Publicado: septiembre 19, 2025, 6:17 am
Los agonistas del receptor GLP-1 como el famoso Ozempic, originalmente desarrollados para combatir la diabetes de tipo 2, han revolucionado el abordaje de otra enfermedad: la obesidad. Ya son miles las personas que los usan en países como España en la forma de plumas precargadas con solución inyectable.
Ahora, un nuevo fármaco desarrollado por la farmacéutica Lilly podría impulsar esta línea de medicamentos un paso más allá, al permitir a los pacientes la administración de esta clase de terapias por vía oral. Es decir, que los pacientes podrían tener la opción de tomar el fármaco mediante una pastilla, en lugar de inyecciones. Los resultados de su último ensayo clínico de fase 3 para el orforglipron, que es como se llama este compuesto, muestran que su eficacia igual a la de sus homólogos inyectables; aún así, es importante tener en cuenta algunas diferencias clave.
¿Qué son los agonistas del GLP-1 y qué hacen en el cuerpo?
El orforglipron, junto con otros principios activos como la semaglutida (Ozempic) o la liraglutida (Saxenda) pertenece a una familia de fármacos conocidos como agonistas de la hormona GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo-1). Todos ellos funcionan de una manera similar: según indica la especialista M. Regina Castro en un artículo publicado por la prestigiosa Clínica Mayo (Estados Unidos), lo que hacen es imitar la función de dicha hormona y estimular al cuerpo a producir más insulina cuando los niveles de glucosa en la sangre comienzan a elevarse tras una comida.
A nivel inmediato, es fácil entender por qué esto es de gran utilidad frente a la diabetes de tipo 2, una condición en la que el cuerpo no produce suficiente insulina como para regular correctamente los niveles de glucosa en la sangre. No obstante, más adelante se descubrió que sus beneficios no se limitan a esta patología.
Sin que sepamos exactamente por qué, los agonistas del GLP-1 también ayudan a controlar el apetito, por lo que se emplean cada vez más en el tratamiento de trastornos metabólicos como la obesidad o el sobrepeso. Se piensa que esto podría deberse al hecho de que estos medicamentos ralentizan el movimiento de los alimentos desde el estómago hacia los intestinos, aumentando la sensación de saciedad.
En la actualidad, en muchos países del mundo (y entre ellos España) este uso está contemplado por las autoridades reguladoras, si bien se especifica que siembre debería acompañarse de cambios en la dieta y en el estilo de vida de las personas.
Por otro lado, tenemos evidencias de que los tratamientos con esta clase de fármacos pueden reducir el riesgo de ciertas patologías cardiovasculares importantes, como la insuficiencia cardíaca, los accidentes cerebrovasculares (ictus) o incluso de algunas enfermedades renales. Todas estas condiciones se asocian de manera importante con la diabetes y la obesidad, con lo que la mejora en este sentido probablemente sea una consecuencia del éxito de la terapia.
Un nuevo paso en los fármacos para adelgazar
Concretamente, y según refleja el portal de noticias sobre medicina Medscape, el jefe de diabetología y director del Centro de Diabetes y Salud de Alemania Occidental Stephan Martin declaró ante el Centro Científico de Medios que «el agonista del receptor GLP-1 oral orforglipron conduce a una pérdida de peso superior al 10% en comparación con el placebo. Esta disminución es sólo ligeramente inferior a la que logra la semaglutida, que debe inyectarse semanalmente. Además, no hay diferencias significativas en los efectos secundarios».
Esto se desprende de los resultados del ensayo ATTAIN-1, publicados en el medio especializado The New England Journal of Medicine que contó con 3127 adultos con obesidad (diagnosticada en base a un índice de masa corporal o IMC mayor o igual a 30) y sobrepeso (IMC mayor o igual a 27) que tenían al menos una comorbilidad asociada.
A estas personas se les asignó de manera aleatoria un tratamiento de orforglipron en dosis de 6, 12 o 36 mg o bien un placebo. Además, todos ellos recibieron consejos sobre una nutrición saludable y la práctica regular de ejercicio físico.
Resultados comparables a las inyecciones
A las 72 semanas, los pacientes que recibieron los 36mg de orforglipron perdieron de media un 12,4% del peso corporal (en torno a 12,4 kilos de media) frente al 0,9% (en torno a 1 kilo) que perdieron los que recibieron placebo. En el dosis de mayor dosis, un 59,6% perdió al menos un 10% y un 39,6% al menos un 15%.
También se mejoraron los marcadores de riesgo cardiovascular, incluyendo el colesterol no lipoproteico de alta densidad o colesterol no HDL (la presencia en sangre de todos los tipos de colesterol menos el llamado ‘colesterol bueno’, el colesterol HDL); los triglicéridos y la presión sanguínea sistólica; finalmente, el marcador inflamatorio proteína C-reactiva se redujo hasta en un 47,7%.
