A pesar de que las princesas Disney representan finales felices, un artículo publicado en la edición navideña del ‘ British Medical Journal ‘ (BMJ) advierte sobre los importantesriesgos para la salud a los que se enfrentarían si vivieran en el mundo real. Liderado por Sanne van Dijk, investigador de la Universidad de Twente (Países Bajos), el estudio señala que Disney debería considerar estrategias como mindfulness, medidas de protección personal y educación sanitaria para garantizar que las princesas puedan « vivir saludablemente para siempre «. La investigación repasa los diferentes comportamientos no saludables de las diferentes princesas. Así, por ejemplo, de Blancanieves, dice que su aislamiento como sirvienta la expone a riesgos de enfermedades cardiovasculares, trastornos mentales y muerte prematura . Aunque los Siete Enanitos alivian su soledad, el episodio de la manzana envenenada ilustra el peligro de intoxicación alimentaria . La princesa de Aladdín, Jazmín (Aladdín) lleva una vida en el palacio sin amigos humanos, lo que incrementa los efectos adversos de la soledad . Además, su tigre Rajah supone un riesgo de infecciones zoonóticas y posibles ataques mortales. De Bella señalan que su cercanía con Bestia podría exponerla a enfermedades infecciosas graves como la rabia o la brucelosis , que son potencialmente letales. Tampoco se libra Cenicienta: Su constante contacto con el polvo aumenta el riesgo de desarrollar e nfermedades pulmonares ocupacionales . Esto se agrava con el uso de purpurina mágica, compuesta de microplásticos que pueden dañar los tejidos pulmonares. Y de Pocahontas advierten que el icónico salto desde un acantilado de 252 metros sería físicamente imposible sin sufrir fracturas graves, y puede animar a otras personas a intentarlo. El prolongado sueño de la Bella Durmiente la expone a complicaciones como enfermedades cardiovasculares, diabetes, úlceras por presión y atrofia muscular . U aunque el beso del príncipe rompe el hechizo, plantea un dilema ético al carecer de consentimiento. En cuanto a Mulan, la presión social y familiar para mantener el honor puede provocar problemas de salud mental asociados a la violencia basada en el honor. ¿Y qué decir del pelo de Rapunzel? Según el estudio, la tensión constante en su cabello por el peso de su trenza puede ocasionar alopecia por tracción, con dolor crónico, migrañas y pérdida permanente de cabello. El artículo no se queda aquí y propone medidas para una vida más saludable: Mindfulness y psicoterapia para abordar el aislamiento y el estrés psicosocial.; educación sobre convivencia segura con animales para prevenir infecciones zoonóticas; protección frente a agentes tóxicos, como microplásticos y contaminación ambiental; prevención de enfermedades ocupacionales con medidas de seguridad adecuadas. «Disney debe considerar intervenciones para superar estos desafíos de salud, incluyendo mindfulness y psicoterapia, capacitación sobre la convivencia con animales y medidas de protección personal contra agentes infecciosos y partículas tóxicas», escriben los autores. «Solo entonces las princesas de Disney podrán comenzar a vivir saludablemente para siempre». Pero no todo es negativo en el mundo de las princesas Disney. Así, un estudio publicado en ‘ Psychology of Popular Media ‘ aseguraba que las princesas Disney pueden mejorar la autoestima de los niños, según un estudio Realizado en la Universidad de California en Davis (EE.UU.) revela que las princesas Disney, especialmente aquellas con cuerpos de tamaño promedio como Moana, pueden mejorar la autoestima de los niños pequeños y fomentar un juego más diverso. Los niños que eligen princesas con cuerpos activos y dinámicos tienen más confianza en sí mismos y se sienten libres para explorar tanto juegos masculinos como femeninos. El estudio destaca que, lejos de ser dañinas, las princesas Disney pueden tener un impacto positivo en el desarrollo emocional de los niños.