La vergüenza cambió de bando, pero para muchos a medias. Dominique Pélicot era declarado culpable de tentativa de violación y violación agravada contra su exmujer, Gisèle, así como otros delitos derivados como la difusión de imágenes en prejuicio de su exesposa, y por fotografiar a su hija Caroline Darian y a sus dos exnueras este jueves en el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse (Aviñón) después de un proceso de más de tres meses.
Durante 64 sesiones se mostraron, en audiencia pública, las cientos de violaciones a las que fue sometida la septuagenaria durante una década tras ser drogada por su entonces esposo y en las que participaron decenas de hombres, cincuenta de ellos también condenados en este juicio, la mayoría también por violación agravada.
Ellos, entre los 27 y 74 años, algunos reincidentes, otros pedófilos, han sido hallados culpables del mismo delito aunque con una diferencia: cumplirán condenas que oscilan entre los 3 y 15 años de cárcel, todas ellas menores a las que solicitaba la Fiscalía y la acusación, algunas incluso de la mitad de tiempo. En total, el magistrado francés Roger Arata ha dictado 26 órdenes de prisión preventiva (tres de ellas aplazadas por el estado de salud de los condenados), mientras que seis saldrán directamente en libertad. Todos los procesados suman así 415 años de cárcel, aunque aún cabe recurso.
Después de la del propio Pélicot, la pena más amplia ha sido para Romain V., un hombre de 63 años que llegó a ir hasta en seis ocasiones al domicilio de la entonces pareja en Mazan (próxima a Aviñón) para violar a la víctima sin protección y que era portador del VIH. Él tendrá que cumplir 15 años, tres menos de los que se solicitaban. Ni siquiera el discípulo de Pélicot, Jean-Pierre Maréchal, cumplirá los 17 años que pedía el Ministerio Público. Arata ha decidido que su condena será de 12 después de que hiciera las mimas prácticas del septuagenario con su propia esposa.
«Un futuro en armonía»
Pero la rebaja de condenas no ha sido óbice para que Gisèle, apoyada por cientos de personas a las puertas del tribunal francés, se haya mostrado agradecida. «Quiero expresar mi gratitud, la más profunda, a todas las personas que me han apoyado durante el proceso para enfrentar los testimonios que nos han revuelto por dentro. He tenido que sacar fuerzas cada día para afrontarlo«, ha afirmado ante los medios de comunicación tras la vista. «Quiero agradecer a la asociación de víctimas, cuyo apoyo ha sido inestimable. También a los periodistas por el tratamiento fiel y respetuoso sobre los hechos. Les quiero expresar mi reconocimiento por haberme acompañado en todas las etapas de este proceso», ha agregado.
La septuagenaria, que según los medios franceses presentes en la sala también ha mostrado su agradecimiento a Arata, ha querido respetar la decisión del magistrado y no entrar a valorar el resultado final del proceso. «Nunca me he arrepentido de la decisión de hacer a toda la sociedad partícipe de todo esto. Tanto hombres como mujeres creo que podrán vivir en armonía, respeto y comprensión mutua», ha espetado para después marcharse ente aplausos y vítores de cientos de personas.
Ellos, los que han acudido al tribunal para alabar la lucha de la víctima, también han sido los primeros en alzar la voz ante lo que han considerado una injusticia. «¡Vergüenza de Justicia!», han coreado algunos activistas tras escuchar los años de condena de los coacusados. «Parece como si hubiera violaciones grandes y pequeñas. Eso como mensaje, que yo encuentro dramático en extremo, da permiso para violar. Y no estoy segura de que eso sea lo que queremos en nuestro país», ha explicado a Efe Vigdis Morisse-Herrera, una de las mujeres que acudieron a seguir in situ el final del proceso.
La Fondation des Femmes, por su parte, que al igual que otras asociaciones francesas reclama una ley integral contra las violencias sexuales y sexistas, ha manifestado «incomprensión» y «decepción» ante «ciertas penas pronunciadas» a pesar de los «testimonios y las pruebas». «El combate contra la impunidad no ha hecho más que comenzar«, ha declarado esta organización en un comunicado, en el que ha recordado también que el trato judicial a las violencias sexuales debe cambiar.
«El director de orquesta»
Y pese a que Pélicot se ha declarado culpable en todo momento, ha pedido perdón a su familia y exmujer en más de una ocasión y ha llegado a decir que «morirá como un perro» por lo que hizo, su abogada, Béatrice Zavarro, no ha descartado apelar la condena (con la que podrá optar a la libertad condicional tras cumplir dos tercios) en primera instancia para tener un nuevo proceso en el Tribunal de Apelación de Nimes. «Nos vamos a tomar los diez días que tenemos por delante para determinar si queremos volver a un juicio con un jurado popular«, ha dicho.
Zavarro ha dejado entrever su descontento con las sentencias pronunciadas por el tribunal, que convierten a su cliente en el «director de orquesta» y a los otros 50 acusados en «músicos» secundarios. «El tribunal ha diferenciado entre mi cliente y el resto de los músicos», ha asegurad la letrada, que también se ha mostrado satisfecha con el que el juicio se haya desarrollado con «tranquilidad».
La abogada del septuagenario, que durante todo el proceso ha defendido que Pélicot fue una víctima de los abusos recibidos durante la infancia y en su juventud, se ha mostrado esperanzada con que Gisèle encuentre consuelo en las decisiones del tribunal. «Quería que la señora Pélicot pudiera salir de esta audiencia en paz y creo que los veredictos contribuirán a ese alivio», ha afirmado.
Después de diez años sufriendo cientos de violaciones continuadas de decenas de hombres (diez de ellos no han podido ser identificados nunca) bajo la sumisión química; después de mostrar esa violencia sexual al mundo a través de un juicio a puerta abierta y ante las acusaciones de ser cómplice del conocido como monstruo de Mazan, lo que si ha conseguido hacer Gisèle es historia. Convertida en símbolo feminista, el horror de su historia ha movido masas durante los más de tres meses que ha durado el juicio y ha convertido a la mujer en símbolo de las marchas por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
«Gisèle ha librado esta batalla con una entereza que impone respeto y admiración. Ella encarna el valor de todos aquellos que, a veces en la sombra y en silencio, luchan por sus derechos y para que se haga justicia», ha destacado en redes Anne Genetet, ministra en funciones de Educación. No ha sido la única. Líderes de todos los países, como el presidente español, Pedro Sánchez, han lanzado mensajes de agradecimiento y admiración hacia la víctimas repitiendo como constante la frase más célebre de este proceso: «Que la vergüenza cambie de bando».