Publicado: marzo 20, 2025, 5:11 am
Con un Congreso blindado por una nueva protesta por los jubilados, el oficialismo logró su cometido: ratificó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) de presidente Javier Milei que habilita al Gobierno a sellar un acuerdo de refinanciamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con el apoyo de Pro, la UCR, la Coalición Cívica, el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), Innovación Federal, parte de Encuentro Federal, un puñado de los radicales de Democracia y los diputados aliados a los gobernadores, el oficialismo reunió 129 votos positivos, 108 rechazos y 6 abstenciones.
Los 13 ausentes facilitaron el trabajo del Gobierno: con menos presentes, el número para aprobar el DNU también bajó. La llave fue 123, pero el oficialismo lo superó por seis. Del bloque de Unión por la Patria colaboraron en silencio los cuatro catamarqueños aliados al gobernador Raúl Jalil, un santiagueño que responde a Gerardo Zamora, el chaqueño Juan Manuel Pedirni y la entrerriana Blanca Osuna.
También optaron por esta opción los cordobeses Héctor Baldassi (Pro) y Juan Brugge (Encuentro Federal), el santafecino Roberto Mirabella (Defendamos Santa Fe) y el porteño Ricardo López Murphy (Encuentro Federal). Llamó la atención un faltazo en particular: María Fernanda Araujo, de La Libertad Avanza. Se abstuvieron Oscar Agost Carreño, Nicolás Massot, Emilio Monzó, Florencio Randazzo, todos de Encuentro Federal. También la exoficialista Lourdes Arrieta y Martín Tetaz, de la UCR.
El aval de la Cámara de Diputados es suficiente para dejar firme el DNU 179 firmado por Javier Milei para autorizar un nuevo empréstito del organismo de crédito internacional. Supone un alivio para la administración libertaria, que necesita mostrar solidez a los mercados para sostener su política económica y cambiaria. Con esta aprobación, el Gobierno logró neutralizar al kirchnerismo y la posibilidad de que el decreto fuera rechazado en el Senado.
La sesión, que duró casi seis horas, se desarrolló con fuertes cruces entre la oposición y el presidente de la Cámara, Martín Menem, a quien varios legisladores lo incomodaron por la filtración de unos supuestos audios en los que pide a la bancada oficialista “hacer quilombo”.
El debate
El kirchnerismo y la izquierda habían anticipado su rechazo al DNU 179 firmado por Milei. Se oponen a la herramienta utilizada por el Gobierno para habilitar un acuerdo con el FMI y solicitan que se respete la “Ley Guzmán”, que exige una ley para nuevas tomas de deuda en moneda extranjera. Objetan, además, la falta de detalles sobre lo que se firmará con el organismo de crédito internacional.
“¿Cuánto es el monto de esta deuda? No saben. Ni el monto, ni el costo, ni los intereses. Tampoco los activos de la Argentina que van a estar en juego”, subrayó Vanesa Siley, de Unión por la Patria.
Máximo Kirchner culminó las exposiciones del kirchnerismo. El diputado tiene historia con esta temática: en 2022 renunció a la jefatura del bloque del Frente de Todos (ahora Unión por la Patria) por el acuerdo con el FMI que firmaron, en aquel momento, Alberto Fernández y Martín Guzmán. “El problema es de fondo y con el Fondo. Esto va a fracasar y ustedes lo saben. Y lo que están haciendo diputados que nos daban clases de educación cívica es sacarse el problema de encima. Tiene que ser seria esta discusión. Tenemos que encontrar la forma de que nuestro país pueda pagar. Cuanto más tiempo pase, más agarrados del pescuezo nos van a tener. Somos marionetas”, sentenció.
Nicolás del Caño, de la Izquierda, destacó la falta de información, pero fue más allá: acusó al Gobierno de liquidar reservas “para sostener el tipo de cambio”. “Están patoteando para acordar con el FMI. [Luis] Caputo es un cobarde, no vino a dar explicaciones y esto debería volver a comisiones“, señaló. Y concluyó: “Lo que estamos viendo acá es una nueva estafa”.
En la oposición dialoguista, las posiciones estuvieron partidas. Los radicales de Democracia y Encuentro Federal no tenían una posición unificada.
Facundo Manes, referente de Democracia y quien ejerce una de las posiciones más duras dentro de su bloque, dijo que no iban a acompañar el DNU 175 porque lo consideran “una triple irresponsabilidad“: institucional, económica y política. “La Argentina, señor presidente Milei, no necesita más fracturas. Y si realmente usted quiere un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, envíe un proyecto de ley, permita el debate. Y si es un buen acuerdo, será aprobado con argumentos y no con patotería o imposición”, sentenció.
