Publicado: diciembre 12, 2025, 5:10 pm
Mientras votaban ayer para elegir a sus nuevas autoridades, los habitantes de las islas Malvinas recibieron un anuncio de alto impacto: un convenio firmado el miércoles pasado asegura que en 2028 comenzará la explotación de petróleo en las islas. El sentido del voto puede resumirse en quién fue el candidato con mayor apoyo: el exlegislador Lewis Clifton, un empresario dedicado a las licencias de pesca que anteriormente había cofundado el emprendimiento Desire Petroleum.
Clifton es desde hace años uno de los isleños que más insistió a sus vecinos para que dejaran los temores de lado y aprobaran la explotación de la riqueza petrolera del subsuelo marino.

El tema del petróleo ha generado interminables debates en las islas. Durante muchos años parecía que la mayoría de la población estaba en contra de desarrollar esa industria por dos razones principales: el peligro de daño ambiental y posible perjuicio para la pesca, que hoy es su principal ingreso, y el aumento quizás inmanejable de la población transitoria.
En las islas faltan viviendas para los residentes permanentes; el agua es un bien escaso; la provisión de electricidad alcanza con lo justo; el gas y los combustibles líquidos se importan.
Además, el sistema de salud es muy limitado y las cuestiones sociales también inquietan. ¿Los trabajadores, profesionales y técnicos necesarios para el trabajo petrolero dónde vivirán y cómo interactuarán con la población actual?
En Malvinas nadie cierra la casa con llave. Se temía, y seguro hay gente que mantiene ese sentimiento, que su modo de vida, tan tranquilo y seguro se vea alterado, posiblemente para siempre.
Sin embargo, también hay mucha gente que sueña desde hace años con el petróleo que los hará ricos y les permitirá, quizás, financiar su autodefensa y eliminar un argumento que algunos británicos mantienen sobre el excesivo costo de las islas para los contribuyentes británicos.
Esto se debe a que el mantenimiento de la base de Mount Pleasant en Malvinas cuesta unos 80 millones de dólares anuales, una cifra que los isleños no pueden afrontar. Gran Bretaña mantiene la base no solamente para defender a las islas de un posible ataque argentino sino porque constituye su puente hacia la Antártida y un pie de Europa y la OTAN ante el avance de China en el Hemisferio Sur.
El año pasado se realizó una consulta pública voluntaria para que los isleños expresaran sus preocupaciones sobre la explotación petrolera. Los cuestionamientos recibidos, principalmente ambientales, se trasladaron a Navitas para que adecuara sus propuestas. Quedó la sensación, a pesar de la poca información disponible, que era más la gente a favor que la que estaba en contra.
El miércoles pasado, Navitas Petroleum, empresa de origen israelí, y Rockhopper Exploration, británica, acordaron su decisión final de inversión (FID, su sigla en inglés) llegaron a un acuerdo que faltaba sobre cuestiones técnicas e impositivas para dar luz verde al proceso de explotación.
Para los isleños, la novedad augura un futuro libre de preocupaciones económicas. Y para Gran Bretaña, una nueva fuente de ingresos.
Según las empresas, el yacimiento de Sea Lion contiene 319 millones de barriles certificados, pero distintas fuentes hablan de cifras también diferentes, mayores.
En 2028 se comenzaría con la perforación de 11 pozos. Además, ambas empresas acordaron con el brazo ejecutivo/administrativo del gobierno isleño (Falkland Islands Government, FIG) el pago de una tasa que se calcula en el equivalente a 40 millones de dólares en un lapso no especificado de años.
Suspicacias
Al único medio impreso local, el Penguin News, le llamó la atención que el anuncio se hiciera justamente en pleno día de las elecciones. El periódico intentó contactarse con los representantes del FIG sobre esa y otras cuestiones relacionadas con el petróleo, pero la respuesta que recibió fue que hablen el lunes con las nuevas autoridades.

Si bien el resultado de las elecciones no dependía exclusivamente del petróleo, varios candidatos tenían posición tomada a favor. Durante la campaña, la explotación se dio como un hecho.
También hubo coincidencia del resultado con el clima de insatisfacción que se advertía en lo que se publicaba y comentaba en medios y redes sociales. Esa insatisfacción tiene que ver, principalmente, con una situación económica no tan brillante como en otros tiempos, combinada con lo que los ciudadanos de a pie consideran falta de transparencia administrativa y gastos excesivos respecto de los ingresos. Por eso sólo dos de los legisladores que ejercían desde hace cuatro años lograron ser reelegidos. El resultado representa una voluntad de cambio que se reclamaba por todos los medios.
Votaron en total 1512 personas, 1295 por la ciudad y 217 por el campo. La concurrencia fue del 85,7 por ciento del padrón. La población de las islas es de poco más de 3660 personas.
