Publicado: marzo 16, 2025, 6:28 pm
Una de las herramientas que tenemos para reducir las posibilidades de sufrir algún tipo de cáncer es disfrutar de una alimentación saludable, con ingredientes naturales.
Uno de esos ingredientes es básico en la cocina asiática y es la soja. Esta legumbre comestible originaria del este de Asia, es cada vez más popular en los países occidentales.
Aunque muchas personas disfrutan de la soja en productos alternativos a la carne y los lácteos, la soja entera también ofrece importantes beneficios nutricionales. Por ejemplo, es rica en proteínas, lo que ayuda a mantener la salud muscular.
Además, la soja es rica en fibra dietética, que ayuda a la digestión, y contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales esenciales como manganeso, hierro, fósforo, vitaminas B, vitamina K, zinc, potasio, magnesio y ácido fólico.
Además de los beneficios para la salud asociados a estos nutrientes, las investigaciones sugieren que la soja y los productos derivados de la soja podrían contribuir a la reducción del riesgo de cáncer.
Un análisis de 2022 reveló que un mayor consumo de soja se relacionaba con una reducción del 10% en el riesgo de cáncer, mientras que incluso un consumo menor podía reducir el riesgo hasta en un 4%.
Otro estudio sugiere que las tasas más altas de cáncer de mama y de próstata en Estados Unidos y Europa en comparación con Japón y China podrían estar relacionadas con la dieta tradicional de estos dos países, rica en productos de soja.
La soja y sus isoflavonas, que combaten el cáncer, son un tema recurrente en el mundo de la salud. Estos fitonutrientes únicos, químicamente similares al estrógeno, pueden unirse a los receptores de estrógeno de nuestro cuerpo al consumirlos.
Sin embargo, no todos pueden aprovechar los beneficios de estas isoflavonas; todo depende de la eficacia con la que el cuerpo las absorba. Las investigaciones sugieren que los microbios personales influyen en la eficacia con la que se absorbe la soja y sus beneficios.
Sólo entre el 30% y el 50% de nosotros tenemos los microbios necesarios para descomponer estas isoflavonas de manera efectiva; los vegetarianos y aquellos de ascendencia asiática tienen más probabilidades de poseerlas.