Publicado: marzo 11, 2025, 5:00 am
Manuel Gonçalves llegó de Portugal en 1961, cuando tenía 12 años. Su familia, como la de muchos otros portugueses, se instaló en el cordón frutihortícola de La Plata para trabajar la tierra. El deseo por recuperar esos sabores que lo habían marcado de chico lo llevó a una búsqueda, casi obsesiva, de la higuera adecuada. “Fueron más de 30 años hasta encontrar el higo que yo quería”, cuenta Manuel en su intento por replicar ese sabor de la infancia.
“En la región de Portugal, donde vivía, había plantación de higueras, y me gustaba mucho comer higos. Cuando vine a la Argentina no había higos como esos, entonces fui buscando la forma de encontrar alguno que se asemeje”. Así empezó con las plantaciones, probando con distintas variedades de higos, lo que le llevó casi toda su vida para dar con la planta correcta.
Higos grandes, dulces y carnosos. Las plantaciones están en el fondo de su casa sobre la Ruta 2, del barrio El Peligro en el Gran La Plata. Manuel tiene más de 80 plantas y está alineado a las buenas prácticas. Las cuida obsesivamente de las plagas; están en un invernáculo y no utiliza agroquímicos. “La cáscara es muy sabrosa, y podemos comer el higo sin sacarle la cáscara, incluso sin lavarlos porque la planta está muy bien cuidada”, desliza el productor.
Dar con el fruto exquisito no fue sencillo. Una de las adversidades de la producción de higos en el cordón hortícola platense es el clima. “Acá mucha humedad y lluvia, y había variedades que no resistían, entonces fui buscando una variedad que tenga las condiciones, que no se eche a perder, que aguante la humedad, que tenga un buen tamaño, buen color y que sea rico” explica el productor, quien logró llegar a su fruto perfecto después de probar con más de 20 variedades.
Una higuera traída de Italia
La variedad de higos que produce Manuel se llama Dalmacia, “se la compré a un hombre de un vivero italiano que me dijo que la había traído de Italia”, relata Manuel. “Resultó que esta variedad de higuera se banca la humedad más que otras y que la fruta tiene buen color, una cáscara sabrosa, un tamaño generoso y mucho sabor”.
La obtención de una buena cosecha está condicionada por el clima. “Una buena poda, el riego y protegerlos de la lluvia son las claves principales para el cuidado de las higueras, pero situaciones climáticas extremas pueden perjudicar el desarrollo normal de la planta”, advierte Manuel y cuenta que las heladas del 2024 castigaron los brotes de las higueras por lo que esta temporada no hubo lugar a las brevas.
Manuel sale cada mañana, bien temprano, a cosechar. Lo hace de manera manual con un palo con gancho para acercar las ramas y arrancar el fruto con cuidado. Los acomoda uno por uno en la canasta que lleva colgada del brazo. El color, un verde claro vibrante, le indica el punto de cosecha. Durante su recorrido prueba algunos y los disfruta. Al concluir su cosecha, los acomoda con sutileza en las cajas que serán conservadas en un galpón fresco hasta la entrega.
El productor recomienda comerlos frescos y sin pelar, pues la cáscara es finita y está libre de pesticidas. También recomienda hacer dulce casero, para de alguna manera tener presente el sabor del higo durante todo el año.
En las cocinas top
Desde hace un tiempo, el nombre de Manuel resuena en el circuito gastronómico. Narda Lepes es una de sus principales clientes, suele ir ella misma a buscar higos para sus preparaciones. Una materia prima codiciada, tanto por su estética como la calidad de sabor. “Me llaman cocineros de todas partes para que les haga llegar los higos”, revela el hacedor de este exquisito fruto, con una importante carga nostálgica de verano.
Los higos de Manuel se comercializan bajo la denominación “Laurilóes” y sólo se consiguen en su quinta y en algunos puntos de La Plata. De vez en cuando se lo encuentra en alguna feria regional. “A la Fiesta del Tomate voy siempre; los clientes ya lo saben y van temprano porque enseguida me quedo sin stock” dice Manuel, quien recomienda pasar por su quinta para asegurarse el producto.
Quienes quieran comprar, pueden llegarse hasta su lugar. Manuel y su compañera Gabriela están atentos a la llegada de los clientes. “Siento mucha alegría cuando pasan a buscar los higos, poque sé que van a disfrutar de algo especial y que a muchos, les traerá recuerdos”.
Laurilòes
Ruta 2 km 44 barrio El Peligro, La Plata. Tel. (011) 5013-0855
IG: @lauriloes.higos