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La nueva Comisión Europea, aprobada con el rechazo de todos los eurodiputados españoles salvo PSOE y PNV

Publicado: noviembre 27, 2024, 10:29 am

Último paso completado. La nueva Comisión Europea ha quedado este miércoles aprobada por el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo y podrá comenzar a trabajar el próximo 1 de diciembre. Todo el equipo de Ursula von der Leyen, incluida Teresa Ribera, ha pasado el último corte procedimental para tener la luz verde de la Eurocámara. Eso sí, ha sido con el rechazo, entre otros, del PP y con una mayoría de eurodiputados españoles en contra del nuevo Colegio de Comisarios. Solo los miembros del PSOE y la eurodiputada del PNV han dado su sí. El resultado final ha sido de 370 votos a favor, 282 en contra y 36 abstenciones.

Esa suma es menor que los 401 votos que tuvo la alemana en julio para ser reelegida como presidenta. El PP apuntó, con todo, que su voto en contra se dio «por simbolismo»: sí apoyan a Von der Leyen, pero no a Ribera, tal como llevan repitiendo varias semanas. Las posiciones se conocían ya de antemano tras las incógnitas con Ribera y Fitto. Los votos no se movieron, con lo llamativo de la posición del PP, que llevó hasta el final su rechazo a la hasta ahora vicepresidenta del Gobierno y no se posicionó a favor de la Comisión Europea con mayor presencia de la familia conservadora en toda la historia de la UE.

La presidenta presentó a su equipo para los próximos cinco años, no sin antes agradecer el trabajo de la Comisión saliente, que ha tenido un lustro realmente complicado para la UE. Ahora empieza una era igual o más exigente, y Von der Leyen recordó la lucha «por la libertad» histórica en países como Hungría, Polonia, Rumanía o República Checa y habló de líderes como Lech Walesa: fue un inicio de mensaje para reivindicar la importancia de la Unión y que esas luchas entre iguales no se repitan. «Estas historias recuerdan la lucha por la libertad y la democracia, porque estas historias nos unen como europeos. Esta es para mí la razón de ser de nuestra Unión».

Ahora esa pelea «es necesaria» por la gente de Ucrania y para que Europa sea dueña de su propio futuro. «La libertad no es un concepto abstracto» y no viene «gratis», aseguró. Exige «inversiones» en seguridad, en prosperidad y en unidad, también en valores «encontrando vías para trabajar juntos y superando la confrontación». Ese es el gran objetivo, concluyó, de su nueva Comisión, apoyada, dijo, en una «mayoría proeuropea» que numéricamente es débil, pero ese punto es algo que la germana decidió pasar por encima, asumiendo que el proceso para aprobar a sus comisarios fue «complicado» (en una mención implícita para muchos a la crisis Ribera).

En el capítulo de anuncios, Von der Leyen tardó diez minutos en hacer un gran anuncio: una brújula de competitividad auspiciada por el informe Draghi, que debe servir para sentarse en la misma mesa a nivel global que China y Estados Unidos. La UE tiene que dar un paso adelante como actor internacional. «Europa debe luchar por su libertad para dar forma a su futuro en un mundo inestable. Debemos invertir en nuestra prosperidad y seguridad, y permanecer unidos y fieles a nuestros valores. Mi equipo y yo nos esforzaremos por lograrlo todos los días. Desde el primer día», resumió durante su discurso.

Europa debe luchar por su libertad para dar forma a su futuro en un mundo inestable

En la presentación del equipo, la presidenta habló directamente de Teresa Ribera para defender la importancia de un Pacto Verde que ha quedado desdibujado en las prioridades, aunque Von der Leyen no lo ve así. Sobre la española, muy aplaudida por buena parte del plenario, dijo que «está preparada» y es «una verdadera y devota proeuropea». Tendrá los deberes de dar un impulso a la política ecologista en los primeros cien días de trabajo, con un Plan para una Industria Limpia. Pero quizá sus prioridades choque con las del encargado de industria y productividad, el francés Stephane Sejourné. Europa, sostuvo Von der Leyen, tiene que ser «limpia y competitiva» al mismo tiempo.

Esos son los pilares de la nueva Unión Europea que quiere construir la germana en los próximos años: competitiva, segura y limpia, bajo la idea de una mayor autonomía en el escenario global tanto a nivel de Defensa como de energía. «La soberanía europea no está en venta», expuso Von der Leyen, que quiere una Europa «protagonista» en las diferentes áreas, desde Ucrania hasta Oriente Medio. Estamos, apuntó, «en un mundo en el que Europa es más necesaria que nunca». En ese punto el papel clave será el de la nueva Alta Representante, Kaja Kallas, ataviada con los colores de la bandera ucraniana como mensaje fundamental de lo que será su trabajo. «Su figura también es más necesaria que nunca», sentenció la presidenta de la Comisión.

El capítulo de la Defensa, con un recién creado comisario, es urgente también para la UE. «No tenemos tiempo que perder», alertó la alemana, que presentará un «libro blanco» sobre el tema bajo la batuta de Andrius Kubilius, que se encargará, al mismo tiempo, de lanzar la idea de un Mercado Único para la Defensa en los primeros 100 días de trabajo y en colaboración con la OTAN. Es un mensaje no solo para la Unión, sino también en términos de ampliación con Ucrania o Moldavia, igual que con los Balcanes Occidentales. Es futuro europeo se ha visto erosionado por Rusia. «No hay duda: queremos a Ucrania como parte de nuestra Unión Europea», repitió Von der Leyen. «Estaremos a su lado el tiempo que haga falta», añadió, en referencia a Kiev pero también respecto a todos los países candidatos a la adhesión. Eso sí, recordó que la base de Europa es la democracia y el estado de derecho.

