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No me llames Dolores, llámame Lola: la UE y la importancia de tratar a los ciudadanos como adultos

Publicado: marzo 21, 2025, 9:00 am

Para la Unión Europea las palabras importan, pero eso no implica dejar de ser clara con los ciudadanos. El plan para el futuro de la defensa de la UE se llama Rearmar Europa, pero a España e Italia no les gusta ese concepto porque dicen que es poco «amplio» para todo lo que supone la seguridad del bloque. La presión parece absurda, porque la realidad es que la Unión se tiene que centrar, al menos a corto plazo, en la compra de material militar para tapar los agujeros que ha ido dejando toda la ayuda a Ucrania en estos últimos tres años. Y sí, casi todos en Bruselas entienden que la estrategia tiene que ir más allá, pero un rearme es un rearme.

Con todo, la ‘presión’ de Pedro Sánchez y de Giorgia Meloni ha hecho que en la rueda de prensa posterior a la cumbre del Consejo Europeo de este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya no utilizó ese término. Pedro Sánchez abogó por ser quirúrgicos en general. «El término rearme no me gusta en absoluto. No comparto ese término en absoluto. Creo que debemos de hablar de otra manera cuando hablamos de mejorar las capacidades de defensa europeas«, porque esto, para España, va más allá de lo militar.

Asimismo, ha recordado que la UE «es un poder blando». Los conceptos «importan», comentaron fuentes diplomáticas, que no ven este elemento como una clave en los debates. Ahora, el poder blando no implica ingenuidad, y cambiarle el nombre a las cosas no cambia su fondo: Europa ha iniciado la era de la Defensa y eso implica, guste o no, un rearme. «No me llames Dolores, llámame Lola», que dice la canción; de una forma o de otra, el nombre es el mismo. Comprar armas -entre otras cosas- es lo mismo que rearmar.

El mismo argumento que Sánchez usó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. «La cuestión de la seguridad no está ligada solo al rearme», matizó, sino que se trata, dijo, de un concepto «mucho más amplio». Europa tiene que entender esto, añadió. ¿Por qué? «Para tener la certeza de que los recursos que estamos poniendo a disposición se puedan emplear en la defensa de las fronteras, para la ciberseguridad, para las infraestructuras estratégicas, para las materias primas». Con todo ello, pide ser «prudentes con los mensajes que se envían a los ciudadanos» en estos momentos.

Aunque las palabras sean más o menos las mismas, los motivos de Marid y de Roma para estos planteamientos cambian. En el caso de Sánchez quiere suavizar el mensaje para ‘encajar’ los planteamientos de Sumar y de sus socios, algunos de los cuales ya han votado en contra en el Congreso de aumentar el gasto en defensa. En Bruselas, de hecho, el presidente del Gobierno reconocía «discrepancias históricas» en la izquierda. Además, Sánchez deja entrever que si habla de «rearme» esto puede ir en contra de un pilar social que nadie quiere tocar para aumentar el gasto en seguridad. «Cuando hablamos de defensa hablamos sobre todo de tecnología», matizó en rueda de prensa el jefe del Ejecutivo.

Italia mira desde otro sitio, y su mensaje tiene que ver con Donald Trump. Meloni se ha convertido en cierto modo en el enlace entre la UE y Washington, por eso no quiere pisar terreno pantanoso: endurecer el discurso puede verse como una forma de ir al choque con la Casa Blanca y no quiere ni reforzar más de la cuenta el respaldo a Ucrania por si eso pone en jaque las negociaciones que ahora se están iniciando ni hablar de una confrontación en términos de seguridad con quien todavía considera un aliado clave para Europa.

En Bruselas entienden los matices y fuentes diplomáticas explicaron a 20minutos que Von der Leyen entiende «las diferentes sensibilidades» que hay entre los Estados miembros, pero la realidad es la que es. Su hoja de ruta de aquí a 2030 incluye: la compra de munición, inversiones conjuntas en defensa y en seguridad, proyectos comunes o ‘salvaguardas’ económicas para que las cuentas de los Estados miembros no se descabalguen. Es decir, son todos los pasos para un rearme, aunque es evidente que esto no va de «atacar a nadie», sino de «poder protegerse mejor de lo que venimos haciendo en el pasado», concluyen las fuentes.

La ‘pinza’ Sánchez-Meloni a Von der Leyen ejemplifica además que las visiones dentro de la UE son diferentes: el Este tiene un discurso duro por la cercanía de la amenaza rusa; el sur, en cambio, tiene, como dijo Sánchez, «unas amenazas diferentes». La brecha norte-sur que se dio en la crisis del 2008 se ve ahora entre el sur y los Bálticos. Es más, Lituania, Estonia y Letonia ya han avisado en los últimos días de que no se pueden encargar de sostener la defensa europea, y reclaman apoyo a los países mediterráneos. Sánchez, en ese contexto, habla de «solidaridad» con ellos, pero incide en que el reto de España es el flanco sur, es decir, el punto casi más lejano de Moscú. Defenderse, sí, pero no de lo mismo… y ahí puede estar el verdadero cisma cuando haya que tomar decisiones concretas.

Pero si compras armas, municiones, impulsas tu producción, inviertes en Defensa, ves la foto completa para reducir problemas y trabajas con socios fiables para protegerte, lo que estás haciendo es un rearme, aunque se quiera llamar de otra manera. Los ciudadanos no entenderán que la Unión diga A y haga Z. La UE ha sido experta en el uso de eufemismos, y casi nunca sale bien. Igual que en la pandemia no se minimizaron los riegos, ahora tampoco puede edulcorarse un concepto que sigue apretando a la Unión para que tome decisiones. Rearmar Europa. Eso es lo que ya todos asumen que tiene que pasar, aunque se quiera camuflar en otras palabras que, en realidad, vienen a decir lo mismo: la UE necesita poder defenderse y cuidar de sí misma.

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