Publicado: diciembre 15, 2025, 5:00 am
EL CALAFATE, Santa Cruz.- Un proyecto productivo sin precedentes empezó a colorear la estepa santacruceña: siembran trigo, cebada y avena a 40 km del glaciar Perito Moreno, el cual se destinará en su mayoría a una flamante planta estatal de alimentos balanceados instalada en Río Gallegos.
Mientras estas primeras 360 hectáreas hacen punta en estas latitudes en la producción en secano, son también el primer eslabón de la cadena que combina aportes públicos y privados con el objetivo de sentar las bases para una nueva matriz económica en la región.
¿Cuándo viene Milei?: la pregunta que incomoda a los empresarios que visitan China
En una cadena que combina voluntades, tecnología y conocimiento con una fuerte impronta local, la planta de alimento balanceado que se construye en Río Gallegos tiene previsto producir 1200 toneladas en la próxima temporada. Se estiman procesar 800 toneladas de trigo y avena producida en un campo cercano a El Calafate, que implica el 70% de insumo total que necesita la planta.

¿Cómo se combinan los esfuerzos? Santa Cruz Puede SAU, es una empresa estatal creada este año por el gobernador Claudio Vidal con la intención de impulsar diferentes proyectos productivos, aporta maquinaria, equipamiento y los costos operativos de la siembra y cosecha, que se realiza en hectáreas cedidas por el productor Alejandro Bárcena, dueño de la Estancia Alice, en tanto que AgroCalafate es una joven empresa de profesionales que contribuye con la asistencia técnica y profesional al desarrollo de cultivos y al desarrollo de la planta.
“AgroCalafate nace cuando estaba estudiando en Esperanza, Santa Fe; siempre que volvía a El Calafate veía indicadores de ‘acá se puede producir’, desde los pastizales en la banquina, lo que yo iba experimentando y lo que algunos productores iban intentando. Entre ellos yo venía siguiendo los cultivos anuales para producción y consumo propio que estaban haciendo en la Estancia Alice”, recuerda Tomás Ciurlanti en diálogo con LA NACION, sobre el inicio de la firma que ahora hace punta en la producción en secano en la Patagonia Austral.

A Ciurlanti le faltan dos materias para recibirse de ingeniero agrónomo, mientras reparte su vida entre Santa Cruz y Santa Fe. Fue entre estudios y trabajo que fundó AgroCalafate junto a Nicolás Zuber, -doctor en Ciencias Agrarias – y el ingeniero agrónomo, Ricardo Coggiola, con el objeto de potenciar los sistemas productivos con asistencia tanto técnica como mecánica. Mientras asisten a productores en Santa Fe se animaron al gran desafío de producir granos en la Patagonia Sur.
En el verano de 2021-2022, Ciurlanti empezó a realizar ensayos a mayor escala y quedó encargado de la producción de pasturas y cultivos en la Estancia Alice.

Con sus socios empezó a aplicar tecnología y manejo agronómico y generar un registro que les permitió tomar decisiones a partir de esa información. En la temporada 2023-2024 lograron duplicar el rendimiento en la misma superficie trabajada, ajustaron fechas, hicieron análisis de suelo, y pudieron establecer los requerimientos de fertilización: era un suelo al que nunca se le había hecho un diagnóstico de mejora. La tierra respondía.
Una llamada inesperada
Los resultados en la Estancia Alice –que también tiene un fuerte perfil de desarrollo turístico- trascendieron y un funcionario del gobierno provincial lo convocó a Ciurlanti para conocer su perfil y sus ideas. Eso derivó en una entrevista con el gobernador Claudio Vidal en Río Gallegos, quien se interesó por lo que hacían y le presentó su plan de desarrollo de producción agropecuaria.

“Yo siempre quise desarrollar la producción agropecuaria en la provincia”, detalla Ciurlanti y agrega: “Siempre pensaba que era cuestión de encontrarle la vuelta”. En esa primera de varias reuniones que vendrían luego con el gobernador conoció el proyecto de la planta de alimento balanceado y nació así un vínculo con un objetivo en común: producir granos en la Patagonia.
“Tras consultas y análisis, concluimos que la única forma de lograr que no dependa de subsidios, era producir el 70% de la materia prima que necesita la planta en la provincia y presentamos a Vidal nuestra propuesta de producción primaria, a partir de una producción en este campo en particular que ya tenemos estabilizado el grano, y así nace el proyecto de producción de granos”, detalla.
Así nació este proyecto agroproductivo privado y estatal: la estancia Alice cedió 400 hectáreas para la producción de granos, la empresa estatal aporta maquinarias, insumos, fertilizantes y mano de obra y AgroCalafate gerencia y asesora tanto la producción en el campo como la puesta a punto de la operatividad de la planta de balanceado, los canales de comercialización y el flujo de insumos y productos.

