Anabel Pantoja y David Rodríguez se enfrentan al momento más difícil de su vida: el ingreso en la UCI de su hija Alma, que tiene tan solo 40 días de edad. Un infortunio grave, poco frecuente en bebés recién nacidos, que les mantiene muy preocupados y en alerta.
Aunque al cierre de esta edición los facultativos les transmiten calma y hablan de la plasticidad de los bebés, no hay consuelo. Las visitas de sus familiares, eso sí, están sirviendo de cierto alivio.
Isabel Pantoja sigue en Las Palmas y espera instrucciones para estar hasta que su sobrina la necesite. Aunque también sus hijos, Kiko e Isa, han estado allí, la tonadillera no quiso encontrarse con ellos. Fuentes cercanas aseguran a 20minutos que la cantante no quiso provocar una situación incómoda que añadiera más tensión ni generara más angustia. Todos comparten un dolor común, pero no era el momento ni el lugar para jugar a las conversaciones pendientes.
Ninguno de los familiares o amigos que se han desplazado hasta allí han resultado incómodos o inesperados. Según ha podido saber también este periódico, la propia Anabel reclamó el cariño de quienes siempre han estado a su lado, en los momentos buenos, pero sobre todo cuando en la moneda salió cruz.
No solo el de los amigos anónimos, sino también el de los famosos como Raquel Bollo, muy querida y esperada, Susana Bicho, o Belén Esteban, que está teniendo un comportamiento ejemplar, ofreciéndose para todo pero sin incordios innecesarios. Precisamente, la colaboradora de Ni que fuéramos… está demostrando que su amistad con Anabel Pantoja es más bien una hermandad y que, en las noches oscuras y tristes, sus energías confluyen hasta encontrar la luz.
«La gente tiene que saber que además de todos los amigos, la gente de Las Palmas está haciendo todo lo posible para que la familia esté cómoda y bien», explica a 20minutos alguien que está en permanente contacto con los Pantoja, quienes de momento no han hecho declaraciones públicamente.
Es un silencio prudente y comprensible en unas circunstancias críticas. En cualquier caso, está previsto que Anabel y David emitan un comunicado informando de la gravedad y del alcance o secuelas de la dolencia.
No está siendo fácil canalizar el interés de los medios porque, en efecto, ninguno de los progenitores tiene ganas de responder a los contertulianos ni a los reporteros apostados a las puertas del centro hospitalario del que apenas se han movido.