Publicado: enero 4, 2025, 11:13 pm
Los hábitos de sueño pueden revelar mucho más de lo que pensamos sobre la personalidad y el bienestar emocional. Uno de estos patrones comunes es la preferencia por dormir siempre del mismo lado. Si bien este comportamiento puede parecer común, los expertos en psicología identificaron varias razones detrás de esta elección, que van desde la búsqueda de estabilidad hasta la influencia de factores físicos y emocionales.
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Dormir siempre del mismo lado puede ser una manifestación de la necesidad de estabilidad emocional. La psicología sugiere que aquellos que mantienen una postura constante durante la noche buscan sentir un grado de seguridad y confort. Este patrón refleja un deseo de tranquilidad y previsibilidad, características que nos permiten relajarnos por completo y descansar de manera más profunda.
Otro motivo detrás de este hábito tiene que ver con la comodidad física. Las personas suelen encontrar que dormir de un lado específico alivia ciertas tensiones o dolores en el cuerpo. Por ejemplo, algunas personas tienen molestias en la espalda, el cuello o las articulaciones, y dormir de un lado puede proporcionar alivio. Además, el cuerpo se adapta a las posturas que le permiten descansar de manera óptima, lo que hace que la misma posición se repita noche tras noche.
Desde un punto de vista neuropsicológico, los hábitos de sueño son patrones que el cerebro crea para ayudar a regular el descanso. Dormir siempre en el mismo lado puede convertirse en un comportamiento automático y arraigado, ya que el cerebro asocia esa postura con la sensación de relajación y descanso. Así, la persona puede no ser plenamente consciente de su elección, ya que se convirtió en una rutina inconsciente que facilita el sueño.
El lado en el que dormimos también puede decirnos algo sobre el estado emocional. Algunos estudios explican que las personas que prefieren dormir del lado derecho tienden a ser más activas, optimistas y enfocadas en el futuro, mientras que aquellas que optan por dormir del lado izquierdo podrían estar más inclinadas a la introspección o experimentar niveles más altos de ansiedad.
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Para quienes duermen con su pareja, la preferencia por un lado específico puede estar vinculada a la necesidad de cercanía emocional. Dormir en el mismo lado de la cama puede ser un reflejo de una conexión íntima con la pareja, ya que el cuerpo busca esa proximidad para sentirse más seguro y relajado. El lugar que elegimos en la cama también puede estar relacionado con el rol que desempeñamos en la relación, como el protector o el que busca comodidad.
Este hábito también puede estar relacionado con condiciones físicas o lesiones. Si una persona tiene una lesión en un lado de su cuerpo, ya sea una dolencia crónica o una lesión reciente, es posible que prefiera dormir del lado opuesto para evitar el dolor o la incomodidad. Las diferencias físicas, como una postura corporal desequilibrada, además pueden influir en la preferencia por dormir de un lado específico.
