Publicado: mayo 14, 2025, 2:07 pm
Si bien desde hace años se conocen los múltiples beneficios del ejercicio físico sobre la salud en general, cada vez hay más evidencia que demuestra que su influencia va mucho más allá de lo corporal. Diversos estudios científicos señalaron que la actividad física no solo contribuye al bienestar emocional, sino que también tiene un efecto directo sobre el funcionamiento del cerebro, favoreciendo aspectos como la memoria, la atención y otras funciones cognitivas. El impacto del ejercicio físico en la salud cerebral es objeto de creciente interés en las últimas décadas, con investigaciones que destacan sus beneficios tanto en la cognición general como en funciones específicas como la memoria y las habilidades ejecutivas. En este contexto, un nuevo hallazgo aportó una clave fundamental para comprender este fenómeno: se logró identificar el mecanismo preciso a través del cual el movimiento transforma el cerebro y potencia su rendimiento.
Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine analizó 133 revisiones sistemáticas que, en conjunto, incluyeron 2724 ensayos clínicos aleatorios y más de 258.000 participantes. La conclusión fue clara: el ejercicio físico tiene un impacto positivo y significativo sobre la cognición general, independientemente de la edad o el estado de salud de las personas.
Según explican especialistas, este efecto se debe a un mecanismo complejo que involucra tanto procesos biológicos como neurológicos. Cuando una persona se mueve, el cerebro libera proteínas como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que favorecen la plasticidad neuronal, es decir, la capacidad de formar nuevas conexiones y adaptarse a nuevos desafíos. A su vez, el ejercicio mejora la circulación sanguínea en el cerebro, lo que facilita el ingreso de oxígeno y nutrientes esenciales. Todo esto crea un ambiente más favorable para que el cerebro funcione mejor, lo que se traduce en mejoras concretas en la memoria, la atención, la concentración y otras funciones cognitivas clave.
Además, la investigación encontró que los efectos positivos del ejercicio eran más pronunciados en niños, adolescentes y personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Debido a esto, intervenciones de baja a moderada intensidad, de corta duración (1 a 3 meses) y el uso de videojuegos que requieren movimiento físico demostraron ser especialmente efectivos para mejorar la cognición y la memoria. Estos resultados proporcionan evidencia sólida de que el ejercicio, incluso de intensidad ligera, beneficia la salud cognitiva en diversas personas, reforzando su recomendación como una estrategia inclusiva para optimizar la función cerebral.
Uno por uno, los beneficios del ejercicio para la salud del cerebro
Los hallazgos de este estudio confirman lo que muchos especialistas señalan hace tiempo: moverse no solo fortalece el cuerpo, sino que también tiene efectos profundos sobre el funcionamiento del cerebro. A continuación, se detallan algunos de los principales beneficios que la actividad física aporta a la salud cerebral:
- Mejora la cognición general
- Fortalece la memoria
- Potencia las funciones ejecutivas (como la planificación, el control de impulsos y la toma de decisiones)
- Favorece el desarrollo cognitivo en niños y adolescentes
- Aumenta la capacidad de atención, especialmente en personas con TDAH
- Estimula el funcionamiento cerebral en personas mayores
- Mejora el rendimiento cognitivo incluso en personas con condiciones de salud diversas
- Promueve el bienestar emocional y reduce síntomas de ansiedad o depresión
- Puede aumentar la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar
- Estimula la liberación de factores de crecimiento neuronal, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro)
Los ejercicios que recomiendan los expertos
Entre las formas de ejercicio que mostraron mayor eficacia se destacan aquellas que no solo implican movimiento físico, sino también estimulación mental. Por lo que destacaron los expertos, los videojuegos que requieren actividad corporal se presentan como una herramienta innovadora especialmente útil para personas jóvenes, ya que combinan lo lúdico con el entrenamiento cognitivo. A su vez, prácticas como el yoga y el tai chi, que integran cuerpo y mente a través de la coordinación, la respiración y la concentración, también resultan efectivas.
Más allá del tipo de actividad, el estudio remarca que incluso ejercicios de baja intensidad, cuando se realizan de manera constante, pueden mejorar la función cerebral, por lo que es clave sumarlos a la rutina.