Publicado: junio 23, 2025, 7:32 pm
La amenaza de Irán contra Estados Unidos por los ataques del Gobierno de Donald Trump en la madrugada del domingo contra la instalaciones nucleares iraníes se ha cumplido antes de lo esperado. El régimen de los ayatolás había confirmado en la mañana de este lunes que «respondería decisivamente» contra objetivos estadounidense. Y pocas horas después las dudas sobre cuáles podrían ser esos objetivos se despejaron. Ya entrada la tarde, las Fuerzas Armadas iraníes lanzaron un ataque con misiles contra la base aérea de EEUU en Catar. Aunque tanto las autoridades cataríes como la propia Casa Blanca han asegurado que ninguno de los proyectiles han alcanzado su objetivo, la operación ‘Anuncio de Victoria’ ha sido calificada por el Gobierno iraní como un éxito.
El bombardeo al territorio catarí estaba dirigido contra la Base Aérea Al Udeid, descrita en el comunicado de las Fuerzas Armadas iraníes como «el mayor activo estratégico» de Estados Unidos en la región. Con esta operación, han añadido, pretenden dejar claro que «bajo ninguna circunstancia» dejarán sin respuesta una violación de la «integridad territorial, la soberanía y la seguridad nacional». Poco después, el Consejo Nacional Supremo de Seguridad iraní ha confirmado en un comunicado que el ataque y ha destacado que «el número de misiles empleado en esta exitosa operación es el mismo que el de bombas utilizadas por Estados Unidos en su ataque contra las instalaciones nucleares iraníes». Las primeras informaciones apuntan a que en la operación militar se habrían lanzado hasta seis misiles de corto y medio alcance.
El texto resalta que «las bases atacadas por las fuerzas iraníes estaban lejos de zonas urbanas de Catar» por lo que «esta acción no supuso ninguna amenaza para el país amigo y hermano de Catar y su noble pueblo». «La República Islámica de Irán sigue manteniendo su cálida e histórica relación con Catar», concluye el documento, recogido por la televisión pública iraní IRIB. Lo cierto es que poco antes de que se produjera el ataque, las autoridades cataríes habían cerrado el espacio aéreo ante la posibilidad de un bombardeo y la Embajada de Estados Unidos había pedido a sus nacionales que se resguardaran en sus hogares.
Varios vídeos en redes sociales mostraron como las baterías antiaéreas del país del Golfo se activaron al detectar los misiles iraníes y el Gobierno catarí aseguró que todos los proyectiles habían sido interceptados. Aun así, los comunicados de los ministerios de Defensa y Exteriores de Catar recordaron que el país «se reserva el derecho de responder directamente». La cartera de Defensa ha asegurado que la «vigilancia» de las Fuerzas Armadas y las medidas de precaución adoptadas antes de los disparos evitaron daños personales.
Según un portavoz de Exteriores catarí, Mayed al Ansari, esto es «una violación flagrante de la soberanía del Estado de Catar, de su espacio aéreo, del Derecho Internacional y de la Carta de Naciones Unidas» y ha advertido del riesgo de que la actual escalada en la región derive en «consecuencias catastróficas para la paz y la seguridad internacional». «Pedimos el cese inmediato de todas las acciones militares y un retorno serio a la mesa de negociación», ha reclamado antes de confirmar que la base estadounidense ya había sido evacuada ante «las tensiones». La Base Aérea Al Udeid, construida en 1996, es la más grande en términos de personal de todas las que tiene repartidas EEUU en la zona, con unos 10.000 efectivos.
Tras el ataque, los países vecinos cerraron también su espacio aéreo. Las autoridades de Baréin, Kuwait e Irak anunciaron la suspensión del tráfico de aviones sobre sus territorios como «medida de precaución». En este último se reportó incluso un posible ataque contra la base estadounidense de Ain al Assad, aunque las autoridades de la región iraquí de Anbar lo negaron rápidamente. El jefe de seguridad del Consejo Provincial de Anbar, Saad al Muhamadi, también añadió que la base está «completamente vacía de militares en este momento». «La situación es estable por el momento y no se ha detectado ningún ataque con misiles ni drones sobre la Base de Ain al Assad», ha señalado. Sin embargo, ha reconocido que hay «datos de seguridad que apuntan a la posibilidad de un ataque en las próximas horas«.
Irán e Israel continúan los bombardeos cruzados
Durante toda la jornada se han producido también ataques cruzados entre Irán e Israel. El Ejército israelí ha reconocido haber lanzado su ola «más extensa» sobre el país persa, en lo que ha calificado como una ofensiva «con una fuerza sin precedentes» contra la capital iraní que ha afectado al recinto nuclear de Fordó, la Universidad Shahid Behesti —vinculada con el programa nuclear del país— la prisión de Evin y otros lugares como el cuartel general de la Guardia Revolucionaria, la sede de la fuerza paramilitar de voluntarios Basij y el cuerpo de seguridad interna de la organización. En este último habrían fallecido «cientos» de sus miembros, según la información proporcionada por las fuerzas israelíes (FDI) a The Jerusalem Post.
«Estos centros de mando tienen un impacto militar significativo y, además, afectan a la capacidad del régimen para imponer el control. Atacar estos objetivos militares perjudica la capacidad militar del régimen iraní», aseguró el Ejército israelí. Poco antes, el ministro de Defensa de este país, Israel Katz, indicó que las tropas estaban atacando en la capital iraní a «objetivos del régimen y cuerpos de represión gubernamentales» con una «fuerza sin precedentes».
Esta extensión de bombardeos en Teherán respondía a dos ataques con misiles lanzados por las fuerzas de Irán en la madrugada del lunes y ya por la mañana contra zonas del norte, centro y sur del país, que no han causado heridos ni víctimas mortales. Estos, a su vez, habían sido precedidos por varios bombardeos nocturnos producidos de madrugada por parte de Israel dirigidos a seis aeropuertos y «múltiples lanzaderas y almacenes de misiles» en varios puntos de Irán. «Los ataques tuvieron como objetivo pistas de aterrizaje, hangares subterráneos, un avión de reabastecimiento y aviones F-14, F-5 y AH-1 del régimen iraní», aseguró el Ejército israelí. Según argumenta Israel, las aeronaves destruidas «iban a ser utilizadas contra los cazas israelíes», que llevan días sobrevolando los cielos de Irán y bombardeando instalaciones militares y nucleares de la república islámica.
Desde que Israel comenzó a bombardear Irán en la madrugada del 13 de junio ante los supuestos avances de la república islámica en su programa nuclear, cada ataque ha recibido una respuesta, provocando una escalada sin precedentes. Así, desde el comienzo de la guerra, las fuerzas israelíes han atacado numerosos objetivos en el país, como instalaciones militares y civiles, pero también zonas residenciales, así como la sede de la televisión estatal. Debido a estas ofensivas, numerosos iraníes han abandonado la capital, pero en los últimos días algunos residentes regresaron y la ciudad recuperaba poco a poco el ritmo.
Como resultado de la ofensiva, en Irán han muerto unas 430 personas de los que la mayoría eran civiles y al menos 54 eran mujeres o menores de edad, según el último recuento de las autoridades iraníes. Además, otros 3.500 ciudadanos iraníes habrían resultado heridos, la mayoría civiles. En Israel, los ataques con misiles en represalia de Irán han matado a 24 personas hasta la fecha, todas ellas civiles, según han precisado las autoridades israelíes.
