Publicado: abril 10, 2025, 1:02 pm
El economista catalán Pau S. Pujolas ha acaparado los focos esta semana sin pretenderlo. ¿El motivo? La guerra arancelaria de Donald Trump. Todo ello después de que la Casa Blanca cite su artículo científico Déficits comerciales con guerras comerciales en la página web en la que justifica de dónde sale la fórmula matemática para calcular los «aranceles recíprocos» impuestos por EEUU (que finalmente este miércoles fueron suspendidos durante 90 días). El español, sin embargo, se ha desmarcado asegurando que los conflictos arancelarios «acaban empobreciendo a todo el mundo» y que precisamente su trabajo era una advertencia para que «no ocurriera lo que ha pasado».
Si bien Pujolas está estos días todavía calculando las posibles consecuencias al aplicar aranceles de esa magnitud, adelanta que «será malo para China, pero también para Estados Unidos y los estadounidenses». En ese sentido, dice que mientras que una guerra comercial con China podría llegar a ser una buena jugada desde el punto de vista estadounidense, los cálculos apuntan hacia una dirección distinta en el caso de la Unión Europea: «Por la magnitud del comercio, del déficit comercial y el tipo de comercio, si Estados Unidos y la UE entran en una guerra comercial pierden los dos, aunque los aranceles estén bien diseñados».
En cualquier caso, y aunque Trump cite el artículo de Pujolas, los porcentajes que mostró el presidente de EEUU no se ajustaban a las tarifas reales de la relación comercial actual. Lejos de basarse en criterios tradicionales como la reciprocidad o las barreras regulatorias impuestas por otros países, los aranceles se establecieron a partir de un cálculo centrado exclusivamente en el déficit comercial de bienes que EEUU mantiene con cada nación.
No es verdad. La fórmula de Trump y yo no tenemos nada que ver. Ni por asomo»
Horas más tarde de la soflama de Trump, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos reveló la metodología en un documento que pretendía ser «sofisticado». Allí se mostraba una fórmula:
Y al final, incluso, «referencias», cual papel científico. Entre ellas está la del profesor Pau S. Pujolas, doctorado en la Universitat Autònoma de Barcelona en 2013, y profesor asociado en la Universidad de McMaster (Canadá). El artículo se titula Déficits comerciales con guerras comerciales y Pujolas lo firma junto a su colega Jack Rossbach.
«Los desequilibrios comerciales alteran significativamente las implicaciones de los aranceles para el bienestar. Utilizando un modelo ilustrativo, demostramos que los déficits comerciales aumentan la capacidad de un país para alterar su relación de intercambio y, por tanto, beneficiarse de los aranceles«, se dice en el resumen (abstract) del paper que Pujolas y Rossbach publicaron hace unos meses, en noviembre de 2024.
La ganancia de un arancel viene solamente a costa de empobrecer el vecino; si el vecino hace lo de ojo por ojo, (casi siempre) acabamos todos ciegos»
«Mayores déficits comerciales implican mayores aranceles óptimos, o maximizadores del bienestar. Calculamos los aranceles óptimos unilaterales y de equilibrio de Nash entre Estados Unidos y China —los países con el mayor desequilibrio comercial bilateral— utilizando un modelo de equilibrio general aplicado multirregional y multisectorial con sectores de servicios y vínculos insumo-producto, una tarea compleja desde el punto de vista computacional. El libre comercio beneficia a ambos países en comparación con una guerra comercial. Sin embargo, en relación con los tipos arancelarios existentes, Estados Unidos sale ganando de una guerra comercial con China, un resultado que depende de su desequilibrio comercial bilateral», finaliza el resumen del documento.
Pujolas ha conseguido mucho eco mediático, sin duda, pero está más bien disgustado. Lo que escribió junto a Rossbach no defiende la lluvia de aranceles que ha puesto en marcha la Administración de EEUU. «La fórmula y las tablas con las que salió Trump como si fuese Moisés no tienen nada que ver ni con mi artículo ni con los artículos que se citaban«, asegura en declaraciones a El País. Así, el economista comenta que entre su estudio y lo que está haciendo la Casa Blanca «hay un trecho muy grande. Es una animalada, están causando una recesión».
Este lunes el blog Nada es gratis publicó una entrada firmada por el propio Pujolas, donde el economista asegura lo siguiente: «Si decidimos jugar al juego del arancel, el único beneficio que podemos conseguir es la transferencia de ingresos de productores vecinos a las arcas de nuestro gobierno». Y continúa: «Si a nosotros nos parece bien jugar, es razonable pensar que los vecinos querrán jugar también al juego del arancel. Si ellos lo hacen, transferirán recursos de nuestros productores a las arcas de sus gobiernos. Así que… la ganancia de un arancel viene solamente a costa de empobrecer el vecino; si el vecino hace lo de ojo por ojo, (casi siempre) acabamos todos ciegos».
Si decidimos jugar al juego del arancel, el único beneficio que podemos conseguir es la transferencia de ingresos de productores vecinos a las arcas de nuestro gobierno»
Y sin embargo, el pasado lunes, la Casa Blanca volvió a utilizar la «autoridad» del texto de Pujolas para explicar su actuación. «Análisis económicos más recientes permiten la posibilidad de déficits comerciales persistentes que resistan un reequilibrio automático, lo que está más acorde con la realidad en Estados Unidos», afirmó Steve Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Trump, en el Hudson Instituto.
En esa argumentación, Miran sostuvo que «al imponer aranceles a los países exportadores, Estados Unidos puede mejorar los resultados económicos, aumentar los ingresos e imponer enormes pérdidas para la nación arancelada, incluso con represalias totales». Y lo hizo citando el artículo de Pujolas y Rossbach.
El economista catalán insiste: «No es verdad. La fórmula de Trump y yo no tenemos nada que ver. Ni por asomo». En conversación con el programa Todo es mentira, de Cuatro, Pujolas explicó que lo único que hizo «fue descubrir que hay un espacio en los modelos que se utiliza de comercio internacional, para poner aranceles y ganar cuándo tienes un déficit comercial. Pero los aranceles deberían ser muy bien calculados y utilizando sistemas muy sofisticados».
Hay un espacio para poner aranceles y ganar cuándo tienes un déficit comercial, pero deberían ser muy bien calculados»
El equipo de gurús económicos que Trump tiene, con Peter Navarro a la cabeza en esta cuestión, parece estar buscando una devaluación fiscal para así poder aumentar los ingresos del Estado con impuestos a la importación. El fin último es poder rebajar los impuestos a los ciudadanos, como el republicano prometió en campaña, o al menos no tener que subirlos.
Según el texto prepublicado por los dos economistas en noviembre pasado, «los desequilibrios comerciales alteran significativamente las implicaciones de los aranceles para el bienestar de la población. Mediante un modelo ilustrativo, demostramos que los déficits comerciales mejoran la capacidad de un país para modificar sus términos de intercambio y, por lo tanto, beneficiarse de los aranceles. Un mayor déficit comercial implica aranceles óptimos más altos, o que maximizan el bienestar».
La Casa Blanca ha utilizado el artículo de Pujolas para argumentar su fórmula de la guerra arancelaria, cuando el autor y su colega no sostienen que un bombardeo de gravámenes sea la solución a los déficits comerciales. Pero lo llamativo del caso es que además el artículo de Pujolas se publicó en la versión de preimpresión, lo que quiere decir que todavía no había pasado la supervisión de los pares necesaria para que se publique de forma definitiva en una revista científica. Ha dado igual.