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La oración conjunta entre el Papa y el rey Carlos que mató un hito en la historia de sus Iglesias

Publicado: octubre 23, 2025, 2:11 pm

ROMA.- En un clima solemne y el fascinante marco de la Capilla Sixtina, el papa León XIV y el rey Carlos III del Reino Unido, jefe de la Iglesia anglicana, hicieron este jueves historia, al protagonizar la primera oración conjunta de un Pontífice y de un monarca británico en 500 años, es decir, desde que Enrique VIII rompió con Roma en el cisma anglicano de 1534.

Fue el momento culminante de la visita de Estado del rey Carlos III y su consorte, Camilla, al Vaticano, que debería haber tenido lugar en abril pasado, pero que se postergó debido a la muerte del papa Francisco (que llegó a saludar a la pareja real cuando hizo una visita a Italia, justo en el día del aniversario de su matrimonio).

La oración conjunta fue un gesto de fraternidad y reconciliación entre las Iglesias católica y anglicana y, tal como destacó Vatican News, también la concreción del deseo del monarca británico —gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra— de dotar a su visita de una profunda dimensión espiritual, especialmente en el contexto del Jubileo de la Esperanza. Además, buscaba subrayar el compromiso compartido entre el rey Carlos y el papa Francisco en la defensa de la creación, a diez años de la publicación de la encíclica Laudato si, un tema que León XIV quiso continuar y revitalizar.

Fiel reflejo de esto, el Papa y el monarca después de la oración conjunta intercambiaron en la Sala Regia -que queda al lado de la Sixtina-, dos orquídeas cymbidium blancas: un gesto que simbolizó la preocupación compartida de la Santa Sede y la Corona inglesa por la creación y el medio ambiente.

El rey Carlos III se sienta en un asiento creado especialmente para él, exhibiendo su escudo de armas, regalo en honor a su nombramiento como cofrade real de la Abadía, durante su visita a la Basílica Papal y la Abadía de San Pablo Extramuros en Roma el 23 de octubre de 2025

La orquídea donada por el Papa al rey se plantará en una de las propiedades del soberano, mientras que la que recibió León del Carlos III se trasladará a Borgo Laudato Si, en Castel Gandolfo.

Con el telón de fondo del sobrecogedor Juicio Final de Miguel Ángel y otros maravillosos frescos de maestros del Renacimiento, la oración conjunta -por el cuidado de la creación- tuvo lugar pasado el mediodía romano, en un clima solemne pero menos pomposo de lo que podría haberse esperado. Carlos vestía un simple y elegante traje azul -sin corona, ni galas ni mantos- y Camilla un sobrio tailleur rigurosamente negro y velo.

El papa León, que en ese mismo lugar fue electo el 8 de mayo pasado, guio la plegaria junto al arzobispo de York, Stephen Cottrell, mientras el canto de los salmos -en inglés y latín-, fue entonado de forma impecable por el coro de la Capilla Sixtina, el coro de la Capilla de Saint George del Castillo de Windsor y el de los niños de la Capilla real de St. James Palace, ataviados con sus típicos trajes rojos y dorados.

El rey Carlos III se sienta en un asiento creado especialmente para él, exhibiendo su escudo de armas, regalo en honor a su nombramiento como cofrade real de la Abadía, durante su visita a la Basílica Papal y la Abadía de San Pablo Extramuros en Roma el 23 de octubre de 2025

La oración, a la que asistieron, entre otros, cardenales de la curia romana y altos prelados de la Iglesia Anglicana, duró unos veinte minutos. El carácter ecuménico se reflejó desde el himno inicial, compuesto por san Ambrosio de Milán, doctor de la Iglesia, interpretado en una traducción inglesa de san John Henry Newman, teólogo inglés que fue anglicano durante la mitad de su vida y católico durante la otra. Newman, figura del siglo XIX, será proclamado doctor de la Iglesia el próximo 1 de noviembre por el Papa. En su canonización, el 13 de octubre de 2019, en la Plaza de San Pedro, estuvo presente el propio rey Carlos.

La celebración continuó con los salmos 8 y 64, y luego con una lectura en inglés de la Carta a los Romanos, centrada en el tema de la esperanza, hilo conductor de los cantos y de toda la liturgia elegida para exaltar la grandeza de Dios Creador.

Antes se interpretó el himno “If ye love me”, de Thomas Tallis, publicado en 1565 y basado en el Evangelio de Juan. Finalmente el Papa y el arzobispo Cottrell rezaron juntos una invocación al Creador: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con nosotros para siempre”.

Audiencia

La ceremonia tuvo lugar después de que León recibió en audiencia al monarca, acompañado por su consorte, en la biblioteca del Palacio Apostólico. Ambos fueron recibidos antes con todos los honores y la guardia suiza formada en el Patio de San Dámaso, donde una banda de la gendarmería vaticana interpretó el himno británico God Save the King.

El rey Carlos III y la reina Camila del Reino Unido se reúnen con el papa León XIV en la Ciudad del Vaticano

Como suele ocurrir en las visitas de Estado -mientras Camilla visitaba la capilla Paulina-, el monarca se reunió luego con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y con el “canciller” vaticano, el arzobispo también británico, Paul Gallagher.

“Durante las cordiales conversaciones en la Secretaría de Estado, tras expresar su reconocimiento por las buenas relaciones bilaterales existentes, se intercambiaron puntos de vista sobre diversos temas de interés mutuo, como la protección del medio ambiente y la lucha contra la pobreza”, informó un comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede.

“Se prestó especial atención al compromiso común de promover la paz y la seguridad ante los desafíos globales”, añadió. “Finalmente, recordando la historia de la Iglesia en el Reino Unido, se reflexionó conjuntamente sobre la necesidad de seguir promoviendo el diálogo ecuménico”, concluyó.

El rey Carlos III del Reino Unido se reúne con el papa León XIV en la Ciudad del Vaticano

La pareja real esta tarde se dirigirá a la basílica papal de San Pablo Extramuros, anexa a una abadía benedictina, para otra ceremonia ecuménica. La basílica y la abadía tienen vínculos centenarios con la monarquía inglesa, que se remontan a los reyes sajones que contribuyeron al mantenimiento de estos antiguos edificios. A finales de la Edad Media, los reyes de Inglaterra eran considerados los protectores de la basílica y la abadía.

Allí, luego de cruzar la puerta santa de la basílica, el rey Carlos -que en Roma tendrá un respiro de los escándalos que en su país rodean a su hermano, Andrés– recibirá un honor único, con la aprobación del papa León XIII. Será recibido oficialmente como “Royal Confrater” (hermano real) de la basílica y la abadía, como gesto de hospitalidad y compañerismo espiritual, reflejando la profunda amistad entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia de Inglaterra. También se le otorgará una silla especial decorada con su escudo de armas real y el lema “Ut Unum Sint” (“Que sean uno”), palabras del capítulo 17 del Evangelio de San Juan que el papa Juan Pablo II eligió para titular su encíclica sobre el ecumenismo. Se sentará en esta silla durante el canto de vísperas, y la silla permanecerá en la basílica después de la ceremonia.

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