El café que enciende los motores de muchos trabajadores cada mañana podría empezar a convertirse en todo un lujo para la mayoría por la escalada de precios que está viviendo en los últimos meses. La variedad arábica, conocida por su calidad, ha sido la más afectada, con un aumento del 70% en lo que va de 2024, alcanzando los 3,23 dólares por libra (unos 3 euros), su nivel más alto desde 1977. Por su parte, la robusta, utilizada mayormente en cafés instantáneos, ha duplicado su precio, llegando a los 5.507 dólares por tonelada en Londres. Pero, ¿qué está pasando?
El mayor productor de café en riesgo por sequía
A medida que la popularidad de la bebida continúa en aumento, la producción del café ha caído en picado a consecuencia de las malas cosechas tras los fenómenos climáticos que han sacudido Latinoamérica, donde se ubican dos de los mayores productores del mundo.
En 2021, una helada inusual acabó con los cultivos de café en Brasi, líder en la producción de arábica -representa el 35% de la producción mundial-, que, además, ha sufrido sequías extremas recientemente que están matando las plantas antes de florecer: algunos productores afirman que de los 120 sacos de grano que esperaban cosechar esta temporada, solo han obtenido 100. De este modo, los precios aumentan significativamente. Un ejemplo de ello: 125 kilos de café pergamino seco costaban 1.360.000 pesos en 2023, unos 302 euros. Actualmente, ese mismo cargamento cuesta 2.200.000 pesos, unos 488 euros.
Colombia, otro de los grandes productores de café, también enfrenta dificultades. Pese a los buenos números -el grano alcanzó en noviembre precios récord en el mercado internacional-, la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia (Asoexport) advirtió que actualmente se presenta una disrupción en la cadena logística de exportación del grano por la falta de contenedores y de espacio en los buques para el embarque hacia los puertos de destino.
Vietnam apuesta por la fruta maloliente
La escasez de granos en Brasil, a consecuencia de la helada de 2021, hizo que los compradores recurrieran a Vietnam, principal productor de granos de Robusta y segundo productor mundial de arábica. Sin embargo, la situación climática en este país también ha complicado la producción de café: la sequía afectó severamente los primeros meses de la cosecha y, cuando llegó el momento de recolectar, se presentaron lluvias intensas y poco habituales que inundaron los campos.
En busca de alternativas económicas, los agricultores han recurrido al durián, una fruta amarilla que produce un olor insoportable -de hecho, está prohibida en el transporte público en Tailandia, Japón, Singapur y Hong Kong por este motivo-, pero tiene un sabor exquisito, y que, sobre todo, es cinco veces más rentable que el grano de café.
Como con el papel higiénico en pandemia…
Que el precio del café esté subiendo tan repentinamente también se explica por la propia respuesta de los tostadores de café, que anticipándose a esas posibles malas cosechas de las próximas temporadas, están adelantando sus pedidos y comprando más cantidad, provocando un aumento de la demanda y con ello, una subida de precios.
La llegada de Donald Trump
A esta suma de factores (legislación, ansia por comprar, encarecimiento del transporte y malas cosechas debido al clima) se suma ahora la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que prometió grabar los productos extranjeros. De este modo, tal y como comentó Carlos Mera, jefe de productos agrícolas de Rabobank, a FT «si eres un tostador y crees que habrá aranceles sobre el café, intentarás importar ahora. De lo contrario, pagarás aranceles más tarde».