Publicado: julio 10, 2025, 9:41 am
Poco a poco, desde que el cáncer que le detectaron hace dos años comenzó a estar en remisión, Kate Middleton ha ido reapareciendo públicamente, cada vez con actos más sofisticados. Su agenda se ha ido llenando de los compromisos a los que le obliga su posición de esposa del príncipe heredero, Guillermo de Inglaterra. Sin embargo, este pasado martes 8 de julio tenía lugar un evento que hacía mucho tiempo que la princesa de Gales no protagonizaba: la cena que los reyes, Carlos III y Camila, ofrecieron en el castillo de Windsor honrando la presencia del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte Macron.
Kate ha acaparado las miradas, los focos y los titulares gracias, entre otras cosas, a un look inmejorable, basado en un vestido de corte largo diseñado por Sarah Burton para Alexander McQueen y en un complemento que muchos seguidores echaban ya en falta en sus apariciones, la tiara. En este caso, además, la Cambridge Lover’s Knot, una de las favoritas de Lady Di.
Pero esas imágenes de Kate Middleton deslumbrante han sido el último acto de servicio de quien ha estado detrás de ella y de muchos de sus looks más imperecederos. Natasha Archer, la persona de mayor confianza de la princesa los últimos 15 años, que no solo se había ganado un hueco profesional sino también entre sus grandes amistades, convirtiéndose en mano derecha y confesora, ha decidido emprender un nuevo camino empresarial por su propia cuenta y deja atrás su etapa en trabajando para Adelaide Cottage, la casa en la que viven los príncipes de Gales en los terrenos del Castillo de Windsor.
Tal y como han revelado en primicia desde la revista People, Archer, a quienes llaman cariñosamente quienes la conocen Tash, ha tomado una decisión firme y ha roto su vínculo con la familia real británica, pues tras este comeback de la princesa considera que en este trabajo ya ha dado sus máximos frutos y no puede avanzar más, si bien tiene el suficiente caché y experiencia para montar su propio proyecto profesional y personal, con el que lleva tiempo fantaseando: una consultoría privada.
La citada publicación detalla que no han existido discrepancias de ningún tipo ni con el matrimonio ni con otros miembros de La Firma, y huelga decir que su salida no viene provocada pro ninguna polémica. Es tan sencillo, añaden, como que ha preferido dejarse guiar por su instinto y entender que era el momento de dar un giro profesional de su vida, aunque eso haya dejado a Kate Middleton bastante angustiada. Los príncipes de Gales no han hecho ningún comentario al respecto —se entiende que le han deseado lo mejor de manera privada y cariñosa—, pero para la princesa supone un enorme contratiempo, máxime ahora que volvía a los eventos protocolarios de mayor repercusión.
Porque Natasha Archer, que ahora tiene 37 años, comenzó a trabajar como una de las asistentes personales de Kate en 2010, convirtiéndose rápidamente en una persona de su máxima confianza, aunque por aquel entonces casi siempre a nivel profesional. Su buen gusto y sus decisiones acertadas hicieron que cuatro años más tarde la esposa de Guillermo de Inglaterra apostase por ella para ser su estilista. Y ella correspondió esa confianza siendo en ocasiones responsable directa de algunos de los vestidos más icónicos que han convertido a Middleton en una de las royals mejor vestidas del mundo, donde siempre se realza su elegancia y sus elecciones, y ejemplo para multitud de mujeres, que copian sus looks prácticamente al día siguiente.
Es decir, que puede atribuirse en parte a ella el llamado ‘Efecto Kate Middleton’, ese fenómeno por el cual los artículos de moda agotan sus existencias justo después de que ella los use, lo que hace que pequeñas, medianas y grandes empresas busquen desesperadamente que la princesa vista una de sus creaciones, dado que las ventas son tales que contribuye con más de mil millones de euros al año a la economía del Reino Unido. Se puede decir, de hecho, que si Natasha quería que una marca concreta ganase entre tres y cinco millones de libras, podía conseguirlo haciendo que la princesa de Gales vistiese un vestido o unos zapatos en concreto, en ocasiones apostando también por marcas españolas.
Fue Tash, por ejemplo, quien acercó a la futura reina consorte a grandes casas de moda y diseñadores como el mencionado McQueen, Jenny Packham o, incluso, Dior. También quien conseguía algunos hitos como Middleton vistiendo 24 outfits diferentes en 19 días en su viaje oficial a Australia y Nueva Zelanda. Todos esos méritos hicieron que, por un lado, en 2018, se convirtiese en miembro de la Real Orden Victoriana, una designación honorífica que le otorgó Isabel II, y, en 2024, que ascendiese otro escalón más y se convirtiera en la asistente personal ejecutiva senior de la princesa, por lo que sus ocupaciones pasaban a ser, además del vestuario de Kate, también su agenda y sus proyectos.
Su confianza era tal y se había convertido en una amiga tan leal, honesta y discreta que Natasha fue la persona encargada de acompañar a Kate Middleton en el coche de vuelta a Adelaide Cottage tras recibir el alta en The Clinic, el hospital en el que se había sometido, en enero de 2024, a la cirugía abdominal tras la que le detectaron el cáncer.
Vida personal
Por último, hay que incidir en que precisamente gracias a la familia real británica Natasha conoció al hombre de su vida, Chris Jackson, el fotógrafo de la agencia Getty encargado de acompañar a los Windsor prácticamente en cada acto o viaje que protagonizan, por lo que a buen seguro seguirá ambas amigas seguirán en contacto.
Casados en una boda íntima en el Château Rigaud, cerca de Burdeos, en Francia, el 29 de abril de 2017 —casual y exactamente seis años después que los príncipes de Gales—, tienen dos hijos: Theo, el mayor, que vino al mundo en diciembre de 2018, siendo apenas siete meses menor que el príncipe Louis, y el pequeño, Otto, nacido también en diciembre, pero de 2021.