Publicado: octubre 10, 2025, 3:02 am
Si Donald Trump, con su insoportable arrogancia y maneras de abusón de patio, consigue realmente llevar la paz a Oriente Próximo tras décadas de conflicto y dos años continuados regados de sangre, pues bienvenido sea el Premio Nobel de la Paz que él ansía, hoy se entrega y para el que ha acelerado todo el proceso.
Al menos Donald ha logrado, con sus poco ortodoxos métodos, poner de acuerdo a un asesino y a terroristas, causantes ambos –aunque en proporciones desproporcionadas– del sufrimiento de millones de personas.
Ahora queda que el sueño mute en realidad y que el acuerdo vaya completando la letra pequeña, aquella más difícil de leer y cumplir. A la Unión Europea, testigo y actor mudo en la guerra, solo le queda callar y aplaudir el impulso del pacificador Donald.