Los virus siempre están ahí, dispuestos a invadir las células del cuerpo y reproducirse, para provocarnos la enfermedad contra la que nuestro sistema inmunitario debe defenderse. Los virus actúan secuestrando las células normales, y las utilizan para multiplicarse y provocar el mayor daño posible. Aunque existen medicamentos llamados antivirales, es nuestro propio organismo el que debe vencer la batalla para eliminar los virus que lo atacan.
Estamos muy habituados a oir hablar a los expertos de que los virus en muchos casos son inevitables y tienen un proceso antes de ser expulsados del cuerpo, pero lo cierto es que por nuestra parte hay una serie de medidas preventivas que podemos adoptar, para mantenerlos alejados lo más posible. Para conocer cuáles son esas medidas, hemos hablado con la doctora Silvia Sánchez Ramón, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología y Jefa de Servicio de Inmunología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Mantener unas medidas de higiene general básicas
«Lavarse las manos con agua y jabón de manera frecuente, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar tocarse la cara para reducir la posibilidad de contagio» son las medidas más evidentes para comenzar a cortarle el paso a los virus, según comienza explicando la inmunóloga.
Y añade: «Durante la pandemia se ha insistido mucho en estas medidas, como son mantener distancia de quienes presentan síntomas de enfermedades respiratorias y tomar precauciones, como el uso de mascarillas en lugares concurridos, por ejemplo».
Las vacunas, un alido indiscutible
Según continúa exponiendo la doctora, «las vacunas, como pueden ser la anual contra la gripe u otras más recientes para grupos de pacientes de riesgo, son esenciales para prevenir enfermedades virales. Mantener el calendario de vacunación al día es una herramienta eficaz para proteger nuestra salud».
Mantener una alimentación adecuada nos protege de los virus
«La literatura médica demuestra que la malnutrición, caracterizada por deficiencias en nutrientes esenciales como las vitaminas A, C, D, E y minerales como el zinc, puede debilitar el sistema inmunológico, aumentando la vulnerabilidad a las infecciones virales y complicando la recuperación».
Por tanto, consumir una dieta rica en vitaminas y minerales, como las vitaminas A, C, D y el zinc, contribuye al óptimo funcionamiento del sistema inmunitario. Se recomienda una alimentación balanceada que incluya frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables.
El ejercicio regular moderado mejora las defensas
La doctora continúa explicando que una actividad física moderada, de manera rutinaria, «mejora las defensas innatas y adaptativas, a través de diversos mecanismos, lo que ayuda a reducir el riesgo de infecciones. El ejercicio ayuda a movilizar células clave en nuestras defensas, como las células T y NK, que mejoran la vigilancia frente a infecciones».
Además, esta práctica tan recomendable «reduce la inflamación crónica y estimula sustancias beneficiosas que promueven una respuesta inmune más eficiente. Estos beneficios, sumados a una mejora general en el funcionamiento celular, hacen del ejercicio una herramienta sencilla para cuidar nuestras defensas y prevenir enfermedades».
Trabajar en un sueño que resulte reparador frena los virus
El último consejo de la experta en inmunología hace referencia a la importancia de favorecer un sueño que realmente resulte reparador. «Dormir bien es fundamental para el sistema inmunitario. Sabemos que la falta de sueño puede debilitar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones. En este mismo sentido, mantener los niveles de estrés controlados favorece la respuesta inmunológica, ya que el estrés crónico puede debilitar las defensas», concluye.