A pesar de que los ojos estaban puestos en los últimos días en Jay-Z y su acusación —incluso en los likes indiscretos de su suegra, Tina Knowles—, la justicia ha vuelto de nuevo sus ojos hacia Sean Combs, más conocido Puff Diddy, que a sus 55 años ha recibido tres nuevas denuncias por agresión sexual de tres hombres que alegan que fueron violados entre 2019 y 2022.
De las denuncias, obtenidas por varios medios estadounidenses como Page Six o TMZ, destacan dos detalles: el primero es que están presentadas en un juzgado de Nueva York por un abogado local, por lo que no se trata de Tony Buzbee, quien es el abogado de más de 120 víctimas del magnate musical; y el segundo es que los tres demandantes utilizan el mismo sobrenombre para preservar su anonimato, John Doe.
Uno de los demandantes asegura que conoció a Diddy en el club nocturno Marquee, en la Gran Manzana en 2019, tras lo cual fue invitado a unirse a «una fiesta posterior exclusiva» en el hotel Park Hyatt. Allí, rodeado de una decena de personas del séquito del rapero, este le ofreció una bebida personalmente.
El denunciante afirma que el vaso contenía droga porque recuerda haber tenido que irse a un dormitorio porque todo «comenzó a dar vueltas y que escuchó a Combs decir ‘Está listo para la fiesta». Tras acostarse, se despertó boca abajo en el sofá, completamente desnudo, siendo sodomizado por el rapero.
Aunque apenas se podía mover, puntualiza que en un momento de consciencia vio a un hombre y una mujer sin identificar «sentados en la cama grabando la violación» y que seguían allí cuando se despertó, dándole 2.500 dólares en nombre de Diddy. Nunca habló, finaliza, por «miedo y humillación».
El segundo hombre cuenta unos hechos parecidos, en este caso en una fiesta del rapero en la zona de los Hamptons en 2020. También le dieron una bebida con droga y, en un momento dado, cayó casi desmayado, pudiendo ver cómo Diddy y un amigo «se turnaban para una violación anal».
«El demandante intentó resistirse a los ataques sexuales, pero no podía hacerlo», se lee en la demanda, añadiendo que no dio su consentimiento a esta «actividad sexual, ni a ninguna otra» así que aunque quisiera, habría sido «incapaz dado que estaba inconsciente». Además, añade que, a diferencia de los otros dos demandantes, él «fue víctima de uno o más actos sexuales delictivos a manos de» Combs y sus amistades entre 2020 y 2022.
Por último, el tercero de los demandantes detalla que, a pesar de que conoció al rapero mucho antes que el resto, alrededor de 2006 para «hacerle recados», no fue hasta febrero de 2020 que se reunió con él en el hotel InterContinental de Nueva York para discutir unos «pagos laborales que no había recibido».
Allí, afirma, le dieron una bebida adulterada con droga, sintiendo en un momento que tenía que echarse una siesta. Al despertar, «se encontró tumbado boca abajo, inclinado sobre el extremo del sofá, con los pantalones bajados».
El rapero le estaba «sodomizando» y él intentó resistirse y le dijo claramente «Para», si bien Diddy le contestó que «ya casi había terminado». Por último, revela que el magnate le advirtió que, si acudía a la Policía «parecería un idiota» porque él era «Diddy».
La respuesta de los abogados de Combs a estas tres demandas es básicamente la misma que contra las acusaciones comandadas por Tony Buzbee o por la Fiscalía de Estados Unidos: «Estas denuncias están llenas de mentiras. Vamos a demostrar que son falsas y buscaremos sanciones contra todos los abogados que no tienen ética profesional y que presentan denuncias ficticias en contra de nuestro cliente».