El sistema sanitario británico, el NHS (National Health Service), era la joya de la corona del estado del bienestar de la nación. Fue un logro del laborismo que gobernó durante décadas tras la Segunda Guerra Mundial, pero la llegada en los años 80 de los neoliberales de la mano de Margaret Thatcher lo dejó maltrecho. El sistema aún se resiente de aquel golpe.
Tanto que el NHS está al límite. «Esta vez es diferente. Nunca había estado tan mal como ahora«, aseguraba a la CNN Peter Neville, médico que trabaja en la sanidad publica desde 1989. Eso se traduce en hospitales que funcionan por encima de su capacidad y pacientes que son atendidos en pasillos, salas de espera, en ambulancias o que ni siquiera reciben atención.
El último ejemplo de que el sistema sanitario de Reino Unido está al borde del colapso es el de las matronas. Después de un largo rosario de casos de atención deficiente, cada vez más mujeres optan por servicios privados o por dar a luz en casa.
Faltan enfermeras y matronas (británicas)
Los colegios de enfermeras y matronas han alertado de la crisis que vive la profesión. En los hospitales falta personal y al sistema le resulta difícil retener al personal contratado. El NHS, aseguran, tiene dificultades para atraer a trabajadores británicos.
Las estadísticas oficiales muestran que el número de enfermeras y matronas británicas ha descendido, informa el Morning Star. El último informe del Nursing & Midwifery Council muestra que a finales de septiembre había un récord de 841.367 profesionales en el registro (un 22% más que en marzo de 2017). Sin embargo, ese aumento ha sido por las contrataciones en el extranjero.
El sistema en Gran Bretaña está desbordado. Los pacientes lo perciben: cada vez más mujeres sienten que el NHS las ignora. El resultado es que muchas han empezado a pagar para contratar a comadronas privadas, según informa The Guardian. El diario habla de mujeres que abonan hasta 8.000 libras (unos 9.600 euros) por servicios de maternidad.
Los diputados británicos descubrieron en mayo que las comadronas y los médicos del NHS se burlaban de las parturientas, las ignoraban y les causaban daños permanentes. La primera investigación realizada en el país sobre los traumas del parto concluyó que la mala atención durante el parto era tan habitual y sus consecuencias tan perjudiciales que los ministros y los jefes del NHS debían tomar ya medidas.
Dar a luz fuera del NHS
Parir fuera del sistema público es cada vez más frecuente en Reino Unido. El hospital londinense de Portland es el único hospital privado de maternidad del país. Parir allí, un parto asistido por un especialista, cuesta a partir de 7.495 libras (unos 9.000 euros). El centro hospitalario afirma que ha aumentado el número de mujeres embarazadas que lo eligen.
Están también las matronas que trabajan por cuenta propia, que han registrado un significativo aumento de su actividad. Las madres eligen sus servicios como alternativa al NHS o como complemento. Jacqui Tomkins, comadrona independiente desde hace más de 20 años, le contó a The Guardian que las consultas han pasado de dos a cinco por semana tras la pandemia y se mantienen altas.
Por término medio, los servicios privados de matrona cuestan entre 4.000 y 8.000 libras. Suelen cubrir los cuidados prenatales, la asistencia al parto y el apoyo postnatal. Sólo el apoyo prenatal cuesta unas 2.500 libras. Pero esos servicios deben cumplir la ley. Las matronas autónomas necesitan un seguro de responsabilidad profesional para ejercer.
El sistema se enfrenta a un duro invierno
Cada semana, la crisis del NHS procura titulares en Gran Bretaña. Si el origen está en los recortes llevados a cabo por los gobiernos conservadores, la pandemia supuso un duro golpe, porque provocó el retraso en las operaciones. Luego han llegado recortes de personal para ajustarse a los presupuestos y así, salas de hospital al límite de su capacidad por falta de espacio. Como consecuencia ha habido huelgas de los distintos sectores afectados.
El sistema se va a enfrentar a un invierno realmente duro. El otoño ya ha sometido al NHS a una gran presión. Este octubre fue el mayor mes de la historia tanto en ingresos en urgencias como en demanda de citas con el médico de cabecera, según datos del propio sistema.
La ocupación de camas en los hospitales de Inglaterra ronda el 98%, muy por encima del objetivo ideal del 85%. Según Rory Deighton, director de la red de agudos de la Confederación del NHS, alrededor de una quinta parte de las camas de los pabellones están ocupadas por ancianos en condiciones de ser dados de alta. El problema es que carecen de asistencia social para mejorar ya en casa.
Starmer y su plan para reducir las listas de espera
Por otra parte, los servicios de ambulancias de todo el país informan de tiempos de espera de hasta 12 horas para llamadas de casos urgentes pero no críticos que requieren ingreso hospitalario, según informa The i Paper.
En ese contexto, el primer ministro Keir Starmer anunció este jueves un plan para reducir las listas de espera del NHS. La medida está en su Plan para el Cambio en los servicios públicos y busca alcanzar antes de las próximas elecciones que el 92% de las operaciones rutinarias se lleven a cabo en un plazo de 18 semanas.