Para todo esto se necesita dinero y así lo asume una Von der Leyen que reconoce las complejidades del presupuesto de la UE. Ahí se erigirá el comisario de Presupuestos, el polaco Piotr Serafin, quien aspira a convertirse en una figura decisiva en el nuevo Colegio de Comisarios. Una idea que pululará sobre Bruselas será la de las inversiones y los ahorros, de la mano de un plan que desarrollará la portuguesa Maria Luisa Alburquerque. Todo eso necesita «menos burocracia» y más facilidades para las empresas: tarea esta en manos de Vladis Dombroskis, uno de los más veteranos de la Comisión Europea, que tendrá que trabajar con el encargado de la cohesión y de las reformas, el italiano Raffaele Fitto (quizá la figura más polémica junto a Ribera a la vista de lo ocurrido con las audiencias).

Ya en rueda de prensa, con su equipo aprobado, Von der Leyen aseguró que «clave» para los próximos cinco años «es la unidad», tanto interna como a la hora de trabajar con el Parlamento Europeo y con los Estados miembros. «Nunca lo subrayaré lo suficiente», insistió, antes de repetir por ejemplo que la «cooperación» con Estados Unidos tiene que ser «constructiva»; pero la UE tiene «deberes» en términos de seguridad, autonomía y trabajo. «Nosotros tenemos que ser activos y en eso me voy a centrar«, concluyó, a la vez que repetía los tres grandes pilares de la nueva legislatura.

Un debate intenso con los eurodiputados

Ya dentro del debate, el líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, eterno ‘enemigo’ interno de Von der Leyen, calificó la jornada como «muy importante». Para el alemán, no es importante solo conocer el camino, sino también hacerlo. Hizo una defensa de la industria y de las empresas europeas, y recordó la DANA para impulsar la política ecológica, pero tiene que hacerse, dijo, «asegurando el crecimiento». Weber quiere que la UE se proteja a sí misma: «Tenemos un reto por delante». Ahí defendió el acuerdo a tres entre populares, socialdemócratas y liberales, pero él quiere sumar también a los ECR de Giorgia Meloni.

Nuestro sí es constructivo, por la estabilidad, pero no es un cheque en blanco

En el turno de S&D, la española Iratxe García apuntó que «está en juego el futuro de los ciudadanos, y el liderazgo que queremos en el mundo», mirando a Von der Leyen. «La extrema derecha quiere desguazar el proyecto europeo», avisó, con un mundo que se debate «entre la ley de los fuertes o el derecho internacional». En ese contexto, sostuvo, hay quienes han socavado la credibilidad del Parlamento, en un mensaje al PPE. «Nuestro sí es constructivo, por la estabilidad, pero no es un cheque en blanco», alertó a la presidenta alemana. «Los acuerdos se cumplen y no aceptaremos un doble juego», sostuvo, sobre posibles acercamientos de los conservadores hacia la derecha radical. «La UE es el proceso más exitoso», terminó la jefa progresista.

En el lado de la derecha radical, Jordan Bardella (Patriotas) fue muy crítico con la nueva Comisión Europea porque no va a «resolver los problemas» de los ciudadanos. Su grupo se queda fuera de la mayoría que apoya el futuro Ejecutivo comunitario. Esgrimió el francés de que la Comisión «ha rechazado hacer reformas» para adaptar a la UE al nuevo escenario global, y eso ha tenido efectos negativos. Una crítica más constructiva hizo ECR, un grupo que apuntó que deben ser más importantes en la toma de decisiones porque son los que «salvaguardan los verdaderos valores europeos». Además, afeó a Von der Leyen que se apoye «en la izquierda». Para ellos, «no hay una mayoría de derecha porque no existe una intención de que la haya».

Tuvieron mucho que decir también los eurodiputados españoles. «Nos duele España», empezó diciendo Dolors Montserrat (PP), que calificó al Gobierno de Sánchez como «el peor de la historia democrática» del país y afeó de nuevo a Teresa Ribera su gestión ante la DANA. Por contra, Javier Moreno (PSOE) sí confirmó el voto a favor de los suyos para la nueva Comisión Europea. Desde Vox, Jorge Buxadé apuntó que su partido quiso tumbar a la Comisión desde el primer momento «porque no queremos a Ribera», y la alemana ha decidido «seguir adelante». Asimismo, la culpó de todos los problemas que ahora mismo se dan en la UE: «Son la Comisión del lodo», expresó, señalando al plenario, y acusó al nuevo Ejecutivo comunitario de «llevar a Europa al desmantelamiento». Irene Montero (Podemos), por su parte, acusó a los socialistas de «votar a favor de la extrema derecha» y de, con eso, ponerse al lado de Netanyahu, porque es el lado «elegido por Von der Leyen». El proyecto de la alemana, a ojos de la exministra, es «el proyecto del genocidio».

Tiene mucho trabajo Von der Leyen por delante, rodeada de un equipo pensado para que nadie le haga sombra y con una Comisión que prevé trabajar mucho más cerca de los Estados miembros que del Parlamento Europea: hay muchas dudas, porque su margen es estrecho en la Eurocámara, pero su discurso no cambia. La alemana quiere cambiar Europa, pero ni es fácil ni puede hacerlo sola. El tiempo apremia; empieza una nueva era para la UE.

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