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El apagón y las noticias del mundo paralelo

Publicado: mayo 11, 2025, 6:00 am

Las noticias del apagón que oscureció la península ibérica dieron la vuelta al mundo. En otro carril iban memes y videos con las reacciones de gente que estaba descubriendo lo que es quedarse sin luz. Y las de los latinoamericanos que, acostumbrados al corte de energía eléctrica, nos reíamos del desconcierto de quienes lo estrenaban.

Mientras los inmigrantes del barrio corríamos a juntar agua en ollas y desenchufar los electrodomésticos, mis vecinos eligieron dormir la siesta, jugar al parchís o salir a por una cerveza antes de que se entibiaran. La confianza es una reacción que se construye con la experiencia.

El 28 de abril España y Portugal fueron a negro por doce horas y el incidente empezó a contarse en dos dimensiones paralelas. Los primeros partes noticiosos recomendaban dosificar las baterías de los móviles y usar responsablemente la errática señal 5G. La gente en las redes entendió que responsable era transmitir tranquilidad en memes, ideales para contar mucho en segundos apenas.

Los periodistas que, semanas atrás, se mofaban del kit de supervivencia que recomendaba la Unión Europea para emergencias, se emocionaron al recordar que en la lista de abastos estaba la radio a transistores. La noticia de que los bazares chinos agotaran las radios en toda España generó un triunfalismo entre los medios de toda la vida y esperanza entre los apocalípticos de la tecnología.

Las estaciones de radio, disfrutando de su momento de exclusividad informativa, pedían a la población cuidarse de las noticias falsas. Aunque no pudieron cuidarse de repetir las versiones oficiales sobre el apagón, que con el correr de las horas se mostraron falaces. Ni siquiera en la comparecencia del presidente en el congreso a diez días del suceso se ofrecieron explicaciones verificables.

La noticia de que los bazares chinos agotaran las radios en toda España generó un triunfalismo entre los medios de toda la vida y esperanza entre los apocalípticos de la tecnología

A dos semanas del evento, las tertulias con especialistas en energías y apagones siguen sin iluminar las causas del infortunio. Hasta una ciencia exacta como la ingeniería eléctrica puede polarizarse dependiendo de si los argumentos dan la razón al gobierno o a sus críticos. La grieta española también se saca chispas en la televisión.

Lo que el resto del mundo puede aprender del apagón ibérico no es que la información es necesaria. Eso siempre lo supimos. En emergencia, es importante conocer las declaraciones oficiales, pero más conectar con los seres queridos o con aquellos con los que ganamos el pan.

Lo que constatamos es que la tecnología de contacto no es reemplazable por las noticias de actualidades, sino que son complementarias. Si el apagón obligó a usar pagar en efectivo, eso no significa que el mundo deba volver a los billetes. El desafío es prever cómo convivirán los dos sistemas en situaciones extremas.

Frente al toque de alarma sobre los riesgos de las carreteras, la gente salió a buscar a quienes estaban lejos de casa. Y demostró que hay circunstancias en que el tránsito puede organizarse sin semáforos, al punto que disminuyeron los incidentes en comparación con un lunes habitual.

El gobierno español hizo suya la templanza ciudadana como si se tratara de un logro de su gestión. Olvidó rápidamente que su recomendación había sido, como en la pandemia, sobrestimar los riesgos de salir de casa.

El sistema de la información empezó contando los sucesos en el tono catástrofe al que está acostumbrado. El sistema de las tecnologías de la conversación eligió el ritmo de los memes y las rumbitas flamencas que sonaban en las plazas.

La cultura que legó al mundo el “oooooole” con que se aclamaba al torero que sobrevivía a la cornada, reaccionó ante la crisis con el espíritu que declara esa expresión universal. Las noticias pudieron incluir ese mundo paralelo gracias a que la propia gente usó sus redes para contarlo.

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