Publicado: julio 31, 2025, 10:04 am
El café con leche es una de las combinaciones más consumidas en el mundo. Expertos coinciden en que esta forma de disfrutarlo, con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada, puede aportar beneficios. Sin embargo, hay recomendaciones para evitar molestias gástricas y optimizar su valor nutricional.
El café con leche se consume en distintos países bajo diferentes nombres y proporciones. En América Latina, el café filtrado suele mezclarse con leche caliente, mientras que en Europa predominan las versiones con expresso y leche vaporizada. Las cafeterías modernas han incorporado espuma, jarabes y opciones personalizadas.
La nutricionista Michelle Ferreira, del Instituto Nutrindo Ideais, explica que el café con leche puede ser beneficioso para quienes no presentan intolerancias:
- Antioxidantes del café: rica fuente de polifenoles que ayudan a combatir radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
- Energía y concentración: la cafeína mejora el estado de alerta, la atención y el rendimiento físico y cognitivo.
- Aporte de nutrientes de la leche: proporciona calcio (240-260 mg por 200 ml) y proteínas (6-7 g), esenciales para la salud ósea y la masa muscular.
- Sensación de saciedad: la combinación de proteínas y grasas en la leche con el café puede ayudar a controlar el apetito.
“La leche no es automáticamente inflamatoria”, aclara Ferreira. Solo puede causar problemas en casos específicos:
- Intolerancia a la lactosa: provoca síntomas como hinchazón, gases y diarrea, sin generar inflamación sistémica.
- Alergia a la proteína de la leche: puede desencadenar reacciones inmunológicas graves.
- Sensibilidad individual o condiciones inflamatorias: algunas personas reportan mejoría al reducir lácteos.
- Dietas proinflamatorias: el problema surge cuando se combina leche con alimentos ultraprocesados.
Una ventaja de esta mezcla es que la leche reduce la acidez percibida del café, haciéndolo más suave al paladar y menos agresivo para el estómago. Esto favorece a quienes sufren de reflujo o molestias gástricas con el café negro.
Precauciones a considerar
- Intolerancia o alergias: optar por versiones sin lactosa o bebidas vegetales.
- Interferencia con absorción de hierro: el calcio puede reducir la absorción de hierro si se consume junto con comidas principales.
- Exceso de cafeína: puede causar insomnio, taquicardia e irritabilidad.
- Azúcar añadido: limitar su uso o sustituirlo por canela o miel cruda.
Ferreira recomienda leche A2, que contiene solo la proteína beta-caseína A2, más fácil de digerir que la A1 presente en la mayoría de leches comerciales. “No es deslactosada y las personas con intolerancia deben buscar opciones sin lactosa”, aclara.
¿Pueden los niños tomar café con leche?
Sí, desde los cinco años, en cantidades pequeñas y diluidas. Sin embargo, el exceso de cafeína afecta el sueño, el apetito y la absorción de calcio, por lo que se recomienda una taza pequeña al día como máximo.
La proporción sugerida por los especialistas es 2 partes de leche por 1 de café (150 ml de leche + 75 ml de café). En adultos sanos, se recomiendan 2 a 3 tazas de 200 ml al día, manteniendo la ingesta total de cafeína dentro de los 300 mg diarios.
En embarazadas y mujeres lactantes, el consumo debe reducirse o eliminarse según indicación médica.
Cómo hacerlo más saludable
La nutricionista Daniela Zuin aconseja:
- Elegir leches fáciles de digerir o bebidas vegetales sin aditivos (almendra, anacardo, coco).
- Evitar edulcorantes artificiales y exceso de jarabes: mejor canela o miel.
- Priorizar café orgánico y de calidad, evitando consumirlo en ayunas.
Por Camila Paola Sánchez Fajardo