En Encuentro Federal también hubo fisuras. De sus 15 integrantes, ocho rechazaron el DNU sobre el FMI y otros siete lo apoyaron, entre los que se encuentra el propio jefe de bancada, Miguel Pichetto. El legislador criticó que el Gobierno hubiera mandado antes “segundas líneas” a dar explicaciones al Congreso.
“La naturaleza frágil de este decreto raya la ilegitimidad”, dijo Nicolás Massot, uno de los principales referentes económicos del bloque. “Están y estaban los votos para que una autorización de esta naturaleza saliera por ley. Esto va a salir aprobado, va a tener una decena de votos menos, incluido el mío”, había anticipado Massot. Su intervención terminó con un dardo a la administración económica del Gobierno: “Tiene que existir de manera urgente un cambio en la política cambiaria. Nadie quiere que a este gobierno le vaya mal, solo ha perdido la fe por un plan cambiario que brilla por su ausencia”.
Sin detalles del acuerdo
El martes por la tarde asistieron a la Comisión Bicameral de DNU cuatro funcionarios del Ministerio de Economía para explicar el decreto: el viceministro José Luis Daza, Pablo Quirno (Finanzas), José García Hamilton (secretario Legal y Técnico de Economía) y Marcelo Griffi (director del BCRA). Los representantes del Poder Ejecutivo no se salieron del libreto y no dieron detalles sobre la letra chica del acuerdo con el FMI, al argumentar que todavía no está cerrado.
Tanto la Coalición Cívica como la UCR adelantaron su voto afirmativo, aunque sus diputados no se privaron de cuestionar al Gobierno.
“Lo vamos a ratificar”, dijo Juan Manuel López, jefe de la Coalición Cívica en Diputados sobre el DNU. “No estamos orgullosos de eso”, reconoció, a la vez que criticó una de las últimas jugadas del kirchnerismo, de enviar una carta a las autoridades del FMI para evitar la firma de un nuevo acuerdo. “Como si acá sobrara todo, como si no fueran responsables de nada. No tienen cara señores”, reprochó. Por último, lanzó una advertencia al oficialismo: “La Argentina es vulnerable porque hay una guerra comercial desatada por el principal aliado de Milei, Donald Trump. La vienen piloteando bien, pero cuidado con ser el lazarillo del presidente de la potencia más grande del mundo porque nos puede traer un problema”.
Rodrigo de Loredo justificó el acompañamiento de su bloque, la UCR. “Hacernos de fondos acrecienta nuestra capacidad crediticia. Y también puede dar la posibilidad de salir del principal obstáculo económico que tenemos, que son el cepo y la brecha. Pero de ninguna manera un acuerdo con el FMI es el fin, es solamente un poco más de tiempo, pero que no resuelve el fondo de la cuestión”, explicó.
En una jugada por partida doble, Cristian Ritondo, de Pro, defendió la herramienta utilizada por Milei para habilitar un acuerdo con el FMI al criticar al kirchnerismo. “Fueron ustedes los que elaboraron la ley de DNU”, recordó sobre la norma que impulsó en 2009 Cristina Kirchner. Dio por finalizado su discurso después de tildar a los legisladores del PJ como “una máquina de impedir”.
Gritos y contrapuntos
La sesión tuvo un comienzo torcido. La mayoría de las cuestiones de privilegio del kirchnerismo y la izquierda recordaron el accionar de las fuerzas policiales la semana pasada así como el papel de los diputados libertarios adentro del recinto. El oficialismo replicó con dureza y acusó a la oposición del endeudamiento del país.
Fue llamativa la intervención del diputado Alberto Benegas Lynch, quien hizo un llamado “a la gente de bien de esta Cámara” a no responder a los agravios. Solicitó a sus colegas de bloque “estar calmos como agua de río”. “Queremos tener una sesión en paz, pero tenemos que asumir que no la vamos a tener. Tenemos que estar calmos como agua de río. Les van a decir cosas que nunca le han dicho en estas sesiones, pero es parte del deber histórico. No contestemos a los artífices de la deuda de la política cuando queremos reconstruir los equilibrios financiero y monetarios”, pidió.
Pichetto exigió al presidente de la Cámara controlar el tiempo de las intervenciones y recordó que en labor parlamentaria el oficialismo se comprometió a tener “mesura”. “Quedamos en que se llevaban la ley y no los discursos y pusieron un incendiario para provocar, traten de ubicarse, ser profesionales e inteligentes”, solicitó.
