Emblema de la Patagonia: cómo y dónde se reproduce esta especie en peligro de extinción - Argentina
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Emblema de la Patagonia: cómo y dónde se reproduce esta especie en peligro de extinción

Publicado: abril 30, 2025, 6:00 am

Cría de huemul en el bosque andino patagónico de Chubut.

“¿Lo ven?”, pregunta Lucas Thomas mientras afilamos la vista en dirección al bosque. Entre lengas y ñires, los distintos tonos de marrón se confunden, las astas ni se sospechan y, recién cuando gira la cabeza, lo vemos. Sentado y tranquilo, Shehuen no se esconde. Está en el cuadro 3 de la Estación de Rehabilitación y Recría del Parque Protegido Municipal Shoonem, en los alrededores de los lagos La Plata y Fontana, al sur de Chubut. Y será porque sin querer se camufla, que muchos lo llaman “el fantasma de los Andes”.

Miguel Escobar impulsó la creación de la Fundación Shoonem.

“El huemul (Hippocamelus bisulcus) es un cérvido muy confiado que permite el acercamiento como ningún otro. Por eso queda tan expuesto”, comenta Natalia Demergassi, veterinaria de Fundación Temaikén que desde hace cuatro años trabaja con Fundación Shoonem (que significa huemul en lengua aonikenk) en revertir la extinción de esta especie nativa y emblemática de nuestra Patagonia. “No es un ciervo del montón. Es un animal espiritual que encarna la esencia patagónica. Es como el gaucho santacruceño: tímido y silencioso. Es ‘el’ ciervo entre los ciervos”, agrega Miguel Escobar, presidente de Fundación Shoonem, mientras caminamos por el bosque.

Con entre 70 y 80 kilos de peso promedio, el huemul es más grande que el pudú de 9, y más chico que el ciervo de los pantanos, que llega a los 120 kilos. Nativos los tres, durante años se vieron corridos por especies introducidas, como el Axis y el ciervo colorado, de temperamento más beligerante. Todos tienen astas –siempre que sean machos– que pierden y recuperan cada año y que son fundamentales para competir por la atención de las hembras en época de reproducción.

Los huemules suelen bajar a la costa de los lagos para buscar alimentos.

Monumento Natural Nacional (según la Ley 24.702/96), el huemul habita el bosque andino patagónico que corre por las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, a lo largo de 1800 km. Esto significa una gran pérdida de territorio, teniendo en cuenta que el paleontólogo John Bell Hatcher (1861-1904) encontró registros del huemul en la estepa, en Bajo Caracoles, Santa Cruz.

Carrera contra la extinción

“Los censos de población de huemul no son actuales, pero se calcula que en la Argentina quedan alrededor de 500 ejemplares, divididos en aproximadamente 60 grupos. En Chile, en tanto, hay alrededor de 1000”, señala Natalia justo antes de que Miguel recalque que “son 1500 en la Patagonia”, para insistir en la importancia de abordar esta problemática en forma coordinada con el país vecino.

Natalia Demergassi es veterinaria y una apasionada por los huemules.

Si bien su temperamento tranquilo e ingenuo contribuyó para que esté en peligro de extinción, son varias las razones que lo llevaron a esta situación actual. Según cuentan los expertos, el avance de la frontera productiva generó competencia por la pastura y lo dejó expuesto. “Es un animal que no huye. Entonces puede ser atacado por perros e cazado con un cuchillo por el ser humano”, indica Miguel citando a Clemente Onelli en su libro Trepando los Andes. En este sentido, también fue contraproducente la introducción del ciervo colorado que se reprodujo indiscriminadamente después de que lo trajeran desde Europa para impulsar los cotos de caza de piezas grandes. Sin embargo, hay más razones que quedan expuestas y se refuerzan con las investigaciones conjuntas que las fundaciones Shoonem y Temaikèn llevan adelante en la Estación de Rehabilitación y Recría del Parque Protegido Municipal Shoonem.

