Tras la aparición de 21 ballenas muertas en Península Valdés, Chubut, la principal hipótesis de los investigadores es que se debe al consumo de algas tóxicas. Pese a la tragedia, aseguran que se trata de un fenómeno natural que ocurre en los mares de todo el mundo.
Las autoridades locales están trabajando para reubicar los restos de los cetáceos en un operativo conjunto y complejo, liderado por el Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut.
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Según el Programa de Monitoreo Sanitario de la Ballena Franca Austral, entre el 19 y el 29 de octubre se contabilizaron las muertes de estos ejemplares, afectadas posiblemente por floraciones algales nocivas en el Golfo Nuevo.
Para las tareas de remoción y reubicación se han coordinado esfuerzos con la Dirección de Flora y Fauna, la Administración de Vialidad Provincial, el Área Natural Protegida Península Valdés y el municipio de Puerto Pirámides, además de contar con el apoyo de la Red Fauna y los prestadores de servicios de avistaje de ballenas.
Especialistas destacan que una posible causa de esta mortandad es el consumo de algas tóxicas, en coincidencia con la etapa de alimentación de las ballenas adultas y juveniles en la zona.
“Nuestro equipo ha observado que estas ballenas se han alimentado de manera frecuente en el último mes, coincidiendo con el período final en que las madres permanecen con sus crías tras varios meses de ayuno”, explicaron desde el Programa de Monitoreo.
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Para confirmar la causa, los científicos están analizando los niveles de toxinas en distintos órganos de los ejemplares fallecidos.
“Si bien las floraciones algales nocivas se presentan en forma de parches en las áreas de alimentación, será necesario confirmar la presencia de toxinas específicas mediante análisis de laboratorio de los órganos afectados”, detallaron.