Previamente, el libertario Lisandro Almirón, quien en la sesión pasada fue el que increpó a Oscar Zago por dar quorum al kirchnerismo, le pidió disculpas a su colega y terminó con un desafío a la oposición. “¿A quién más quieren que pida disculpas, caraduras? Pidan disculpas ustedes a los argentinos. Que la presidenta Cristina Kirchner venga y pida perdón de rodillas por lo que hizo. ¡Que venga Boudou, que venga Kicillof!”.
El inicio
La sesión especial había comenzado a las 10.24, con 130 legisladores. Transcurrió a la par de una nueva movilización que fuerzas opositoras y de izquierda convocaron frente al Congreso en defensa de los jubilados.
El oficialismo apuntó a una sesión exprés. Lo anticipó Martín Menem en labor parlamentaria y el kirchnerismo adelantó su disconformidad. También lo hizo Pichetto, quien abandonó la cumbre antes de que termine. “Esté esquema de ninguneo es permanente y tiene que cambiar”, dictaminó el jefe de Encuentro Federal.
“No queremos achicar el debate de un tema tan sensible”, dijo Germán Martínez en el recinto. “La última sesión terminó en un escándalo, con diputados trompeando y llevando por la fuerza a otro diputado fuera del recinto. Se sientan acá fingiendo demencia”, sumó. Y anticipó: “Queremos plantear los temas que usted no dejó tratar porque levantó la sesión: el emplazamiento de las comisiones para debatir la derogación de las facultades delegadas al Presidente, la moratoria previsional y la ratificación autoridades de la Comisión de Juicio Político”. Cecilia Moreau, al lado de Martínez, le dijo a Menem, a los gritos: “No me pelotudees”.
La última sesión, en la que la oposición logró impulsar la investigación del caso $LIBRA, el bloque de La Libertad Avanza se hundió en el caos. Diputadas oficialistas y libertarios disidentes se enfrentaron en pleno recinto: hubo piñas, forcejeos y gritos. En la mañana del miércoles, esas fisuras volvieron a aparecer.
Rocío Bonacci y Marcela Pagano, las díscolas de la bancada oficial, se rehusaron a dar quorum. Aparecieron después de iniciada la sesión y saludaron a parte de sus compañeros. Minutos antes de que se abriera el recinto, el presidente de la Cámara hizo una arenga a través del grupo de WhatsApp que comparte con su tropa. Fue un mensaje que buscó anticiparse a cualquier imprevisto y evitar un revés. “Es la sesión más importante de los últimos 20 años. Dientes apretados en todo momento. No bajemos la guardia”, exigió.
En un supuesto audio de este miércoles adjudicado a Menem y difundido por radio 10 en el programa Argenzuela, el presidente de la Cámara pide a sus Diputados que griten, interrumpan y hagan “quilombo”. “Nada pacífico”, se escucha. Esta parte de la conversación fue desmentida por el vocero de Menem. “Fueron cortados y editados”, replicó sobre los audios.
Sin embargo, cerca del titular de Diputados no desmintieron que el resto de la conversación haya existido. En diálogo con LA NACION, señalaron que se trató de ordenar al bloque para evitar un traspié como el que protagonizaron en la sesión pasada. “Tienen que estar todos sentados”, indicaron. “Fue una arenga futbolera”, sumaron.
Pagano no se quedó callada. Desde abril pasado reclama para sí la presidencia de la Comisión de Juicio Político, pero Menem la desconoce. Con el escándalo cripto en el centro de la escena, es un órgano clave que el kirchnerismo pretende activar para impulsar su propio proyecto contra el Presidente. Fue el núcleo de la discordia hace siete días.
“Usted no tiene facultades para desconocer comisiones”, le dijo Pagano a Menem. “A mi me reconocieron en un acta y yo no voy a ir contra las instituciones. Ese acta tiene validez y si usted considera que no, sométalo al pleno. Usted esta haciendo un exceso en el uso de sus facultades”, señaló la diputada libertaria mientras Menem trataba de frenar su intervención. “Gracias”, le decía. “No me interrumpa porque interrumpir al orador es de fascista”, concluyó la experiodista. Inmediatamente después, sacó un megáfono. “No les tengo miedo, no me van a callar”, gritó. Lilia Lemoine, la fuerza de choque de Javier Milei en el Congreso, la filmaba con su celular.