Producir en la Patagonia tiene sus particularidades, de acuerdo a lo ya probado en Estancia Alice. La preparación de la cama de siembra se realiza en otoño. Después del invierno el perfil del suelo generalmente se recarga con agua del deshielo, de modo que la siembra se realiza en primavera para cosechar a partir de mediados de enero.
Para esta temporada las semillas sembradas de avena son variedades Inta Cristal e Inta Calen, comercializadas por Guasch Semillas, en tanto que de trigo sembraron la variedad Pretal de Buck Semillas y el trigo Ceibo de Don Mario.
Por la zona de la Estancia Alice, ubicada a pocos kilómetros del ingreso al Parque Nacional Los Glaciares, pasa una isohieta de 350mm anuales, que en su mayoría precipitan en otoño-invierno. “Esa agua queda congelada en superficie durante el invierno, lo que nos permite entrar a sembrar en primavera en ‘capacidad de campo’, es decir, con un excelente contenido de agua en el perfil del suelo”, detalla Ciurlanti.
Según la descripción realizada por los agrónomos, el suelo en esa zona es franco arenoso, su característica más extraordinaria es el contenido de materia orgánica que se encuentra por encima del 9%. “No usamos riego, el cultivo logra completar su ciclo en secano”, indican en tanto esperan iniciar la cosecha a partir de mediados de enero.
Para esa fecha ya habrán llegado desde la pampa húmeda a la Patagonia dos cosechadoras: una New Holland TC59 y otra TC57, con lo que buscan para darle impulso a otros productores que se animen a cosechar granos en el sur.

De acuerdo a sus previsiones, para el primer año la planta apunta a producir 1200 toneladas de alimento balanceado, que se procesarán a partir de casi 800 toneladas de trigo y avena producidos localmente. En paralelo que el personal que la opere sea bien entrenado, se coloque la producción del alimento en los sistemas productivos para tener un feedback que les permita conocer cuál fue la respuesta del producto balanceado en el ganado ovino y bovino.
La idea para 2027 es aumentar la capacidad de trabajo de la planta, para lograr 2500 toneladas de alimento balanceado, lo que demandaría 1750 toneladas entre trigo, cebada y avena producidas en la provincia para proveer de alimento a los sistemas ovinos y vacunos de la provincia y, entre otros aspectos, contribuir a mejorar los nutrientes del ganado patagónico.
El objetivo es pasar del 70% de materia prima que cubrirán esta temporada para abastecer la planta al 90/95%. También trabajan en ensayos de granos de arveja. De ese modo, solo deberían traer hasta Santa Cruz el núcleo vitamínico para componer el alimento balanceado.

El proyecto fue presentado a fin de noviembre durante la Jornada a Campo “Desafíos y oportunidades para producir en Santa Cruz”, donde estuvieron Vidal y el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, junto a productores, técnicos y jóvenes de la región.
La propuesta fue organizada por AgroCalafate, Estancia Alice y Santa Cruz Puede SAU y reunió a participantes interesados en el desarrollo de nuevos modelos productivos para la provincia, especialmente vinculados a la generación de forrajes y granos en la zona de precordillera andina.
En línea con aquella charla inicial que tuvo con Ciurlanti, Vidal destacó ese día la importancia de impulsar iniciativas que fortalezcan el trabajo rural y la diversificación productiva: “Durante muchos años nos dijeron que no se podía, yo creo que sí se puede cuando hay voluntad, cuando hay ganas de trabajar y estamos convencidos de que el esfuerzo es el camino”.
Vidal enfatizó la necesidad de crecer hacia un modelo que priorice la producción como motor de desarrollo: “El Estado no da para más. Hay que producir, hay que trabajar. No podemos seguir siendo la provincia con más empleados públicos; así nunca vamos a salir adelante”.
Mientras tanto, en enero, los turistas que transiten la zona camino al glaciar, quizás a lo lejos, puedan ver una postal impensada en el prístino paisaje patagónico: una cosechadora cultivando trigo, cebada y avena.
