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Fue modelo de Dotto. Está en pareja con un reconocido conductor y nos presenta a su hija, que nació tras diez tratamientos in vitro

Publicado: noviembre 18, 2025, 9:13 pm

De enfrentar la adversidad, de levantarse y de apostar por la vida una y otra vez. De eso sabe Betiana Wolenberg (37). Sin rendirse jamás, logró torcer un diagnóstico desfavorable y concretar el ansiado sueño que tenía junto con su pareja, el periodista y conductor sanjuanino Nicolás Magaldi (38): convertirse en mamá y darle un hermanito a Bautista (8), el primer hijo de ambos. Catalina nació hace tres meses, después de tres años de angustia, desilusiones y de diez tratamientos de fecundación in vitro.

“Los tres años de tratamientos hasta que llegó Catalina nos transformaron. Nuestra gratitud para los profesionales que nos ayudaron es eterna: tenemos sus nombres tatuados en el
alma”, dicen a dúo y muestran a sus amores, Bautista (8) y la esperadísima Catalina, que nació en agosto

“Betu es muy resiliente. Ha pasado situaciones muy difíciles y ella va siempre para adelante, no se detiene”, dice, con admiración, Nicolás sobre Betiana. Sucede que no es la primera vez que la modelo e influencer nacida en Misiones le hace frente a la adversidad. Las cicatrices que tiene –una casi imperceptible en la cara y una más importante en su pierna izquierda– hablan del terrible accidente automovilístico que casi le cuesta la vida: dieciocho años atrás, el 21 de octubre de 2007, el auto en el que viajaba [lo conducía su novio de entonces, Santiago Rossi] perdió el control a la altura del kilómetro 187 de la Ruta Nacional 8, cerca de Pergamino, provincia de Buenos Aires.

En el jardín de su mundo privado, el conductor y creador de contenidos Nicolás Magaldi abraza a Betiana

Betiana superó el coma farmacológico y varias operaciones. Meses más tarde, cuando las heridas empezaron a mejorar, le anunciaron que debían operar la cadera, que se había roto en tres partes. “‘¿Qué pasaría si no lo hacía? ¿No iba a poder caminar?’, pregunté. Si mi cadera no soldaba bien, dijeron, no podría tener un parto natural. Decidí no operarme: era mucho riesgo; si en el futuro tenía un bebé, sería por cesárea… no sería menos madre por eso”.

–Tenías 19 años cuando sucedió el accidente. ¿Qué recuerdos tenés?

–Hace poco, subí a mi cuenta de Instagram una foto de los días posteriores al coma: estoy en la cama, sonriente, rodeada de gente. ¡No me acuerdo nada de ese momento! Por el impacto, un mes de mi vida se borró. Sólo recuerdo a Panchito [Pancho Dotto, de Dotto Models, la agencia que la había descubierto en 2003, cuando ella tenía 15 años, en Misiones, con los famosos scoutings que el manager realizaba por todo el país], tomándome la mano y repitiéndome: “Betu, vas a estar bien; vas a caminar de vuelta y vas a volver a trabajar”. Gracias a Pancho, tan atento a cada detalle desde el comienzo de mi carrera, estoy como estoy. Cumplí 20 años internada; volver a caminar fue uno de los días más felices de mi vida.

“Fue un proceso intenso para quedar embarazada. Fui pasando por todas las emociones: euforia, angustia, tristeza, rabia, soledad... Aun así, tenía fe. No quería aflojar”, cuenta Betiana

–Y saliste adelante.

Betiana: ¡Sí, como Pancho había augurado! Había adelgazado muchísimo y al principio no podía caminar bien. Con el tiempo, fui recuperando mi carrera: volví a hacer comerciales, a viajar, a presentarme en todos los castings. Nicolás: Yo descubrí a Betu en 2015, en una gráfica inmensa que había en Palermo. Me encantó. La busqué a través de las redes sociales, le escribí con insistencia y, cuando me respondió, la invité a salir. Y lo tuve clarísimo: con ella quería armar una familia, que es sagrada para mí. A los dos meses, estábamos viviendo juntos y, al poco tiempo, le confesé que quería que fuera la madre de mis hijos.

–Y al poco tiempo nació Bautista, su primer hijo.

Betiana: Sí, hace ocho años. Fue un embarazo normal con parto por cesárea. En 2021, cuando Bauti ya tenía 4 años y estábamos queriendo agrandar la familia, tuve un embarazo ectópico, que es un embarazo que se gesta fuera del útero.

