Publicado: octubre 1, 2025, 12:53 pm
Los activistas de la Global Sumud Flotilla están a algo más de 100 millas de la costa de Gaza, adonde pretenden llevar comida suministros esenciales para la población, y durante la madrugada de este miércoles ya han tenido los primeros encuentros con los buques israelíes que pueden interceptar sus barcos.
«Hemos tenido a un barco y un submarino militares navegando a menos de 10 metros de nosotros. Han permanecido un largo rato y han desconectado por remoto nuestras comunicaciones y aparatos eléctricos. Pasados unos minutos se fueron y conseguimos recuperar la comunicación», cuenta a 20minutos Nicolás Calabrese, uno de los activistas que viajan a la Franja.
La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha señalado por su parte que las siguientes horas «serán críticas» y la propia organización ha reprochado en sus redes sociales al Gobierno español su decisión de no permitir la entrada del buque Furor, enviado para prestar asistencia a la Flotilla, en la «zona de exclusión» delimitada por Israel aludiendo a que supondría un riesgo para la tripulación y las propias embarcaciones de la iniciativa. «Israel no puede apropiarse de las aguas internacionales ni de las aguas palestinas», ha afirmado.
Sin embargo, el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Oscar López, ha dicho que el Gobierno ha hecho «todo lo que puede hacer» y ha llegado hasta donde podía llegar para ayudar a la Global Sumud Flotilla. Por su parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha pedido «responsabilidad» a los activistas, ya que si entran en la zona de exclusión definida por Israel «pueden poner en riesgo la vida de muchas personas«.
Con todo, Ana Alcalde dice a este periódico que durante toda la noche Israel ha estado sometiéndolos a «una guerra psicológica» para que no descansasen. «Los buques vienen y se van», dice, si bien admite que durante la mañana no se ha producido ningún incidente.
Sobre las 12.00 hora española, cuenta, han traspasado el punto en el que «fue interceptado el Madeleine», el barco en el que Greta Thunberg viajaba en junio a la Franja y que las autoridades israelíes detuvieron. «Con la velocidad que llevamos, llegaríamos a Gaza en torno a las tres de la madrugada si todo va bien«, cuenta.
Los activistas denuncian que el acercamiento de los buques israelíes han obligado a sus barcos a «realizar peligrosas maniobras para evitar una colisión frontal«. Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos, ha explicado en una videoconferencia organizada por la Global Sumud que si los miembros de la Flotilla fueran detenidos o agredidos por las autoridades israelíes, habría «varias opciones» para investigar y procesar a los soldados. Con todo, afirma que a partir de 12 millas de distancia desde la costa de Gaza estarían en aguas internacionales.
En esa videoconferencia también ha intervenido Lisa Proenca, otra de las activistas que va a bordo de los barcos con rumbo a Gaza, y ha contado que están llenos de «determinación», aunque reconoce que durante la noche han pasado «momentos difíciles«.
«Había dos buques no identificados muy cerca de nosotros. Salí fuera y los vi viniendo muy rápido hacia nosotros, hacia el Sirius. No nos golpearon, pero pasaron muy cerca. Nadie sabía qué hacer, teníamos miedo y podías sentir la tensión en todo el mundo. Cuando se fueron, empezaron a abandonar el lugar despacio y luego más rápido y todos empezamos a gritar ‘Palestina libre‘ y fue un momento muy emotivo», ha relatado.