Publicado: marzo 5, 2025, 9:00 pm
Joël Le Scouarnec (74 años), el pederasta confeso acusado en Francia de violar a 300 menores mientras ejercía la cirugía digestiva, ha reconocido en la sesión de este miércoles que llegó a cometer hasta cuatro agresiones en un solo día. El septuagenario, que se ha vuelto a subir al estrado en el tribunal tribunal penal de Morbihan, en Vannes (Francia), ante la presidenta Aude Buresi, también ha manifestado que tiene intención de pedir perdón a todas sus víctimas una por una entre lágrimas. «A cada uno de ellos le debo la verdad, ha afirmado.
En una nueva sesión del juicio, el hombre ha vuelto a hablar sobre sus cuadernos personales, denominados por las víctimas como diarios negros, en los que apuntaba cada una de las agresiones que cometía detalladamente, también los datos de los menores. «Puedo imaginar la consternación, el shock que debieron sentir cuando les leímos algunos párrafos«, ha señalado en referencia a sus víctimas. «Es innoble lo que he escrito. La forma, la crudeza de las palabras», ha agregado sollozando.
Pese a las lágrimas, las primeras del procesado en este juicio, Le Scouarnec también ha puesto de manifiesto que, pese a llevar ocho años encarcelado tras ser condenado por la violación a otras cuatro menores, dos de ellas sus sobrinas, aún no está rehabilitado. «He sido un pederasta durante 30 años. Eso deja una huella que no se borra de la noche a la mañana por los barrotes de una prisión». El hombre ha recordado que hace unos días avisó de que no diría más mentiras. «Quiero que se digan las cosas. Ya no quiero ocultar nada de lo que ha sido esta vida «, ha afirmado. «No me pude identificar con esa expresión ‘eras un violador’. Me perseguirá durante mucho tiempo saber que fui un violador de niños«, ha espetado llorando de nuevo.
Por otro lado, cuando su abogado le ha preguntado este miércoles el motivo por el que no se refugia en ninguna circunstancia atenuante, ya que asegura que no ha sufrido abusos en la infancia ni ningún trauma que le llevara a cometer los atroces crímenes, Le Scouarnec ha insistido en que no las hay pese a que su propio padre también había abusado de sus hijos. Además, ha agregado que la cárcel le ha hecho cambiar su visión de los hechos. «Han pasado ocho años desde que hay un comienzo», ha sostenido.
Escalofriante frialdad
Hasta ahora, Le Scouarnec ha reconocido los crímenes y ha pedido perdón a las víctimas y a los miembros de las familias que han testificado, pero con una escalofriante frialdad. Ha sido en los últimos minutos del interrogatorio, antes de que el proceso pase a centrarse en la declaración de los testigos y los testimonios de las víctimas, cuando ha dejado entrever un ápice de emoción, que para algunos de los presentes ha sido fingida.
Todas estas declaraciones llegan un día después de que se sentara frente a la presidenta del tribunal para reconocer que sus perversiones fueron en aumento y que acabó interesándose «por la bestialidad», hasta el punto de consumir contenido zoofílico e incluso abusar de sus propias mascotas. Además, ha admitido que, durante años, no fue capaz de reconocer como violación algunas de sus agresiones porque muchos de los tocamientos eran actos médicos para él, lo que ha denominado en todo momento como «exploración», aunque cuando llegaba a casa les confería un carácter sexual, todos en el marco de sus perversiones pedófilas.
En una de sus declaraciones de esta semana, el acusado declaró que era adicto a visionar pornografía infantil y que llevaba una doble vida: «Tenía dos vidas: una vida familiar, social y profesional y, al lado, una vida de un pederasta a la que dedicaba mucho tiempo. Los abusos y violaciones se sucedían. Además, reconoció que guardaba en sus discos duros imágenes «muy duras», como decapitaciones o ahorcamientos.
Los hechos que se juzgan ocurrieron de 1989 a 2017 y tuvieron lugar en varias clínicas privadas y hospitales públicos del oeste de Francia en los que ejerció como cirujano digestivo. Le Scouarnec violaba y abusaba sexualmente de sus pacientes, a algunos mientras aún seguían bajo los efectos de la anestesia tras haber sido operados, a los más pequeños (de menos de tres años) en las revisiones. En este contexto, su exmujer, Marie-France, ha sido acusada por varios miembros de la familia de conocer los hechos, aunque el propio acusado ha confirmado este mismo martes que no era así.
Además, el excirujano ya fue condenado en 2020 a 15 años de cárcel por abusos sexuales y violaciones contra otras cuatro niñas, dos de ellas las de las mencionadas sobrinas. En 2005 también había sido sentenciado por tenencia de imágenes de pornografía infantil tras una investigación del FBI. A pesar de todo, siguió ejerciendo como médico y tratando a diario con menores, de los que siguió abusando impunemente. Todo se descubrió el 2 de mayo de 2017, cuando la Policía lo detuvo. El juicio, que dio inicio el pasado lunes, acogerá desde este jueves al próximo abril las declaraciones de algunas de las víctimas.