El Club Atlético Osasuna se clasificó para los cuartos de final de la Copa del Rey al imponerse por 2-3 al vigente campeón, el Athletic Club, después de adelantarse 0-2 en el marcador y sobrevivir a la remontada bilbaína hasta el empate a dos con un tanto de Ante Budimir que desniveló definitivamente la eliminatoria.
Sin los lesionados Oihan Sancet y Bryan Zaragoza, los dos equipos arrancaron el partido dispuesto a plantar cara al rival. El Athletic decidido a meter ritmo y a Osasuna en su campo y el conjunto navarro a evitarlo con todos sus medios.
En esa dinámica, más allá de acercamientos peligrosos a ambas áreas, las mejores ocasiones fueron locales. Primero un centro chut de Guruzeta que iba a portería si Herrera hubiese acabado metiendo una mano muy valiosa para enviarlo a córner, y después un disparo desde la frontal de Iñaki Williams que el meta visitante despejó también a saque de esquina en una intervención similar.
Parecía que el choque, en el que Osasuna trataba de que no se jugase mucho retrasando continuamente sus saques, se iba a ir a descanso sin goles y sin mayor interés hasta que se volvió loco en el tramo final el primer tiempo.
Osasuna se adelantó 0-2 en cuatro minutos con un golazo de Oroz a centro de Areso desde la banda y otro de Budimir tras transformar un claro penalti de Agirrezabala sobre él mismo después una mala cesión de Paredes al meta local.
Dos tantos a los que respondió en el tiempo añadido el Athletic, con un gol de Nico Williams enganchando un zapatazo a la red a un balón colgado desde de la derecha del otro Wiliams, Iñaki.
Como impulsado por el 1-2, el Athletic salió en la segunda mitad en tromba a por el empate y no dejó de plantarse ante Herrera, al que amenazaron Yeray, Iñaki y Jauregizar antes de que le batiese De Marcos en la jugada del 2-2. Un desmarque tremendo del capitán a un pase lejano perfecto de Jauregizar le puso todo de cara para remachar la jugada.
Parecía llegar el tercero de los locales con Osasuna desbordado, pero no. Lo que se dio fue el tercer tanto visitante. Rubén García caracoleó en el área, buscó a Agirrezabala en el primer palo, el portero no blocó la pelota y Budimir la rebañó para mandarla a la red con la tranquilidad que exigía la acción.
Se repuso el Athletic y volvió a abordar la meta visitante, aunque ya sin tanta insistencia y tanto brío. Aún así, generó varias ocasiones claras en las que sus delanteros no estuvieron finos.
Sí lo estuvo Williams, al que Herrera le detuvo el disparo cruzado; pero no Guruzeta, que se enredó en un perfecto centro de Yuri, ni Berenguer, que buscó el segundo palo cuando sus compañeros esperaban su centro desde la línea de fondo por dentro.
Buscaron más jugadas los leones, pero el cronómetro corría rápido ante su poco acierto. Por medio, Herrera dio el susto al tener que retirarse en camilla, aturdido pero consciente, tras recibir un rodillazo involuntario en la cabeza de su compañero Boyomo.