En medio de las ajustadas negociaciones con la oposición, fracasó la sesión de la Legislatura bonaerense en la cual el gobernador Axel Kicillof buscaba aprobar su ley de presupuesto, que contemplaba gastos por 32 billones. La iniciativa incluía una nueva ley fiscal y la posibilidad de contraer deuda por más de 1200 millones de dólares. Pero el oficialismo bonaerense no pudo llevar a buen puerto las tratativas y tras dos cuartos intermedios, el proyecto naufragó, al igual que la semana pasada.
El endeudamiento, que en la provincia consideran indispensable para estabilizar la gestión del año próximo, fue el principal obstáculo para el gobernador ya que demanda el apoyo de dos tercios de las cámaras. Así, el oficialismo bonaerense estaba obligado a trabar acuerdos con la oposición, que cuestiona varios puntos de la iniciativa.
La oposición, que acusó al Ejecutivo de no hacer los esfuerzos políticos suficientes para acercar posiciones, le obturó la posibilidad a Kicillof de contar con presupuesto antes del inicio de un año electoral. Sin embargo, no faltaron voces que asociaron esa supuesta anemia política a una presunta búsqueda por parte del gobernador para manejarse el año que viene sin las ataduras presupuestarias. Desde la gobernación, remarcaron que el pedido de la oposición por repartir el 16% de la deuda a tomar era “inviable”. Las tratativas quedaron ahogadas en medio de los cruces y las especulaciones.
“Nosotros les podemos votar una prórroga de una hora más, pero estamos convencidos de que esa hora no va a servir para nada”, advirtió Diego Garciarena, presidente del bloque que comanda el radical Maximiliano Abad, antes de que se abriera la última ventana para el oficialismo. “Lo que no se pudo arreglar en 40 días, no se va a poder hacer en una hora”, sumó a su turno Matías Ranzini del Pro. Fue luego del segundo traspié parlamentario.
La parálisis terminó por hundir los trascendidos que señalaban que el oficialismo había dado pasos decisivos para sellar un acuerdo con el resto de los bloques en las últimas horas del jueves. Minutos antes de las 14, el horario previsto para el inicio de sesión, distintos legisladores de la oposición aseguraban no contar siquiera con el texto del proyecto.
Y pese a que hubo quorum, el debate en el recinto permaneció cerrado: la diputada de Unión por la Patria, Margarita Recalde solicitó un cuarto intermedio, la sesión se postergó para las 17, luego para las 1830, y se terminó por derrumbar pasadas las 19.
“Estamos trabados”, sentenció promediando la tarde un miembro del bloque Pro, que cuenta con 13 de los 92 diputados de la Cámara baja, sin dejar de enfatizar las diferencias que afloran en el interior del peronismo. “No hay diálogo con el Ejecutivo”, sumaban desde la bancada radical que responde a Abad.
En tanto, la sesión en el Senado prevista para las 16 fue prorrogada, luego de que una docena de legisladores de UP se sentaran en sus bancas e hicieran uso de un artículo del reglamento que habilita volver a convocar hasta obtener el número para sesionar.
Freno
La iniciativa cosechó varios reparos en la oposición que componen los bloques que solían integrar el extinto Juntos por el Cambio. El tope al impuesto inmobiliario, tanto urbano como rural, la eliminación de las tasas en los puertos y la extensión de los plazos en la renovación de la emergencia que rige en infraestructura y en materia administrativa, económica y social son solo algunos de los puntos cuestionados por la oposición.
Los desafíos del gobernador, sin embargo, no se agotaban allí. Para contar con chances de aprobar el paquete, Kicillof debía atender los reclamos que llegaron desde el interior de Unión por la Patria, marcado a fuego por su recrudecida puja con La Cámpora, la agrupación que comanda Máximo Kirchner y responde políticamente a Cristina Kirchner. Fue una prueba política para el mandatario provincial, que atraviesa un momento delicado en su relación con la exvicepresidenta.
Por su parte, los jefes comunales empujaron para contar con más recursos en el reparto de los fondos municipales. “Son muchos los planteos. Nunca vi una cosa igual”, describía un experimentado legislador, minutos antes de que se cayera el primer intento para hacer correr la sesión.
Tras el segundo cuarto intermedio, el camporista Facundo Tignanelli, jefe de la bancada de UP, publicó en su cuenta de X: “Desde hace varias semanas se viene trabajando arduamente para alcanzar los consensos necesarios, ya que al no contar con mayoría en ninguna de las cámaras y siendo que el endeudamiento requiere indefectiblemente de dos tercios de los votos para ser aprobado, se vuelve imprescindible encontrar puntos de acuerdo con los bloques opositores”, señaló.
El massista Alexis Guerrera, flamante presidente de la Cámara, remarcó ayer en su cuenta de X que las demandas de la oposición exceden lo que se puede alcanzar en la Cámara de Diputados. “Respecto de los dos tercios que requiere el endeudamiento, todos los bloques opositores han manifestado la necesidad de establecer algunas pautas que exceden a la discusión de esta Cámara, y son propias del ámbito del Poder Ejecutivo provincial”, subrayó Guerrera.
Ayer, el ministro de Infraestructura de la provincia, Gabriel Katopodis, sintetizó la postura del oficialismo en redes. “Es un paquete de tres leyes que estoy convencido que se va a poder aprobar completo, construyendo los consensos necesarios antes de fin de año”, señaló en X.
En la previa a la sesión, los jefes comunales encolumnados detrás de Kicillof salieron a hacerle la segunda voz en redes. “Necesitamos las tres herramientas: presupuesto, endeudamiento y fiscal impositiva, que se presentaron hace más de 40 días”, remarcó el intendente de La Plata, Julio Alak. “De no aprobarse, fuerza un ajuste presupuestario y pondría a la provincia en serio riesgo de default. Por lo tanto resulta indispensable la aprobación simultánea del paquete de leyes con sus tres elementos”, completó.