuando se percibe como juicio o crítica, la experta expresa que «una manera sana de gestionarlo es a través de la comunicación verbal; verbalizar lo que se percibe ayuda a transformar la tensión en diálogo. Si la mirada genera incomodidad constante, en casos donde la mirada se percibe como invasiva o excesiva, lo mejor es marcar límites con respeto: apartar la mirada, cambiar de posición o incluso expresar cómo te hace sentir».

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