Irán ralentizó ligeramente su producción de uranio al 60% de pureza –cercano al nivel de uso militar del 90%-, pero ha continuado acumulando más material y ya cuenta con 182,3 kilos, indicó este martes el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). En un informe reservado al que ha tenido acceso Efe, el OIEA informa de que esa ralentización no parece ser accidental y se apunta a que Irán ha empezado los preparativos para detener el enriquecimiento a ese nivel.
«El 16 de noviembre de 2024, el Organismo verificó (…) que Irán había comenzado a implementar medidas preparatorias para detener el aumento de su inventario de uranio enriquecido al 60%», señala el documento, que agrega que el OIEA seguirá en comunicación con Irán sobre este asunto. La producción de uranio purificado al 60%, el que genera más preocupación internacional, aumentó poco más de un 10% respecto a agosto, comparado con el 16% del trimestre anterior.
Con todo, el OIEA muestra su preocupación por que Irán siga con su programa de producción de uranio altamente enriquecido y recuerda que es el «único Estado no poseedor de armas nucleares que lo hace». En el documento, el OIEA precisa que Teherán produjo en los pasados tres meses 17,6 kilos de uranio al 60% y 25,3 kilos al 20%, violando de nuevo el acuerdo nuclear firmado en 2015 con cinco potencias mundiales (Reino Unido, China, Francia, Alemania, Rusia y EEUU) para limitar su programa nuclear a cambio del levantar ciertas sanciones.
La República Islámica comenzó a violar el acuerdo nuclear en 2019 en respuesta a la salida un año antes del pacto de EEUU, durante la primera administración de Donald Trump (2017-2021). En sus conclusiones, el OIEA destaca: «Es importante continuar las consultas sobre la posibilidad de que Irán no expanda aún más sus existencias de uranio enriquecido al 60 %, incluyendo las medidas técnicas de verificación necesarias». El director del OIEA, Rafel Grossi, se reunió la semana pasada por primera vez con el Gobierno salido de las elecciones celebradas en Irán el pasado verano, en un intento de retomar los contactos para despejar las dudas sobre que el programa atómico iraní tiene o ha tenido objetivos militares.
Irán ha violado los términos del pacto nuclear de 2015 al incrementar el enriquecimiento de uranio al 60% (muy por encima del límite del 3,67% permitido), acumular reservas de uranio unas 30 veces superiores a lo autorizado y reactivar instalaciones nucleares previamente restringidas. Además, ha dificultado la vigilancia del OIEA de su programa nuclear desde 2021. Irán asegura que su programa nuclear es exclusivamente pacífico, mientras que Occidente sostiene que no existe una justificación civil creíble para la magnitud de las ambiciones atómicas iraníes.
Los expertos coinciden en que es mucho más complejo enriquecer uranio desde el 3 al 60% que desde esta última cifra al 90 % necesario para alimentar una cabeza nuclear. Según el Institute for Science and International Security, un centro de referencia en el análisis de programas nucleares, el denominado «breakout time» de Irán, es decir, el tiempo necesario para producir suficiente material fisible (uranio enriquecido al 90%) para fabricar un arma nuclear, se ha reducido a cero. Esto significa que Irán tiene actualmente la capacidad de enriquecer uranio para un arma nuclear en un periodo muy corto, utilizando sus reservas y tecnología ya disponibles.
El OIEA vuelve a repetir en su documento de este martes que su «verificación y monitoreo» del programa nuclear iraní se ha visto gravemente afectado por la suspensión iraní del cumplimiento de sus compromisos con el pacto nuclear. La decisión de Irán de retirar todo el equipo de control del OIEA «ha tenido implicaciones perjudiciales para garantizar la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní», resume el OIEA la situación.