Publicado: diciembre 14, 2025, 7:18 pm
El asesinato es uno de los grandes delitos y lacras de la humanidad, y existe desde que el hombre pisa la faz de la Tierra. Pero desde que la historia se documenta, un nombre es el de la persona más joven en cometer un asesinato: Carl Newton Mahan.
Los hechos ocurrieron en Plaintsville, Kentucky, Estados Unidos, en mayo de 1929. Aunque aún no se ha producido el crack de la Bolsa, la Gran Depresión ya azota al país y más en zonas rurales como esa.
La venta de chatarra podía generar algo de dinero a las familias y un trozo de metal se convierte en un motivo de disputa entre Carl Newton Mahan y Cecil Van Hoose. El primero tiene seis años y el segundo, ocho.
Carl iba armado con una escopeta: «¡Te voy a disparar!», dijo a Van Hoose, y en efecto, lo hizo, provocando la muerte del menor. Una semana después, fue sometido a un insólito juicio.
En la vista se supo que Cecil, más mayor, pegó a Carl para hacerse con el trozo de metal. Este regresó a su casa, se subió a una silla y cogió la escopeta del calibre 12 que su padre tenía colgada sobre la puerta. Salió a la calle, localizó a Cecil y lo mató.
El juicio se desarrolló durante varias horas, en las que el niño llegó incluso a dormirse. Tras sólo media hora de deliberaciones, el jurado presentó una acusación de homicidio y el juez condenó al niño a 15 años de internamiento en un reformatorio.
Luego fue liberado y entregado a sus padres bajo fianza de 500 dólares, el equivalente a 9.472,98 dólares actuales (unos 8.000 euros).
El caso dividió a Estados Unidos: algunos creían que la pena era demasiado leve y otros que demasiado severa. Los padres de Carl incluso recibieron cartas de apoyo y conmoción por la sentencia.
Finalmente, un juez superior anuló la condena y emitió un auto de prohibición que impidió que Carl fuera enviado a un reformatorio. El recurso de amparo afirmaba que el juez del condado se había excedido en su autoridad al permitir que el niño fuera juzgado penalmente ante un jurado.
Finalmente, el Fiscal General de Kentucky se vio obligado a intervenir y, un mes después de la sentencia de Carl, anunció que había concluido la revisión del caso. No tomó ninguna medida, permitiendo que el niño permaneciera con sus padres. Carl Newton Mahan murió en 1958, a los 35 años de edad.
Todavía hoy el caso de este menor se estudia en Estados Unidos. No hay un consenso generalizado sobre si un niño de esa edad que comete un crimen es un asesino o una víctima.