Montada en 2014, la estación existe gracias al aporte de otra ONG fundamental, que es suiza y se llama Fundación Erlenmeyer. Está emplazada en un campo de 110 hectáreas con alambrados y perímetros bien demarcados, donde los huemules que fueron previamente capturados en ámbitos silvestres reciben suplementación alimenticia –con bloques mineralizados y fardos de pastura–, se reproducen y son estudiados en pos de revertir su extinción.

Shehuen es el primer huemul que nació en el centro.

Lucas Thomas y Fabián Jaramillo, de Temaikèn, están a cargo del mantenimiento del centro y del día a día de los animales, junto con Miguel Escobar, gran impulsor del lugar y quien también tiene su casa en la reserva. En la estación hay once huemules, cinco de los cuales nacieron ahí. En el cuadro 1 hay dos hembras reproductoras adultas con un macho, dos crías que nacieron el año pasado y una de este año. Los adultos se llaman Plata, Ceci y Coirón. En el cuadro 2 están Werni, Juana y Maitén, que fue ingresada al centro este invierno. Además, hay una cría de Juana. Y en el cuadro 3 está Shehuen, el macho joven en edad reproductiva que divisamos al caminar por la estación y que fue la primera cría nacida en el centro. “Nació en noviembre de 2022 porque la madre fue capturada preñada”, comenta Natalia.

¿Cómo y cuándo los capturan? En invierno y cuando nieva mucho, porque los huemules bajan a orillas del lago para alimentarse de la vegetación. En verano, en cambio, permanecen en las montañas. “La captura se hace desde una embarcación en el lago, con un dardo que se dispara a 11 metros del animal y que tiene una combinación anestésica para dormirlo. Entonces nos acercamos, les ponemos el collar VHF de monitoreo, tomamos muestras y lo cargamos para traerlos al centro”, explica Natalia. Agrega que el collar de monitoreo, que está diseñado en función del tamaño y peso del animal, emitirá una señal que se capta con una antena y así permitirá localizarlo dentro campo. Todo lo hacen rindiendo cuentas a la Dirección de Flora y Fauna Silvestre de Chubut, que todos los años les renueva los permisos y recibe los informes de qué y cómo están trabajando.

Fabián Jaramillo con la antena que le permite localizar a Shehuen.

“Encontramos muchos animales delgados, avejentados y con problemas en sus piezas dentarias. Tienen un gran déficit de minerales. Los agentes patógenos de la materia fecal del ganado los pudo haber afectado”, indica Natalia sobre el avance de las investigaciones. “Notamos que la malnutrición está jugando un rol clave en la extinción del huemul. Creemos que tiene que ver con que, por el avance de la ganadería, bajan menos hacía los pastizales esteparios y se quedan prisioneros en las veranadas, en lo alto del bosque. Entonces comen siempre lo mismo”, apunta Miguel.

Motivaciones

Criada en un departamento de Avellaneda, Natalia pisó un campo por primera vez cuando entró a la carrera de Veterinaria. Sí siempre le gustaron y quiso ayudar a los animales. Hace 15 años entró a Temaikèn y se enamoró los cérvidos, que descubrió preocupada con la conservación del ciervo de los pantanos. “Me hace feliz trabajar en la preservación de especies. Cobra sentido estar en medio de la nieve y tapada por el agua, intentando sacarle sangre a un animal para estudiarlo y así ayudarlo”, reflexiona Natalia.

El equipo de Fundación Temaikèn y Fundación Shoonem: Miguel Escobar, Natalia Demergassi, Fabián Jaramillo y Lucas Thomas.

Miguel la sigue en el discurrir. Dice que estamos inmersos en una gran catástrofe ambiental y que los animales no merecen sufrir lo que están sufriendo. Quinta generación de patagónicos, celebra que los centros de reproducción de huemules –el de acá y los de Chile– sean una estrategia viable para revertir su extinción. ¿Tendremos chances de ver la reintroducción del huemul en su hábitat? “Es nuestro objetivo final. Nos ocupa, pero todavía falta para que podamos hacerlo. Tenemos que tener planteles y terrenos viables, libres de toda amenaza. Ya llegará el momento…”, se ilusiona Miguel.

Datos útiles

Parque Protegido Municipal Shoonem. Para sumarse como voluntario o colaborar monetariamente con el proyecto contactarse con Fundación Temaikèn.

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