Un nuevo estudio explica por primera vez cómo y por qué la música puede reducir el malestar y la agitación en personas con demencia avanzada. Publicado en la revista ‘ Nature Mental Health ‘, el estudio detalla los beneficios de la musicoterapia, identifica los mecanismos detrás de sus efectos y ofrece una guía para implementar terapias musicales efectivas en personas con demencia avanzada. La musicoterapia , llevada a cabo por terapeutas capacitados, incluye cantar, tocar o escuchar música, además de integrar la música en la rutina diaria con ayuda de cuidadores y familiares. El estudio, liderado por Naomi Thompson de la Universidad Anglia Ruskin (ARU), combina investigación académica y aportes de interesados para desarrollar directrices que permitan intervenciones personalizadas. La investigación asegura que si la musicoterapia se diseña de acuerdo con las necesidades individuales, puede reducir de inmediato la agitación y ansiedad , mejorar la atención, el estado de alerta, el ánimo y el compromiso con el entorno. Estas interacciones musicales generan un sentido de seguridad y orientación, disminuyendo el malestar y mejorando el bienestar. La música, ya sea escuchada, cantada o tocada, estimula el cerebro a nivel cognitivo y sensorial, activando redes cerebrales en ambos hemisferios. Esto permite acceder a habilidades y recuerdos residuales, ayudando a las personas a manejar sus emociones y mantenerse calmadas. Además, puede adaptarse para reducir el estrés fisiológico, particularmente en el sistema nervioso autónomo. Los recuerdos evocados por música familiar suelen ser más rápidos, positivos y específicos, conectándose con etapas tempranas de la vida, especialmente entre los 10 y 30 años de edad. Como f orma de comunicación no verbal , la música es accesible incluso con deterioro cognitivo o sin habilidad musical. Además, fomenta la interacción social con cuidadores, compañeros y familiares. El estudio sugiere que los terapeutas musicales capaciten a otros profesionales de la salud para incorporar la música en el cuidado de la demencia avanzada. También recomienda proporcionar recursos como instrumentos musicales y orientación para crear listas de reproducción personalizadas. La música también beneficia a cuidadores y familiares, reduciendo su estrés y promoviendo empatía. Momentos significativos derivados de la música pueden enriquecer las interacciones habituales, facilitando una conexión más profunda con la persona con demencia, especialmente en momentos de angustia. «Con una población envejecida y el aumento de diagnósticos de demencia, la música es una manera sencilla y rentable de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas», afirma Thompson. El estudio muestra que la musicoterapia es exitosa al abordar la necesidad de estimulación, fomentar recuerdos familiares, promover relaciones y expresión emocional, y reducir la angustia y la ansiedad. También allana el camino para su implementación más amplia en el cuidado de la demencia. «Al igual que un médico prescribe medicamentos con una dosis específica, un terapeuta musical puede diseñar un programa individualizado para usar música a lo largo del día y mejorar el bienestar», señala Thompson.