Publicado: noviembre 20, 2025, 5:00 am
Existen todo tipo de juegos infantiles, pero en España uno de los más comunes es probarse los zapatos de los padres. Los niños, desde bien pequeños, tienen curiosidad por todo tipo de objetos, especialmente los de los adultos. Caminar por casa con los tacones de mamá o las botas de papá es algo habitual y no se trata solo de una travesura, sino que se trata más bien de un juego simbólico.
Esto es lo que ha trata de explicar el psicólogo infantil, Javier de Haro. Lo ha hecho a través de uno de los vídeos que ha publicado en sus redes sociales. El profesional ha inaugurado una nueva sección en su Instagram donde habla de las cosas que suelen hacer los niños.
El motivo por el que los niños se ponen los zapatos de los padres
El psicólogo infantil ha querido explicar a todos esos padres que se han dado cuenta de que sus hijos se ponen sus zapatos para caminar por casa el motivo por el que lo hacen. Lo primero que ha dejado claro es que es una acción que suele darse entre pequeños de entre los dos y los cinco años. Javier de Haro dice que se juntan tres aspectos: «El que a esas edad están en plena fase exploratoria, que además lo imitan absolutamente todo y, en tercer lugar, que el juego simbólico está en plena ebullición y le sirve para aprender a comprender mejor el mundo».
Por otro lado, señala que estos tres aspectos no solo indican que se trata de un simple juego, sino que va mucho más allá: «Jugando a ser mayor explora y construye su identidad», dice el profesional. Esto quiere decir que deja de ser un niño para pasar a ser padre o madre «viendo las diferencias, puede explorar su identidad». Además, explica que con esta acción «siente pertenencia y conexión» y, aunque pueda ser una locura, «compartiendo tus zapatos tiene la sensación de ser aún más parte de tu universo».
Del Haro cuenta que con esta acción también aprenden empatía y comprensión social: «Al imitar entienden mejor cómo actúan los demás, cómo se comportan los mayores y aprenden a ponerse en los zapatos del otro, en sentido figurado y también literal». Todo esto hace que la conclusión sea clara: «La próxima vez que lo veas torpemente caminando dentro de tus zapatos gigantes, no se los quites porque no solo está jugando está dando pasos para construir quién es y quién va a ser».
