El cañón de un carro de combate M48A3 apunta al recién llegado. Su intimidante tonelaje queda domesticado por la afable bienvenida de los anfitriones, seguida de una invitación a franquear la entrada de la Residencia de Veteranos de Taoyuan. Reposa mansa la mole metálica, los días de sangre y fuego ya distantes, bajo el plácido clima taiwanés. También los residentes, que inician la jornada ejercitándose al unísono en la plaza central; artríticos movimientos al ritmo de una melodía lúdica, casi infantil, ametrallada desde los altavoces a volumen ensordecedor. La canción termina por fin, devolviendo el delicado trino matinal de los pájaros. Aparece entonces Sun Guo-xi arrastrando orgulloso su silla de ruedas, un hito a sus 104 años, demostración de una… Ver Más