Estos resultados son sólo ligeramente menores a los del ensayo de fase 3 OASIS 1, llevado a cabo por Novo Nordisk para probar la semaglutida oral de 50mg, que mostró una reducción del 15,1% en el peso corporal.
Cabe señalar que el perfil de seguridad del orforglipron fue consistente con el de otros agonistas del receptor GLP-1. Los efectos secundarios gastrointestinales, incluyendo diarrea, vómitos y estreñimiento, fueron los más comunes. Las tasas de retirada fueron dependientes de la dosis (hasta 24,4% en el grupo que recibió la dosis más elevada) pero en todo caso menores que en el grupo que recibió el placebo (29,9%).
Razones para la cautela
Sin perder de vista todo lo anterior, los expertos coinciden en que hay razones para ser prudentes. Por ejemplo, el doctor Stefan Kabisch, investigador del departamento de Endocrinología y Medicina del Metabolismo en el campus Benjamin Franklin de la Charité-Universitätsmedizin de Berlín y del Centro Alemán de Investigación en Diabetes afirmó que se trata de hallazgos notables, pero no transformadores.
«Los resultados preliminares», declaró a Medscape, «son similares a los descritos en los últimos estudios con inyecciones de medicamentos del GLP-1: pérdida de peso media significativa, grandes proporciones de la cohorte con reducciones de peso clínicamente importantes de más del 10 o el 15% del peso al comienzo, y mejorías adicionales en factores de riesgo de la obesidad como la tensión arterial, los lípidos en sangre o los niveles inflamatorios. Lo nuevo es que el ingrediente activo puede funcionar en una pastilla».
Por el contrario, criticó que la comparación se realizase exclusivamente con placebo, y recalcó que el efecto puede parecer mayor de lo que lo haría en un ensayo contra los agonistas del GLP-1 inyectables o una terapia nutricional intensiva. Bajo condiciones controladas estrictamente, como las que requiere un ensayo de fase 3 como este, estas intervenciones también podrían lograr resultados similarmente potentes.
«Los problemas fundamentales de la pérdida de peso basada en fármacos del GLP-1 no cambian con una administración oral», apostilla por su parte Stephan Martin. «Sabemos que la discontinuación de semaglutida (Ozempic) lleva a un efecto yo-yó, y que la masa muscular disminuye junto a la masa de grasa. Esto significa que aquellos que no estén dispuestos a a someterse a una terapia de por vida ganarán peso tras dejar el medicamento; en otras palabras, reemplazarán músculo por grasa».
Riesgos potenciales de terapias orales
Kabisch apuntó que las las inyecciones habituales representan una barrera psicológica para muchos pacientes que una terapia oral podría eliminar. Aunque esto podría hacer que el tratamiento fuese más agradable, también supone riesgos: «Las personas con un índice de masa corporal ligeramente elevado, que no requieren tratamiento (sobre todo personas mayores) podrían verse empujadas a perder peso sin ningún beneficio en términos metabólicos o de longevidad».
Más específicamente, advierte de un posible cambio en las prioridades de tratamiento: «las terapias nutricionales consiguen una efectividad causal, más que una mejora sintomática», defiende. «Y podrían seguir perdiendo importancia en la percepción de pacientes y terapeutas».
También, avanza que el precio del orforglipron será determinante en lo común que pueda llegar a ser su uso. Lilly ya ha anunciado que pretende enviar la documentación del orforglipron a las agencias reguladoras a nivel mundial a finales de este año.
Referencias
M. Regina Castro. Agonistas del GLP-1: fármacos para la diabetes y pérdida de peso – ¿Hay fármacos para la diabetes tipo 2 que pueden ayudar a las personas a bajar de peso y a reducir su nivel de azúcar en sangre? ¿Hay efectos secundarios?. Mayo Clinic. Consultado online en https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/type-2-diabetes/expert-answers/byetta/faq-20057955 el 18 de septiembre de 2025.
Nadine Eckert. Weight-Loss Pill Matches Injections, but Experts Skeptical. Medscape (2025). Consultado online en https://www.medscape.com/viewarticle/weight-loss-pill-matches-injections-experts-skeptical-2025a1000mba el 18 de septiembre de 2025.
Sean Wharton, Louis J. Aronne, Adam Stefanski, Nasreen F. Alfaris, Andrea Ciudin, Koutaro Yokote, Bruno Halpern. Orforglipron, an Oral Small-Molecule GLP-1 Receptor Agonist for Obesity Treatment. The New England Journal of Medicine (2025). DOI: 10.1056/NEJMoa2511774
Centro Científico de Medios Alemania (2025). Pastilla para adelgazar en lugar de inyección: Eli Lilly publica los primeros datos clínicos. Consultado online en https://www.sciencemediacenter.de/angebote/abnehmpille-statt–spritze-eli-lilly-veroeffentlicht-erste-klinische-daten-25139 el 18 de septiembre de 2025.