Nicolás: Empezó con unos dolores terribles, y terminaron operándola de urgencia. Una pesadilla. Otra vez estuvo a punto de morir… pero la leona resucitó. Cuando pasó la cirugía [le sacaron una trompa de Falopio], hubo médicos que nos dijeron que Betu no podría volver a tener hijos.

Betiana: Pero también hubo médicos que nos dijeron que un porcentaje de mujeres sí logran quedar embarazadas con una sola trompa. Cuando me repuse, empezamos a consultar a especialistas: ¡queríamos ser padres otra vez! A pesar del miedo a otro embarazo ectópico y a sabiendas de que las posibilidades eran menores, confiábamos. Los primeros tratamientos no funcionaron.

“Esta experiencia nos cambió la vida. Al principio, es como un cachetazo: te hace revisar tus creencias y prejuicios; interpela tu humanidad”, dice Betiana, quien, decidió compartir lo vivido a través de posteos y en Fue
increíble vivirlo, un podcast cuyo nombre juega con las siglas de FIV [Fecundación In Vitro]. “No paro de recibir mensajes de parejas que están pasando por la misma situación: están muy solas y con angustia”, cuenta ella. Realizado por RITVU, la productora que Nicolás tiene montada en su casa, el podcast consta de 10 capítulos por los 10 tratamientos que hicieron

–¿Cómo se sobrelleva una situación tan larga y estresante?

Nicolás: Al principio, trataba de poner un poco de humor para descomprimir. Pero cuando los resultados salen mal una y otra vez, el ánimo y el alma se te van por el piso. Te vas quedando sin palabras. Entonces, teníamos el silencio y el abrazo. Betu quería ser madre y yo también quería ser padre, pero la que, en definitiva, ponía el cuerpo era ella. Y no quería verla sufrir más. Estuvimos juntos en las buenas y en las malas.

Betiana: Fue un proceso intenso. Llegué a tener en mi celular diez alarmas programadas para no olvidarme de la inyección [Betiana aprendió a colocárselas ella misma] y las alarmas de cada pastilla que debía tomar. En varios intentos, los folículos parecían avanzar bien, pero, al descongelarlos, ninguno sobrevivía. Tuve, además, un embarazo anembrionario y fui a cirugía. Aun así, tenía fe. No quería aflojar. Fui pasando por todas las emociones: euforia, angustia, tristeza, rabia, soledad… Hacer terapia me ayudó para superar cada duelo, para darle respuestas a Bauti, para no caerme ante esas preguntas que parecen inofensivas –como “Y… ¿para cuándo llega el segundo [hijo]?”–, pero que te hunden. Entonces, con Nico decidimos no contar nada más a nadie.

La modelo, en una foto tomada después de que
saliera del coma farmacológico en el que estuvo luego del violento accidente automovilístico de 2007. A su lado, Pancho Dotto, de la agencia Dotto Models, que fue uno de los pilares en su recuperación: “Fue como un padre para mí”, dice ella hoy

–Hasta que, a principios de este año, las noticias fueron buenas.

Nicolás: ¡Una locura! Porque, días antes, habíamos ido los tres juntos a la iglesia, a la misa de la Dulce Espera. Fuimos a pedirle a la Virgen un milagro. Había sido un momento muy movilizante. En Navidad, con nuestra casa repleta de familiares que habían venido a pasar las fiestas con nosotros, nos llamaron para confirmarnos que uno de los embriones descongelados había sobrevivido: ¡tenía la categoría “A” [indica su buena calidad] y era mujer!

Betiana: Pero después había que hacer la transferencia del embrión al útero y esperar unas semanas… ¡que se te hacen eternas! Un día antes de Año Nuevo, confirmamos el embarazo. Fue el mejor regalo. Recién dimensionás el milagro de la vida cuando atravesás situaciones límite. [Llora]. Y el 26 de agosto nació Cata, nuestra beba arcoíris [son los bebés que nacen después de una pérdida gestacional, neonatal o perinatal; el término arcoíris simboliza la nueva vida después de la tormenta, del dolor y del duelo]. Fue por cesárea. El obstetra me dijo que me había hecho una cicatriz muy linda, ideal para cuando yo volviera a trabajar. Junto con la de Bauti, la de Cata es la cicatriz más perfecta.

En abril del año pasado, durante un viaje a Disney, Nico le propuso casamiento con la complicidad de Bautista… Aunque
todavía no lo concretaron, ellos dicen que será muy pronto

Maquillaje y peinado: Joaquina Espínola (@joaquinamakeupartist)

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