Publicado: abril 23, 2025, 6:10 pm
Rone Henrique Amaral da Silva tiene 14 años y entrena squash 2,5 horas por día, cinco veces por semana. También hace musculación y pilates. Los sábados juega, pero más por diversión. El domingo es el día para descansar e ir a la iglesia. Pero quien ve la forma física y la dedicación del adolescente hoy, no imagina que hace apenas dos años el escenario era muy distinto.
Pasaba todo el día en casa, jugando videojuegos, usando el celular y comiendo. Esta vida sedentaria hizo que Rone llegara a los 12 años con 62 kg.
Hasta 2019 practicaba actividad física todos los días. Hasta que vino la pandemia y todos tuvimos que quedarnos en casa. «No salía para ir al colegio, ni a jugar ni para patear la pelota en la calle», cuenta Rone. “En esa época me regalaron mi primera consola. Entonces, pasaba todo el día jugando videojuegos, usando el celular y comiendo mucho. Mi salud fue empeorando, subía cada vez más de peso y, a medida que engordaba, me sentía más triste“.
El batido con semillas de chía y fruta que ayuda a aumentar la masa muscular: es fácil de preparar
El caso de Rone está lejos de ser único. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que más del 80% de los adolescentes son sedentarios. En esta etapa, la recomendación es practicar 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa. Pero la endocrinóloga pediátrica Paula Baccarini, del Hospital Infantil Sabará, en San Pablo, explica que un adolescente puede hacer ejercicio y aun así ser considerado sedentario.
“El sedentarismo se define como largos períodos de inactividad física durante el día. Si el adolescente hace una hora de ejercicio, pero pasa las otras 23 horas sin moverse, todavía puede ser considerado sedentario», dice la médica.
Ser sedentario en cualquier etapa de la vida está asociado a riesgos para la salud, pero en la adolescencia puede ser especialmente perjudicial.
“El sedentarismo en la adolescencia tiene dos problemas. Por un lado, la falta de actividad aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas tempranas, como obesidad, diabetes e hipertensión. Pero otro punto, del que se habla poco, es que no hacer actividad física en la adolescencia disminuye la probabilidad de que uno la practique en la vida adulta», señala el pediatra Getúlio Bernardo Morato Filho, miembro del Grupo de Trabajo de Actividad Física de la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP).
Para el especialista, hacer ejercicio es tan importante como estudiar, dormir o alimentarse. Es uno de los pilares de la buena salud», afirma.
Otras consecuencias del sedentarismo en la adolescencia sobre la salud física incluyen mayor riesgo de enfermedades óseas, peor calidad de sueño y desequilibrios hormonales. También afecta la salud mental, con mayor probabilidad de depresión, ansiedad y problemas de autoestima. Los especialistas son categóricos al afirmar que estos riesgos aplican tanto a corto como a largo plazo.
A pesar de todos estos riesgos, nadie duda de que es un desafío sacar a los adolescentes de la inactividad.
“Los niños tienden a jugar más. Pero la vida social del adolescente está cada vez más dentro de las pantallas”, analiza Baccarini.
En esta etapa de la vida, el estudio también empieza a ocupar más tiempo del día a día y, con eso, aumenta el tiempo que pasan sentados y, por tanto, sedentarios. Pero hay algunas estrategias que pueden ayudar a revertir esta situación.
“Tenemos que confiar un poco más en los adolescentes. Ellos quieren hacer ejercicio, solo necesitan un poco más de insistencia para incorporar la práctica», dice Morato Filho, que también es médico del deporte y del adolescente.
Para empezar, es importante que el adolescente practique algo que le guste y se le dé bien. Eso garantiza motivación para seguir con esa actividad. Pero no siempre es fácil encontrarla. Por eso, el consejo es que el adolescente tenga contacto con la mayor cantidad posible de deportes.
“Yo digo en broma que no debería cobrarse matrícula para adolescentes, porque cambian de opinión hasta encontrar una actividad que les guste. El adolescente busca la modalidad que lo estimule. Si lo ponés en un deporte en el que pierde o no le va bien, se va a desmotivar, va a hacerlo con poca intensidad y quizás no logre los beneficios que sí podría tener con el ejercicio adecuado», explica el pediatra.
Cuánto dura el pescado congelado
En general, la modalidad elegida será aquella en la que tenga alguna ventaja, rendimiento o recompensa, algo fundamental en esta etapa de la vida.
Para Rone, por ejemplo, la clave fue en 2023, cuando decidió participar en un proyecto social articulado por el profesor Isaac Bardella —su actual entrenador—, que ofrecía clases gratuitas para chicos y adolescentes en la Squash Academia, en Mogi das Cruzes, interior de San Pablo, donde vive.
“Mi vecino me invitó a participar con él. Fue cuando conocí el squash y fue amor a primera vista. El proyecto duró un mes, pero el profesor vio que me estaba esforzando y progresando, y decidió invertir en mí. Empecé a entrenar, a comer mejor, dejé los dulces y las gaseosas, y después de un año y medio, pasé de 62 a 48 kg», cuenta Rone, que es tricampeón paulista y tricampeón brasileño en la modalidad.
Otro consejo para evitar el sedentarismo es lograr que el adolescente se mueva lo más posible durante el día. Vale subir escaleras en vez de usar el ascensor, caminar en vez de usar el auto para ir a lugares cercanos, ir a la cocina a buscar un vaso de agua, ayudar con las tareas del hogar, etc. Los fines de semana, Baccarini recomienda que los padres lleven a sus hijos a hacer actividades al aire libre, que impliquen movimiento. Y, por último, pero no menos importante, limitar el tiempo frente a las pantallas.